Un arqueólogo ourensano documenta la caza de lobos en el medievo

Foso de lobo
photo_camera Foso de lobo

El arqueólogo ourensano David Pérez López documentó más de 200 fosos construidos a partir del siglo X para cazar lobos en el noroeste de la Península Ibérica. López comenzó a catalogar los fosos tras descubrirlos en excursiones con sus amigos por los montes de la Baixa Limia y comprobó que la mayor concentración de todo el noroeste peninsular, se registra en los parques Nacional del Gêres (Portugal) y Natural Baixa Limia-Serra do Xurés.

Tras cinco años de documentación, el arqueólogo, natural de Bande, prepara una obra para la editorial coruñesa Canela. Esta reúne fotografías propias, documentación procedente de varios monasterios gallegos, leyendas recogidas en encuestas orales y referencias de algunos fosos que aparecen en libros de etnógrafos como Xaquín Lorenzo 'Xocas', Xesús Taboada Chivite y alguno de Portugal.

Los fosos para cazar lobos, según explicó, tienen su origen en la prehistoria y son específicos de las zonas ganaderas como Galicia, Asturias, León y Zamora, donde reciben diferentes nombres, de los que el más generalizado es 'foxo' en toda Galicia, pero también 'couso' en Ancares y Asturias, 'fojo' en el norte de Portugal.

Jornadas del lobo
Pérez López hizo de guía a una veintena de participantes en las Jornadas del Lobo celebradas en el municipio de Oleiros (A Coruña) que se desplazaron hasta el parque del Xurés para conocer el 'foxo de Guende' (Lobios).

El arqueólogo les explicó que es uno de los mejor conservados de Galicia, del tipo 'de cabrita' llamado así porque en el centro se colocaba una cabra como cebo para el lobo que era atraído así al interior de un foso de piedra cuyos muros, de dos metros de altura, eran fáciles de saltar para entrar pero no para salir pues tenían una pequeña cubierta o 'bisera' que se lo impedía.

El estado de conservación de los 'foxos' varía pues en Portugal se utilizaron para hacer batidas de lobos hasta los años 50 mientras que en España se abandonó su uso durante el siglo XIX, excepto el de Lubián (Zamora) del tipo 'de cabrita' donde se documenta una batida en la década de los 50.

Tipos de fosos
Hay más tipos de fosos estudiados también por Pérez, como el que encontró en los montes de O Courel, donde los habitantes excavaban un foso de 4 ó 5 metros de profundidad y tapizaban el suelo interior con hojas de pizarra colocadas de punta de forma que el lobo quedaba atravesado y muerto sobre ellas al caer.

El más habitual es el llamado 'de convergencia' consistente en un pasillo con dos muros cada vez más próximos en su recorrido, hasta terminar en un agujero donde cae el lobo para ser cazado.

La caza del lobo en los 'foxos', en el momento de su construcción, era organizada por un 'señor feudal' que colocaba en el centro del 'foxo' y en lugar visible una antorcha "indicativo para todos los vecinos de que debían acudir a hacer una batida, ya que era de obligatorio cumplimiento para todos".

El lobo demoníaco
Con la implantación del cristianismo, el lobo pasó de ser el mayor depredador del ganado cuidado por los vecinos, a ser además un ser demoníaco por lo que en algunos casos, eran los párrocos los que encabezaban la batida, según la documentación recogida.

"Cada lobo cazado era trasladado y paseado en carro por todos los pueblos de alrededor, a veces seguido de gaiteiros y reparto de vino, como una fiesta a la que todos contribuían colocando en el carro huevos y otros productos", agregó.

Las encuestas orales completaron la información, según Pérez, y constataron que en la comarca de Verín se hacía un juicio al lobo y en otros lugares como Arcos de Valdévez, su muerte correspondía al 'más valiente' del pueblo, que era el único al que se permitía la entrada al 'fojo' para rematar al animal.

En Galicia, además de la principal concentración de 'foxos' en la Baixa Limia -donde el arqueólogo documentó más de 20-, hay otros en la Serra do Suído -entre Pontevedra y Ourense-, Terra de Montes (Pontevedra) y en el Macizo Central ourensano donde hay uno peculiar en forma de cruz conocido como 'foxo de lobo de gente' ya que se utilizó para cazar a un hombre que se transformaba en lobo o 'lobisome', según la leyenda.

El 'foxo' de Lobios explicado por el arqueólogo, será rehabilitado en unos meses, igual que otro situado en los montes de Bande conocido como 'foxo do Vilar', del tipo de convergencia.

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