Joaquín Sabina se estrena en la pintura con el cuaderno 'Garagatos'

Joaquín Sabina lleva meses sin escribir "un solo verso de canción" pero dibujando y sus pinturas y bocetos han terminado en un cuaderno de artista que ha titulado Garagatos, de los que se editarán 4.998 ejemplares que saldrán a la venta el próximo mes.

Cuando los médicos "y los selfies" le echaron de los bares, confiesa Sabina en la presentación que hace de su trabajo, el artista se recluyó en casa para dedicar su "rato favorito", después de cenar, "a tratar de escribir canciones".

"A veces salían y a veces no. Cuando no salían me desesperaba y, con unas copitas de más, como todavía no hacía cuadernos ni tenía óleos ni nada, me ponía a pintar: a veces las paredes, a veces las puertas", dice.

Alguna de esas pinturas "ha sobrevivido" y "la mejor" está en la portada del libro que presentará la próxima semana en Madrid.

Su forma de dibujar, explica, es algo "caótico", "sin reglas", "sin seguir ninguna disciplina de ninguna clase: No pretendía absolutamente nada excepto sacarme lo que llevaba dentro". 

Al principio dibujaba en el cuaderno que tenía a mano y luego se ha ido "sofisticando un poquito" y se ha ido "regalando" cuadernos con un papel más rugoso para dibujar. Suele dibujar "en los viajes, entre concierto y concierto, en el cuarto de un hotel, y basta con llevarse tres rotuladores y cuatro lápices de colores".

El jienense, que el 12 de febrero cumplirá 67 años, "jamás" tuvo "el menor plan" de ser "ni pintor, ni cantante", revela. "Lo que soy es un tipo que sabe mirar, que ha aprendido a mirar, que ama la belleza, la transgresión y todo lo que hay en la pintura. Hace muchos meses que no escribo un solo verso de canción pero todos los días saco cinco o seis dibujos", agrega.

Sabina actuó en Madrid por última vez el pasado mes de septiembre acompañando a Joan Manuel Serrat, con el que cantó Cuenta conmigo. En diciembre de 2014, sufrió un "pastora soler", como él mismo llamó al ataque de pánico que tuvo en su vuelta a Madrid, donde no actuaba desde hacía cinco años.

En esa ocasión celebraba el aniversario de uno de sus discos más exitosos, 19 días y 500 noches, con el espectáculo 500 noches para una crisis, y en octubre del año siguiente publicó Puro Sabina, con todos sus discos de estudio y en directo de su carrera en solitario.

El último trabajo no recopilatorio en solitario fue Vinagre y rosas, editado en noviembre de 2009, el decimonoveno de sus entonces 31 años de carrera y en el que escribió a medias con Benjamín Prado diez de los catorce temas que contenía.

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