Lorenzo Silva cree que la literatura puede servir a veces para reparar las insuficiencias de la historia como ha intentado en su última novela Recordarán tu nombre, en la que saca del olvido al general de la Guardia Civil José Aranguren, que desobedeció la orden de alzarse contra la República.
En la obra relata la vida de un general, ferrolano como Franco y máximo responsable de la Guardia Civil en Barcelona, que matuvo su juramento de lealtad a la ley y respetó a la República.
Silva, que presentó este martes su novela junto a un nieto, el lucense José Antonio Cobreros Aranguren, y un bisnieto, Lorenzo Rubio, recordó como este fue fusilado a los pocos días de acabar la guerra, el 21 de abril de 1939, ya que Franco se ocupó "de que se eliminara cuanto antes a aquel digno general que probó con su conducta que sublevarse contra la República no era un imperativo para un militar".
Lorenzo Silva, escritor: "Su nieto realizó un trabajo espectacular de hemeroteca al reunir todas la menciones de prensa desde 1902"
"Es la historia real de España, la que se ve a través de los derrotados y no hablo de bandos; sí las personas de ambos lados"
Cobreros, "el depositario de la memoria familiar", realizó un trabajo "espectacular" de hemeroteca reuniendo todas las menciones a su abuelo en la prensa desde 1902. Así, Lorenzo Silva agradeció el trabajo de hemeroteca realizado por el nieto. "Me ha facilitado todas y cada una de las menciones de su abuelo en la prensa", sin las cuales "no podría haber construido el relato". Silva señaló que la novela ahonda en la historia de un hombre que "siendo humano y justo recibió un juicio deleznable", ya que Aranguren fue fusilado en un pelotón por Franco en 1939.
"Cuando leí la historia de su ejecución tras 40 años de cumplir su deber me resultó impresionante", declaró. "Es la historia real de España, la que se ve a través de los derrotados y no hablo de los bandos sino de las personas que estuvieron en ambos lados", indicó Lorenzo Silva, para quien Aranguren fue "un hombre en tierra de nadie". Estas historias son para Silva las que deben construir "una gran memoria de la civilización, pues ya tenemos la memoria de la barbarie". Silva destacó la necesidad de rehabilitar la figura de Aranguren pero "como no se va a hacer, lo que queda es la literatura".
El nieto de Aranguren, muy emocionado durante el acto, destacó cómo desde el día que fue fusilado su abuelo se trató por todos los medios hacer "como si no hubiese existido" este hombre que fue "un militar de sangre y un guardia civil de corazón". Aseguró además que estaría orgulloso de su familia "por haber mantenido el amor a la Guardia Civil". "Fundó mi familia, fue un hombre muy cariñoso y pendiente de sus hijos y de los pocos nietos que llegó a conocer", declaró.
José Antonio Cobreros, nieto de Aranguren: "Mi abuelo estaría orgulloso de su familia por haber mantenido el amor a la Guardia Civil"
"Fundó mi familia, fue un hombre muy cariñoso, pendiente de sus hijos y de los pocos nietos que llegó a conocer"
Por su parte, el bisnieto Rubio ha afirmado que el libro "está centrado en las personas", y que "todos deberíamos tomar ejemplo de lo que en este libro se consigna", puesto que se trata de hombres que tomaban decisiones "que acarreaban situaciones muy graves". Por ello, destacó que se trata de las vivencias personales de dos hombres de honor. "La ignorancia en la que fue sumida la figura de este general y esta parte de la historia española ha sido clamorosa", dijo Silva, para quien esta obra era una deuda moral y literaria. Cree que la literatura se merece historias como la de Aranguren, ya que la sociedad española es "rehén" de su mala conciencia por construir relatos con los que reivindicar lo que no se puede, como el asesinato.
Así, hay gente de la derecha que "no renuncia" a figuras como la de Franco, que "años después de ganar la guerra seguía asesinando a gente como Aranguren", mientras que otras personas de la izquierda "justifican los asesinatos extrajudiciales de Paracuellos".
La novela es también la historia del oponente de Aranguren y viejo compañero de la guerra en África, Manuel Goded, que el 19 de julio le conminó a secundar el alzamiento. Ante las amenazas de Goded por la negativa del guardia civil –que tenía a su mando a 3.700 hombres– a apoyar el alzamiento, Aranguren contestó: "Si mañana me fusilan, fusilarán a un general que ha hecho honor a su palabra y a sus juramentos militares. Pero si mañana le fusilan a usted, fusilarán a un general que ha faltado a su palabra y a su honor".
