Entre pétalos y palabras

Sea un clásico o un best-seller, lo importante es recibir, como cada año, el 23 de abril con un libro a mano: ha llegado el 'Día Internacional del Libro' (y del derecho de autor, una coletilla difícil de olvidar en el año de la SGAE).

La elección de esta fecha como día para la celebración procede de la coincidencia del fallecimiento de los escritores Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega en el año 1616, aunque realmente no fuese en el mismo día.  La fecha de Shakespeare corresponde al calendario juliano, que sería el 3 de mayo del calendario gregoriano, y Cervantes falleció el 22, siendo enterrado el 23.

La celebración en España surgió en Cataluña, donde en esta fecha se festeja la diada de Sant Jordi, su patrón. La festividad arraigó rápidamente en Barcelona y se extendió por toda Cataluña y, con el tiempo, se hizo tradicional en la Comunidad el intercambio y regalo de rosas y libros entre parejas y personas queridas en esta fecha, lo que la ha convertido en una de las jornadas populares más celebradas. En 1930 se instauró definitivamente la fecha en toda España, si bien la rosa sigue siendo un detalle catalán.

Pese al romanticismo de rosas y libros, es un día en el que gran parte de las expectativas están puestas más en los números que en las intenciones. Sin olvidar la crisis, los libreros catalanes confían en poder, al menos, igualar  las ventas del año pasado, estimadas en 20 millones. Los floristas, más optimistas, esperan que los catalanes compren unos 6 millones de rosas, un 10% más que el año anterior.

La jornada tiene también un componente político, con la tradicional recepción en el Palau de Pedralbes, que concentrará a los principales representantes de la clase política y de la sociedad civil catalana.

El presidente de la Generalitat, José Montilla, tiene previsto rodearse en esta recepción de 300 "ciudadanos excelentes" galardonados con los principales premios que otorga el Govern, que recibirán un homenaje en una Diada de Sant Jordi muy marcada este año por los efectos de la no-sentencia del Estatut.

En el plano cultural, y a diferencia del año pasado en el que el fenómeno Stieg Larsson y Javier Cercas se convirtieron en los autores "vencedores" del Sant Jordi, en esta edición no hay un claro favorito, aunque se barajan nombres como Arturo Pérez-Reverte, Julia Navarro o María Dueñas.

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