Francis Lorenzo: "La pandemia ha reducido las secuencias de amor en los rodajes"

El coronavirus ha cambiado la forma de hacer cine y televisión. Las medidas anticovid mantienen a los actores aislados en el set y multiplica los costes de producción
Francis Lorenzo junto al árbol de Navidad de la Ferrería. GONZALO GARCÍA
photo_camera Francis Lorenzo junto al árbol de Navidad de la Ferrería. GONZALO GARCÍA

Las medidas anticovid se han colado hasta en los rodajes del cine y la televisión. "El cambio ha sido brutal en las producciones", dice Francis Lorenzo (Pontevedra, 1960) desde Madrid, tras salir de un ensayo del que será su próximo trabajo, El inmortal, una producción para Movistar+ en la que interpreta a un policía corrupto.

¿Cómo han cambiado los rodajes?
Muchísimo. Todo se ha tenido que reducir. Cuando hay una producción un poco grande los costes se multiplican. Hay que hacer PCR todas las semanas a los actores, test de antígenos diarios al resto del equipo y montar los dispositivos covid. Antes llegabas al rodaje y lo primero que hacías era ir a maquillaje, ahora ya no, ahora llegas y dejas el móvil y tus cosas en un táper. Solo te quitas la mascarilla para rodar. Todo ha cambiado de manera radical. Antes en los cortes de comida estabas con la gente, ahora está todo el mundo separado por mamparas y en grupos burbuja. Solo entra un equipo muy reducido en plató.

Si un protagonista coge el virus ¿afecta a toda la producción?
Imagínate, se paraliza todo. Tienes que tener totalmente aislados a los actores. Puede llegar a obligarte a cambiar la trama. No puedes tener a 200 personas cobrando diariamente, el alquiler de los platós, etc... esperando a que un protagonista se recupere. Así que hay un control muy férreo. Para los rodajes de exteriores, como los hoteles están vacíos, metes a todo el equipo en un hotel durante 15 días y a partir de ahí empiezas a rodar. Nadie puede salir e ir a ver a su familia. Cuando tienes que rodar en plató se aísla y se desinfecta. Tu mascarilla te la guardas y solo la tocas tú. Para que te hagas una idea, Netflix tiene su propio departamento covid, con sus sanitarios que hacen pruebas diarias, porque como solo uno coja la covid tienes que parar la producción.

Tengo amigos con nombre que lo están pasando muy mal. Llevan un año sin un solo recurso

 ¿Y en las escenas?
También se nota. Las escenas más íntimas han cambiado. Hay cosas que se siguen rodando porque por eso se hacen controles todas las semanas, pero se ha cambiado mucho la trama, ya desde el guion. Nos ponen a distancia, ya no hay tantas secuencias de amor, de pasión... Antes había secuencias donde hablabas a la actriz o actor a treinta centímetros porque lo pedía la secuencia. Hoy eso ya no existe. Los productores no se pueden arriesgar a no tener medidas rigurosas. Y los actores no podemos tener una vida normal, no podemos salir, durante el rodaje tenemos que confinarnos.

El pasado septiembre se puso en marcha la campaña #CulturaSegura para animar al público a seguir apoyando al sector.
Arrancó muy bien y los teatros volvían a tener gente. Llegó diciembre, enero, los contagios y todo, la gente está tomando medidas propias y se retrae. Una cosa es que puedas ir, otra cosa es que sea rentable. Todos los actores de teatro que tenían cerrados sus festivales de teatro para el verano pasado se han ido a la mierda. Muchos llevan un año sin tener ni un solo recurso. La profesión está viviendo un momento muy jodido en ese sentido. En Madrid sí hay teatro, pero el aforo se ha reducido al 30%. Luis Merlo y Jordi Bosch retomaron El método Grönholm y han pasado de tener 400 personas a 35 o 40 por función, con lo cual no es viable el proyecto. ¿Y sabes qué temor está generando todo esto? A que la gente deje de ir al cine, al teatro... A que se acostumbre a las plataformas, a ver todo en la pantalla pequeña. A nuestro gremio la covid le ha dado una hostia. Yo he tenido la suerte de que me ha tocado en un buen momento profesional, pero tengo amigos con nombre que lo están pasando muy mal.

Quedan las plataformas... Nunca se han visto tantas series.
Más que nunca. Es cierto. Las plataformas han abierto un camino fundamental, sin ellas habría sido la perdición para nuestro sector. Y además nos ha demostrado otra cosa. Con la pandemia hemos reconocido el valor de la cultura, que es algo que no se valora a veces, y ha sido fundamental que nos acompañe en estos momentos. Ves las noticias y es todo un drama. Con el cine, el teatro, la cultura hay un punto de evasión que es muy necesario.

Antes llegabas al rodaje y lo primero era ir a maquillaje, ahora son las medidas anticovid

A nivel personal, ¿cómo le ha afectado la pandemia?
Llevaba 60 años pasando la Nochebuena con mis padres en Pontevedra y este año no he podido ir. La he pasado yo solo con mis hijos. Mis hermanos por otro lado... Todos divididos y aislados. Antes todos los viernes me juntaba con mis amigos, ahora ya no. Aunque Madrid tiene cosas abiertas tenemos que tener cuidado. Productores, directores... no podemos arriesgarnos, con que uno dé positivo se jode todo, pero, ¡ojo!, no quiero ponerme de víctima.

Además de actor es psicólogo, eso le da otra visión de esta crisis.
Tengo largas conversaciones con amigos que me cuentan su situación. Otros que son psicólogos te cuentan cómo han aumentado los pacientes. Por otra parte, ves cómo la gente mayor se ha venido abajo y los problemas psicóticos que van a venir aquí. Piensas en la gente que convive en 45 metros cuadrados... Es muy duro. ¿Y para los jóvenes? Los 18 años no vuelven. 
 

"Lo más miserable es la bronca de los políticos, en la calle ves conductas maravillosas"


La crisis sanitaria le ha encontrado a Francis Lorenzo en un momento profesional en el que incluso, cuenta, ha tenido que rechazar algunos proyectos. "Me llamó TVE para un programa en Pontevedra con mis amigos y tuve que decir que no, pero me habría encantado hacerlo", explica. "También me ofrecieron un trabajo que implicaba quedarme durante todo el rodaje encerrado sin ver a mi familia", añade el actor.

¿Qué cree que vamos a sacar de toda esta situación?
Ojalá esto sirviese para que todos seamos mejores, para que veamos lo que es realmente importante y seamos más solidarios. Para que seamos conscientes de que no somos nada, que una cosa de esta nos iguala a todos. A mí el no ver a mis hijos, no ver a mis padres... me ha afectado. Creo que todo esto tiene que servir de aprendizaje. Luego, una de las cosas más miserables que he visto es la reacción de los políticos de este país. No han estado a la altura. Necesitamos que se unan, sean del partido que sean, para ver cómo solucionamos esto todos juntos y no estar siempre a la bronca. El ejemplo que nos dan es lamentable. Y luego veo conductas en la sociedad que son maravillosas. Ayer se me acercó una chica y me dijo que era enfermera de Pontevedra, que había pasado la covid y estando de baja renunció a la vacuna por una compañera. Me quedé sobrecogido.

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