Juan Tallón: una vocación inevitable

Es escritor, aunque estudió Filosofía. Fue periodista y redactó discursos, pero nunca dejó de ser escritor 
Juan Tallón. EP
photo_camera Juan Tallón. EP

El padre de Juan Tallón le enseñó a escribir. No a dibujar las letras ni a comprenderlas, de esa tarea se ocupó la escuela de Vilardevós, la villa de Ourense en la que nació en 1975. El padre de Tallón le mostró el camino de los novelistas rusos, el modo de apreciar su talento literario.

Juan decidió ser funcionario, como su padre. Dedicarse a una tarea fija durante la jornada laboral, pero el hijo se convirtió en su propia administración. Fija las tareas y los horarios desde entonces. En su listado laboral están las novelas, como la reciente Rewind —avalada por los lectores con varias ediciones y alabada por la crítica— y están los artículos que aparecen en El Progreso, Jot Down y los medios del grupo Prisa.

undefined

Como no pudo entrar en Periodismo se matriculó en Filosofía porque calculó que las clases y los exámenes le ocuparían el tiempo mínimo y podría dedicarse a leer, también a los rusos. La carrera le valió para entender los gestos y el lenguaje de los políticos.

Fue cronista parlamentario de La Región. En ese tiempo hacía información y una columna diaria. Se cansó de la política, pero no de la escritura. Irónicamente, lo llamaron para redactar discursos para políticos en la Secretaría Xeral de Inmigración y, tras un regreso al periódico ourensán, en el Ministerio de Justicia. Cuando se acabó el trabajo para el ministro Francisco Caamaño se determinó a ser solamente escritor. Para siempre. 

Comentarios