Lola Herrera: "En España hemos dado pasos de gigante, pero las ‘Cármenes’ siguen existiendo"

Para Lola Herrera, el teatro es un "lujo asiático", una minoría. Pese a todo, vuelve a las tablas para representar una vez más a Carmen Sotillo, la histórica protagonista de Cinco horas con Mario de Miguel Delibes. La obra habla de la mujer en los tiempos oscuros de España. Cada regreso a Carmen es un "buceo" que la enriquece a todos los niveles.
 

Lola Herrera. DANIEL DICENTA HERRERA
photo_camera Lola Herrera. DANIEL DICENTA HERRERA

El GUSTAVO FREIRE acoge este jueves el nuevo regreso de Lola Herrera al papel de su vida, el de Carmen Sotillo en Cinco horas con Mario. La función (20.30 horas) forma parte de una gira que terminará el año que viene y que está reportando a la actriz experiencias enriquecedoras tras 40 años interpretando a Menchu.

Es un papel, el de Carmen Sotillo, que ha retomado cada 5 o 10 años durante las últimas cuatro décadas. ¿Qué tiene Carmen que no tengan otros personajes que ha interpretado a lo largo de su carrera?

Tiene un texto maravilloso. Es un monólogo, algo que yo no había hecho nunca y lo estrenamos en una época —1979— en la que no se hacían monólogos. Un monólogo era sinónimo de ladrillo, entonces no se programaba. Y claro, un monólogo de una obra de Miguel Delibes era muy tentador. Siempre que hemos vuelto a él, hemos hecho un trabajo nuevo, una mirada distinta hacia el mismo personaje, la misma época y la misma historia. Eso, con el tiempo, enriquece mucho, sobre todo cuando se trabaja con un texto que es tan amplio y que tiene tantas posibilidades, que se presta a tantas lecturas. El personaje tiene muchos pasadizos secretos que hemos ido trabajando, investigando y conociendo.

¿Por qué ha vuelto ahora?

Hacía 14 años que no lo representaba pero me gratifica mucho. Pensaba que no lo iba a hacer más, pero con motivo del 50º aniversario de la novela se pensó en hacer algo, y me convencieron. Estoy encantada de que me hayan convencido porque lo estoy disfrutando muchísimo. Veo una Carmen, desde la distancia que me permite ver muchas más cosas de ella, y así trasladárselas al público.

¿Está cambiando por fin en España esa manera de ver el papel de la mujer?

Hemos dado pasos de gigante, pero las Cármenes siguen existiendo. Carmen era el producto de una época, a todos los niveles. La mujer no tenía derecho a nada, pasaba de padre a marido, a cuidar niños, cuidar maridos, cuidar enfermos de la familia. Era una mujer sin derechos. No existía divorcio, no existía la píldora, no existían muchas cosas. La mujer, hoy, ha dado pasos de gigante, pero queda mucho por recorrer. A lo largo del país hay una parte importante de Cármenes.

Decía antes que cada vez que trabajaba de nuevo el personaje lo hacía de una manera diferente.

Si encaras un personaje ampliando la mirada, hacia un lado o a otro del personaje, si haces ese buceo en el personaje, te encuentras muchas cosas. Casi nunca existe la oportunidad de hacer estos recorridos cada equis tiempo por un personaje. Muy pocas actrices han tenido la oportunidad de hacerlo, así que yo me siento una elegida en ese sentido. Es muy enriquecedor si lo miras desde una distancia determinada. No solo ha pasado el tiempo para Carmen. También para mí y para el público que va a ver la obra.

¿Le ha sorprendido la reacción del público?

Siempre me sorprende. Siempre tengo prevención de lo que voy a hacer, si va a gustar o no va a gustar. Esto lo hicimos porque era el 50º aniversario y lo hicimos cuatro semanas, que acabaron siendo ocho, en el teatro Reina Victoria de Madrid en 2016. Descubrimos que la gente enloquecía, se ponía de pie, gritaba "¡bravo!" y todas esas cosas. Descubrimos que seguía pasando lo mismo que cuando se estrenó, que tenía el mismo interés para el público. Incluso a veces más. Ahí fue cuando nos empezaron a pedir desde todos los sitios que fuéramos a representar la obra. Yo entonces no podía, porque estaba representando La velocidad del otoño, una obra con Juanjo Artero, y cuando terminé con aquello empezamos esta gira que terminará el año que viene. Pero estoy disfrutando muchísimo. Nos lo pasamos muy bien el público y yo.

Comentaba que los buceos en el personaje de Carmen Sotillo eran más sigilosos y ahora son más descarados.

Más libres, diría. Cuanto más conoces, más quieres conocer. Si buscas, encuentras. Realmente el material que dejó Miguel Delibes es tan sumamente rico, que como te pongas a buscar, siempre encuentras algo nuevo.

¿Sigue opinando que en España no se dan los pasos necesarios con el mundo del teatro?

El teatro es un directo que siempre ha pasado por épocas. Cuando no había tanto bombardeo de medios, tenía un público. Desde hace muchos años, desde que empezó la televisión, el público que sigue siendo amante del teatro, sigue yendo al teatro. Es como un lujo. Hay muchísima gente que no ha ido jamás al teatro. En este país no hay mucha cultura teatral, no hay necesidad de ir al teatro.

¿De qué hay necesidad en España?

Hay necesidad, por ejemplo, de las televisiones, se pasan horas y horas con ella. El cine gusta muchísimo y los teléfonos muchísimo más. Pero el teatro es como un lujo asiático. No pienso que estemos peor que nunca, pienso que el teatro es una minoría. Tendría que ser de otra manera, pero para eso habría que educar a la gente desde que va al colegio. Y eso no ha pasado nunca.

"El teatro no morirá nunca, la gente se acabará cansando de consumir todo enlatado"

¿Las nuevas formas de consumir historias acabarán con el teatro?

El teatro no morirá nunca, la gente se cansará de consumir todo enlatado. Si quieren ver algo vivo, tendrán que sentarse en la butaca de un teatro y ver a una gente haciendo una función para ellos. Esa función ya no va a repetirse más, aunque se repita el mismo texto y los mismos movimientos. El teatro es una cosa tan efímera y tan maravillosa, que quien se lo pierda, se pierde mucho.

Sin contar el personaje de Carmen Sotillo, ¿hay otros papeles a lo largo de su carrera que la hayan marcado de manera tan intensa?

Todos te regalan cosas. Te regalan la posibilidad de investigar dentro de ellos, de encontrar su alma. Ellos te dan, tú les das. Unos te dan más, otros menos, algunos te los tienes que inventar... pero hay y he hecho personajes muy ricos. Y todos te dejan algo, te ayudan a pensar, a descubrir cosas. Es un trabajo, el nuestro, muy interesante, porque te vas enriqueciendo mientras conoces a otras mujeres a fondo.

¿Siente que le queda algo por hacer en el mundo de la cultura en España?

Todo, todo. Me queda todo. Una vida es insuficiente para hacer algo. Estamos muy limitados. Tenemos un tiempo vital. Y entonces la vida, aún siendo larga como la mía, y con salud, es insuficiente. Queda todo por hacer. Haces lo que puedes a lo largo del camino. Es como si estuviera empezando ahora.

Comentarios