Una gallega entre los gurús del arte actual

La editorial británica Phaidon ha invitado para la nueva publicación de la serie de libros 'Creamier' a diez comisarios de relevancia internacional —entre ellos la gallega Chus Martínez— que han elegido a los cien artistas contemporáneos más prometedores.

Además de comisaria de altura, Chus Martínez (O Couto, Ponteceso) es la actual jefa del Museu d'Art Contemporani de Barcelona (Macba). El libro 'Creamier', una obra de lujo editada por Phaidon, muestra las obras de cien artistas de todo el mundo, entre los que figuran Ibon Aranberri, Lisa Ann Auerbach, Tom Burr, Anne Collier, Claire Fontaine, Cyprien Gaillard, Rachel Harrison, Tomas Saracenon o Adrián Villar Roja. La flor y nata del arte contemporáneo.

Los gurús encargados de esta lista, además de Martínez, son Tirdad Zolghadr, Catherine Wood, Douglas Fogle, Kitty Scott, Inés Katzenstein, Elena Filipovic, Yukie Kamiya, Adam Szymczyk y Debra Singer. Los comisarios también han escogido una pieza creativa clave para la sección de 'Sources'; una obra de arte, texto, película o álbum que ha influenciado de manera significativa el material artístico que se está produciendo en la actualidad, contextualizando así los trabajos contemporáneos reflejados en la obra.

Camino hacia el éxito
De Ponteceso a mandamás del Macba y ahora al Olimpo de los comisarios. ¿Cómo ha recorrido Chus Martínez un camino profesional tan exitoso? «Pues no es un misterio, hay que trabajar, trabajar y trabajar, como buen gallego», responde entre risas.

Chus Martínez se licenció en Filosofía e Historia por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y continuó su formación en Alemania y Estados Unidos. Ha trabajado en el Hamburger Bahnhof-Museo de Arte Contemporáneo de Berlín, en Parker's Box, espacio de arte de Nueva York, y en la sala Rekalde de Bilbao, entre otros, antes de llegar al Macba. Desde que comenzó sus estudios se apasionó por la relación entre la teoría y el arte contemporáneo y en algunos ránking (a los que no hace ni caso, según confiesa), la sitúan entre los veinte comisarios más importantes del mundo.

«Yo no creo en esas listas, son  adjetivos vacíos. Como dice un amigo mío: 'Es guay, mola', pero no me importan. Mucha gente asocia este trabajo con el glamour. Desde fuera parece una maravilla, pero es muy poco glamuroso. Cuando inauguramos, pues te pintas las uñas, la cosa parece un poco mejor», se ríe.  Para Martínez, la función principal de un comisario es hacer que «los cerebros no se 'engurren', como decimos en gallego», además de tejer el programa artístico de un espacio cultural.

En este sentido, considera que no sólo se trata de enseñar arte contemporáneo, de entretener al espectador. Va más allá. «El arte contemporáneo tiene una misión social, política, socioeconómica, de defensa de la vida intelectual. Espacios como los museos salvaguardan la libertad. El arte forja ciudadanía», asevera.

Respecto a la crisis económica global, la experta señala que «está reñida con todo». Según indica, la falta de 'cash', de dinero contante y sonante, crea un estado mental. Compara documentos de la crisis de 1929, con el desplome de la Bolsa de Nueva York, concretamente de la pintora Tarsila do Amaral. «Lo perdió todo, pero es en esta época cuando surge su obra más importante. Se fija en la idea de la reconstrucción, en el carpe diem...».

Entre los diez artistas elegidos para 'Creamier' por Chus Martínez figuran dos españoles: el vasco Ibon Arranberri y el canario Miguel Noguera. Del primero, dedicado a la escultura, elogia su «precisión» con las palabras, con la obra, en procesos «extremadamente abstractos».

Respecto a Miguel Noguera destaca su singularidad. «Es un 'performance' que trabaja con un lenguaje muy especial, ligado a la ida cervantesca del ingenio. Nunca me había reído tanto en mi vida como en uno de sus espectáculos».

Los internacionales
Entre los artistas extranjeros están, por ejemplo, el escultor griego Kostis Velonis —«del arte que se está haciendo en Atenas no se conoce nada», apunta—. De Velonis destaca la relación que establece entre el teatro y la revolución. La lista de Martínez también elogia los trabajos de Hassan Khan, Armando Andrade Tudela, Alexandra Bachtzetsis, Dave Hullfish Bailey, Lasse Schdmit Hanse, Maria Loboda y Renata Lucas.

La consideración de la figura del comisario como casi un dios, con numerosos contactos y con la ostentación a la hora de marcar el ritmo del arte contemporáneo, de decidir quién o no va a triunfar, Martínez ofrece un discurso opuesto. «De alguna forma acabas cediendo a esa idea. Tiene cierto nivel de idiotez positiva... Esa idea casi tonta de que vamos todo el día de fiesta con artistas... Por otro lado, la cosa está muy mal y este libro recoge el trabajo de artistas que es muy complicado que expongan por el tipo de obra que hacen, como Miguel Noguera. Gracias a ese formato libro la gente puede conocer el esfuerzo denonado de jóvenes artistas, su esfuerzo personal de resistencia. Ésa es la parte buena».

De cara al futuro, la comisaria gallega opina que el discurso expositivo de los artistas y comisarios debe inyectar el máximo nivel de inteligencia posible. «Cada vez que alguien vaya a una exposición tiene que sentir algo. Una amiga decía que era muy importante crear una memoria en el espectador sobre lo que ha visto, y que eso reverbere cuando llegues a casa. Que te empuje a mirar, a sacarte de la cotidianidad, del no voy a llegar a fin de mes».

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