La película rumana 'Touch me not' se lleva el Oso de Oro de la Berlinale, que también se acuerda del cine latinoaméricano

El filme de Adina Pintilie incluye exhaustivas exposiciones de sexo y sadomasoquismo

La directora rumana Adina Pintilie posa con su Oso de Oro
photo_camera La directora rumana Adina Pintilie posa con su Oso de Oro

La Berlinale dio este sábado el Oso de Oro a Touch me not, el debut de la rumana Adina Pintilie con un filme complejo y profuso en sexo, y recompensó el nuevo cine procedente de América Latina, con dos Osos de Plata a la paraguaya Las Herederas y otro a la mexicana Museo.

La actriz paraguaya Ana Brun vio recompensado con la Plata a la interpretación femenina su excelente trabajo en el filme dirigido por Marcelo Martinessi, quien además obtuvo el premio Alfred Bauer, instituido en memoria del fundador del festival.

La película del mexicano Alonso Ruizpalacios obtuvo el Oso de Plata al mejor guión, segundo premio que gana este cineasta en la Berlinale, tras el que recibió en 2014 a la mejor ópera prima por Güeros.

El Gran Premio del Jurado se fue, como el oro, para otra representante del este de Europa, la polaca Twarz (Mug), de Malgorzata Szumowska, mientras que la plata a la mejor interpretación masculina fue para el joven francés Anthony Bajon, por La Prière, dirigida por Cédric Kahn.

Solo hubo un Oso para un nombre consagrado, el estadounidense Wes Anderson, que ganó el correspondiente al mejor director por la película de animación Isle of Dogs. Alemania, que tenía cuatro películas a concurso, se fue absolutamente de vacío, lo mismo que el filipino Lav Diaz, cuyo poético Ang panahon ng halimaw (Season of the Devil) se contaba entre las favoritas.

El Oro al filme rumano Touch me not  se produce tras una serie de deserciones en el estreno, atribuibles tanto a sus exhaustivas exposiciones de sexo y sadomasoquismo, como a los monólogos terapéuticos de personajes incapacitados para el tacto humano, pese a no faltarles nada, o impedidos que viven en plenitud su sexualidad.

Touch me not, sin embargo, se convirtió en la apuesta de un jurado determinado a encontrar su película en lugar de dejarse llevar por las preferencias de críticas o público, en un festival donde además no había claros favoritos. 

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