"La ‘'garçonne’' supone una amenaza y se lanza contra ella el estereotipo ‘'pin up'’"

Mercedes Expósito presentó el viernes en Lugo el libro en el que aborda "las dos producciones de la feminidad más importantes del siglo XX" ► La investigadora defiende que el período de entreguerras supuso una ruptura con la idea burguesa y victoriana "de mujer esposa"
De izquierda a derecha, Carmen Blanco, Mercedes Expósito y Ana Abelleira, el viernes en la librería Balmes.
photo_camera De izquierda a derecha, Carmen Blanco, Mercedes Expósito y Ana Abelleira, el viernes en la librería Balmes.

Mercedes Expósito abre con su libro ‘De la garçonne a la pin up’ un foco de luz sobre una historia, la de las mujeres, "que ha sido silenciada y está por escribir". Esta investigadora lucense presentó el viernes el volumen en la librería Balmes de Lugo y mantuvo un encuentro con alumnos de primero de Bachillerato del instituto Lucus Augusti. 

Expósito considera que las '‘garçonnes’' de las primeras décadas de los años XX, con su pelo corto y vestidos holgados, "representan una superación de la propuesta victoriana y burguesa de la mujer esposa". Ya desde el aspecto físico: "Frente a los corsés que acentúan la cintura para resaltar el pecho y las nalgas en la figura femenina, las ‘'garçonnes’' apuestan por siluetas rectilíenas y cómodas". 

También caen otro tipo de corsés, los que restringían a las mujeres a lo doméstico. "Es el tiempo de la incorporación de las mujeres urbanas al mercado laboral, de las migraciones de mujeres de ámbitos rurales para ocupar empleos en las fábricas o como telefonistas en las metrópolis". 

Mercedes Expósito rechaza que las '‘garçonnes'’ sean únicamente burguesas e –incluso– va más allá y cita a Virginia Woolf para aseverar que ninguna mujer era de clase acomodada "porque las mujeres son pobres; los que son propietarios son sus maridos". 

Las ‘'garçonnes'’ son, por tanto, modistas, remachadoras y planchadoras que se hacen su propia ropa para un día a día cómodo, que se forman y que empiezan a hacer deporte, que comienzan a controlar la natalidad y a exigir derechos reproductivos. "Se habla mucho del amor libre y el 68, pero los años 20 son los verdaderos años del amor libre: encontramos a muchas mujeres viviendo en pareja, que deciden no casarse...". 

Sostiene la autora que, igual que está por escribir una historia de las mujeres, se podría elaborar "una historia del antifeminismo". Si la ‘'garçonne'’ es, sobre todo, producto de la primera ola del feminismo y del movimiento sufragista y también de un tiempo en el que confluyen las vanguardias artísticas y las reivindicaciones de los derechos obreros, la ‘'pin up'’ es "una reacción contra un tipo de mujer que supone una amenaza para el orden establecido". 

Surgen las '‘pin up’' como "una creación de los medios de masas y Hollywood" a mediados de los años 30, que muestran "la ‘sexydad’" de una mujer que vuelve a acentuar sus curvas y a cardarse la melena para "agradar la mirada masculina, más que gustarse a sí misma". Son jóvenes y guapas, a las que se supone una liberación sexual "que solo han contado los hombres". Esposas complacientes que vuelven al corsé. 

Sitúa esta reacción Mercedes Expósito en la militarización y el auge de los totalitarismos –"los absolutismos, que decía Hannah Arendt"–, que idealizan el esterotipo "de la corista de cabaret del siglo XIX para acompañar al soldado". Las mujeres ponen en cuestión el estereotipo '‘pin up'’: "No somos muñecas’, decían". 

Si los nazis reducían las mujeres "a los niños, la iglesia y la cocina", poco mejoran las cosas para las féminas tras la Segunda Guerra Mundial. "Empiezan las políticas de retorno a casa, para promover que las mujeres dejen sus trabajos, y se extiende la ideología del ‘baby boom’. La Guerra Fría es un mundo de hombres, y estas mujeres que habían ido a la universidad y conocido la independencia, lo viven con sufrimiento".

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