Kiki Cortiñas: "Como tengo hijos pequeños compongo cuando voy de compras al Mercadona"

► Empezó componiendo en el desván de su casa. El año pasado firmó diez de los once temas de ‘De verdad’, de José Mercé y Tomatito. Kiki Cortiñas (Lugo, 1985) esbozó los temas grabándose con el móvil y haciendo acopio doméstico en el Mercadona. Le costó convencerlos, pero los premios Odeon lo nombraron mejor álbum flamenco de 2019
Kiki Cortiñas JAVIER GONZÁLEZ
photo_camera Kiki Cortiñas JAVIER GONZÁLEZ

Cantante, compositor, músico y productor, la carrera lo llevó de Lugo a Madrid y "el amor" lo llevó de Madrid a Almería, donde vive, casado con una hija de Tomatito. A mil kilómetros de Lugo, El Kiki apenas tiene que hacer memoria para recordar el paso de miembro de coro a solista. Tenía "4 o 5 años". Estaba en la Iglesia evangélica de Lugo cantando "Ayúdame, Señor,/ a romper las cadenas". El pastor sintió la llamada de su voz y lo hizo adelantarse. 

¿Aflamencaba esas canciones? 
Sí, claro. Era canciones para Dios y era como las sentía. 

El pastor lo subía a un altavoz para que cantase. Era muy pequeño. ¿No conoció el rubor de actuar en público?
No, porque cantaba en la iglesia y en las fiestas. Debuté en el Clavicémbalo con 9 años, con Cuchús Pimentel.

¿Cuál fue el repertorio? 
Cosas de Camarón, sobre todo. Temas de los discos que había hecho con Paco de Lucía. Lo que escuchaba en casa. Entonces nos parecía normal. Mucho después me di cuenta de que eran dos genios, dos personajes que marcaron época. 

¿Vio a Camaron en directo? 
Tenía 7 años cuando murió. Mi padre lo pudo ver en A Coruña, junto a Tomatito. Fue una locura. Lograba lo que logran artistas del pop con márketing: dos o tres días antes había seguidores en tiendas de campaña. 

En su casa escuchaban flamenco, pero usted tiene otra infuencia de peso. Entre los 15 años y los 18 hace un parón en su carrera por el cambio de voz.  Descubre el jazz. 
Músicos como mi amigo Telmo empieza a hablarme del jazz, lo escucho en el Clavicémbalo,... Ella Fitzgerald, West Montgomery, Path Metheny,... Lo que me cuesta más entender es el free jazz por su sistema para improvisar.

Usted hace un flamenco que se aparta poco de la tradición. ¿Tiene que contenerse para que no se note el jazz?
Sonoramente. Me ayuda mucho en las transiciones. Aunque yo no sea consciente, está ahí. En temas como los que hice para Mercé y Tomatito. 

Casi hace pleno: 10 de los 11 temas en ‘De verdad’. 
La discográfica, Universal, llamó a cinco compositores pare el disco. José Mercé quería flamenco tradicional con algo de vanguardia. Era un reto. Les presento un tema. ‘Está bien, pero me suena a nosequién’. No les vale. Les presento otro. ‘Es bonito, pero no va conmigo’. Tampoco. Así hasta cinco. Eligen una canción, pero no es mía. Me desespero. 

Uno de quienes rechazaban sus  composiciones era su suegro.
Tanto él como Mercé tienen mucha discografía. Eligen con cuidado lo que van a interpretar durante todo el año siguiente.

¿Y su mujer qué decía de que a su padre no le valiese su trabajo?
Pues que eran bonitas. Ella sabe que soy cabezón. Me animaba. 

¿Y qué hizo?
Echarle horas. Estaba enfadado conmigo mismo. Me decía: ‘Estos dos gigantes me han dado la oportunidad y no la he sabido aprovechar’. Le dediqué el día y la noche. A base de café. Me gusta mucho el café. Componía hasta las siete de la mañana, me duchaba, llevaba a mi hija al colegio y seguía. 

Estoy hablando con usted y escuchando a sus hijos como banda sonora. Suenan alegres como una bandada de pájaros. ¿Cómo hace para componer? 
Antes lo hacía centrado y en silencio. Desde que tengo hijos compongo cuando voy a hacer la compra a Mercadona. A veces voy a hacer la compra para poder componer. También compongo en el coche. Llevo el móvil y me grabo.

Volvamos a ‘De verdad’. ¿Cuál fue la primera canción que aceptaron José Mercé y Tomatito
'Lola', dedicada a Lola Flores.

¿’Lola’? Es una zambra, un palo en desuso y complejo técnicamente. Optó por lo más arriesgado.
Dije: ‘Me la voy a jugar’. Les gustó y encontré el hilo.

¿Qué aprendió de ese disco?
Aprendí de la seguridad y la sencillez que tienen ellos, de que ellos solamente interpretan lo que es verdadero. El corazón manda.

¿Es más exigente cuando compone para usted? 
Lo que compongo para mí no me gusta. Dejo los temas unos meses para ver lo que tienen de verdad. Espero grabar este año. Van a colaborar Josemi Carmona y Tomatito. Tendrá la candencia y el sentir del flamenco. Me voy a otros géneros y acabo volviendo al flamenco.

"Hace mucho que no juego al tenis, al acabar te duele el brazo y no puedes coger la guitarra"

Después De España, y casi tanto como en España, El Kiki toca en Francia. Recientemente, hizo una gira con Tomatito. ¿Qué encuentran los franceses en el flamenco?
La fuerza, la melancolía,... En Alemania es una locura. Iré en marzo con Tomatito.

¿Escucha música francesa? 
Me gusta Jango Reinhardt, era un genio. Era gitano.

Los músicos de trap del sur de España hablan con devoción de los flamencos. Yung Beef cita a Tomatito como referente.
Hay sonidos en el trap, algunos de electrónica, que me gustan mucho. Es un mundo por descubrir.
Usted escribe sus letras. 
Sí. Leo mucha poesía. De niño leía a Lorca y a Machado. Fue un mundo que me abrió escuchar a Camarón. Ahora leo a poetas del  neoclásico o el romanticismo. Sabina tiene una escritura increíble. También Serrat. Alejandro Sanz tiene una escritura propia.

Si le prohíbo el flamenco, el jazz y la música clásica ¿Que escucharía? 
Sting. Es muy buen compositor. 

Ahora juega al tenis, como usted.
Hace tiempo que no practico. Me gusta, pero es difícil. Técnicamente exige muchas horas. Cuando acabas te duele el brazo y no puedes coger la guitarra. También me gustaría jugar al golf. Dicen que es de gandules, pero es difícil. Hay que echarle horas.

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