Raphael reconoce un "poquillo de vértigo" tras 60 años cantando, y lo que queda

Anuncia un nuevo disco y confiesa desear volver cuanto antes a Latinoamérica
Raphael.AEP
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Raphael, que el próximo 1 de octubre volverá cantar en la Plaza de España de Sevilla tras casi 60 años, asegura que le da "un poquillo de vértigo" pensar en toda la carrera que tiene a sus espaldas, y mira al futuro con muchos proyectos mientras sigue de gira por España.

En una entrevista telefónica con Efe, se ha mostrado especialmente ilusionado con la doble cita en la capital andaluza, los días 1 y 2 de octubre próximos, dentro de la celebración de sus 60 años de recorrido sobre los escenarios, y ha recordado que ya cantó en la icónica plaza "cuando tenía 16 o 17 años y nadie me conocía".

De hecho, a él mismo le ha costado trabajo recordar esa cita en concreto, que sus seguidores de la época sí le han llevado a su memoria al ver anunciados los conciertos, y espeta sobre esas dos noches que "sabía que tenía que llegar, porque siempre que pasaba por allí –y paso todos los años, porque Sevilla la visito cante o no cante– pensaba que daba pena que no se hicieran espectáculos allí".

Su deseo se cumplirá como parte de una gira que comenzó en Madrid en diciembre pasado y terminará en la capital de España un año después, dentro del recuerdo a 60 años de carrera, aunque para el cantante recordarlos "da un poquillo de vértigo; pero sé que queda mucho, estoy muy bien, y llevo unos años impresionantes de salud, de sabiduría y de disfrutar con lo que hago muchísimo".

Además, en unos tiempos en los que la sociedad intenta desperezarse de una pandemia que todavía está muy presente, Raphael asegura que tiene clara una premisa que los artistas se tienen que aplicar: "Tratar de hacer felices a la gente es nuestra obligación".

Aplicando en cada concierto esa obligación, tiene delante a "un público afortunadamente muy variado, muy entusiasta. La gente me quiere, igual que yo a ellos", explica, y, preguntando sobre qué siente al escuchar a chicos de 16 años cantando sus canciones sostiene que "es un subidón", incluso "hay sitios en los que va a verme solo gente muy joven, y me siento como pez en el agua".

Y con esa fuerza que le da un público sin edad, está a punto de sacar una reedición de su último disco y prepara un nuevo trabajo para mayo "si la casa de discos no lo retrasa"; pero "si tiene que salir en octubre, saldrá en octubre".

Preguntado por las nuevas plataformas musicales, que sustituyen a los discos en muchas casas, dice que a su público lo que le gusta es verle en directo, y por eso disfruta tanto en los conciertos.
Lo que sí tiene como prioridad es volver cuanto antes a Latinoamérica, algo que no tiene en cartera "sino en carterísima", una espinita clavada desde que "se empezó a rumorear que llegaba la pandemia y estaba en Colombia. Tuve que suspender y me trajeron volando, y desde entonces he cantado muchísimo, pero dentro de España".

Y lo ha hecho, y lo sigue haciendo, en conciertos en los que el aforo lleno parece garantizado, donde, con las restricciones lógicas que hay que cumplir, "todo va bastante bien y la gente se porta muy bien; los que se portan mal son los que están fuera y hacen botellones".

Antes de despedirse, Raphael tiene una reflexión hacia el momento actual de la música, en torno a los nuevos valores que están saliendo a la luz, en ocasiones con unos estilos musicales que parece complicado que tengan un futuro, pero "como en todas las épocas, hay de todo, ni todo es muy bueno ni todo es malo".

"Lo que hace falta es que vayan aprendiendo, se acomoden, cada uno coja su estilo, su forma, y que cada uno sea como él mismo es, y en unos años podremos saber si de esta época salieron buenos artistas".

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