El escritor y periodista lucense José de Cora remarcó este jueves que "no se produjeron" fenómenos paranormales "con la fuerza e intensidad de los que hubo en la Casa do Demo, en Anllóns" en la Galicia de fines del siglo XIX y principios del XX. De Cora presentó este jueves su nueva novela, Te llamaré Muerto (Edhasa), en el Círculo de las Artes de Lugo.
La obra está inspirada en los extraños fenómenos que sucedieron entre 1899 y 1900 en una casa de la localidad de Anllóns (Ponteceso), donde dos mujeres denunciaron haber sido atacadas violentamente por fantasmas. En Te llamaré Muerto, José de Cora pone al médico y espiritista Manuel Otero Acevedo; al escritor Ramón del Valle Inclán, y al periodista y abogado Prudencio Landín a investigar esas anomalías. El autor también introduce en la trama al personaje histórico lucense Benigno Araújo, un guardia civil que destacó por sus investigaciones a principios del pasado siglo XX.
Sobre lo acontecido en la Casa do Demo hubo un informe oficial, publicado por Diario de Pontevedra. José de Cora desveló que "hay un segundo informe" del que no se tuvo conocimiento público porque quedó reservado en los archivos eclesiásticos de Santiago. Ese documento "era contenedor de elementos más escandalosos". El escritor los maneja narrativamente para relacionar "una disfunción fisiológica de un erotismo no satisfecho y una tricofagia, la manía de comerse el pelo de algunas jovencitas y que les causa una piedra calcárea en el estómago".
La profesora de Lengua y Literatura españolas Concepción Sanfiz fue la encargada de mantener un diálogo con el autor. Sanfiz encontró el libro "inquietante, porque el mundo esotérico despierta curiosidad y desasosiego". A ese ámbito trascendental se le unen en Te llamaré Muerto "sucesos a los que no es fácil encontrar un sentido racional". El paralelismo entre "una temática paranormal y una realidad prosaica" no conduce necesariamente a una explicación única porque "para los asesinatos la hay; pero para la parte paranormal, no". Ese aspecto "se explica solamente hasta donde se puede".
La profesora adelantó, "sin intención de desvelar nada", que "hay un personaje que parece víctima y puede ser verdugo por unas artes heredadas de una antepasada".
Ese encuentro de dos mundos diferentes -el real y el espiritual- forman parte del ideario de Otero Acevedo, "que está interesado por la ciencia, pero también por el espiritismo, por el más allá y por los seres que conviven con nosotros".
Para investigar el misterio de Anllóns, requiere a un amigo suyo, que es Ramón del Valle Inclán, a quien convence para viajar a la localidad de Ponteceso por su interés en los asuntos esotéricos y en los "aspectos ancestrales de nuestra cultura, por esa Galicia que también aparece en sus obras dramáticas y en sus novelas".
José de Cora hizo ver la falta de base de percepciones como que "Galicia es más propicia a supersticiones" apuntando que "no es algo que no ocurra en África, Asia o América del Sur". Atribuyó esa idea a "falta de instrucción".
A medida que avanza la novela, Valle Inclán va cediendo en su interés por los sucesos de la Casa do Demo -apreció Sanfiz- "porque no era lo que buscaba". Encuentra crímenes "provocados por una miseria moral, que no pertenecen tanto al ámbito de lo esotérico".
La experta en literatura coincidió con José de Cora en que Valle Inclán "se siente por encima de esa realidad". Sanfiz expresa ese punto de vista aludiendo a la indicación técnica del dramaturgo de que "los personajes pueden mirarse desde arriba, a su nivel o desde abajo". En Te llamaré Muerto, "los ve desde arriba".
El escritor y periodista lucense lamentó el esfuerzo de contención que tuvo que hacer para reproducir el habla de Valle Inclán al resultar su lenguaje un tanto arduo para los lectores actuales. Concepción Sanfiz consideró importante el esfuerzo de José de Cora "para representar a Valle como era, para lo que es importanter reproducir su forma de hablar" como parte característica de su personalidad. Para la docente, usar un "registro más estándar restaría credibilidad al personaje"; por lo que aprueba que en esta obra "habla como probablemente hablaría".
El Círculo de las Artes fue el escenario donde se desgranaron los pormenores de una novela, a cuya presentación acudió una nutrida representación de El Progreso, entre la que figuraban la presidenta del Grupo, Blanca García Montenegro; la adjunta a la presidenta, Blanca de Cora García-Montenegro; el director, Lois Caeiro, o la subdirectora Isabel G. Araújo. No faltó la presencia institucional, con el presidente de la Diputación, Darío Campos, al frente.
