Javier Gutiérrez: ''Sería una pena que TVE dejase de emitir 'Águila roja''

El género de aventuras no morirá mientras existan héroes como los de ‘Águila roja’, todo un fenómeno televisivo, como así lo demostró la audiencia que ha seguido masivamente esta serie de las noches de La Primera, uno de cuyos protagonistas es el ferrolano-astur Javier Gutiérrez, que interpreta al entrañable personaje del criado Saturnino García, ‘Sátur’.

¿Qué le ha dejado mejor sabor de boca, la serie o la película que rodaron basándose en esta?

Personalmente, pienso que la serie de televisión está muy por encima de su secuela cinematográfica. No hay que olvidar que ‘Águila roja’ fue concebida como un proyecto televisivo y las tramas, personajes e historia en sí necesitan mucho más tiempo que las dos horas que dura la película.

¿Sabe si se van a emitir nuevos capítulos?

Hay grabada una temporada más y, por supuesto, mi personaje tendrá continuidad en esos nuevos capítulos. Lo que no sé es dónde se emitirán ni lo que el futuro deparará a nuestra serie. ‘Águila roja’ está en manos de la decisión que adopte RTVE, pero sería una pena que por razones políticas -que no económicas- dejara de emitirse en la cadena pública. No olvidemos que esta serie, en términos de rentabilidad y prestigio, es de lo más interesante que puede haber en la televisión de nuestro país.

¿Qué ha significado para usted el personaje de Satur?

Satur es un enorme regalo, uno de esos personajes que se cruzan en la vida de un actor y que marcan su carrera. ¡Ojalá me ofreciesen más de esta envergadura en el futuro!

Está claro que la serie no sería la misma sin su personaje. ¿Qué ocurre cuando un actor con un importantísimo papel secundario como este nubla un poco al protagonista?

No trato de nublar a nadie, solo trato de sumar con mi trabajo. ‘Águila roja’ es lo que es gracias al esfuerzo de muchos profesionales, desde el director al último de los figurantes.

En todo caso, su carrera está marcada por los papeles secundarios con peso. Hay quien lo compara con José Luis López Vázquez...

¡Me sonrojo solo de pensarlo!, es todo un elogio para mí. Nuestro país es una fuente inagotable de grandes cómicos, y la generación de López Vázquez especialmente. Recoger el testigo de actores de la talla del propio José Luis, Alfredo Landa, Fernán-Gómez, José María Rodero, Antonio Ferrandis y un larguísimo etceterá es una tarea titánica. Aun así, me encanta que encuentren cierto parecido en mi trabajo con el de estos maestros a los que venero.

¿El alma que emana de sus personajes tiene sus raíces en las nieblas del Cantábrico asturiano o en la ría de Ferrol?, ¿le han influido, de alguna manera, sus orígenes en su trabajo?

Puede ser, aunque de ser así sería de una forma inconsciente. Pero sí hay algo que tiene que ver con mis raíces a la hora de enfrentarme al trabajo: la sencillez y la honestidad.

¿Cree que los actores nacen o se hacen?

En mi caso, me hice actor poco a poco, casi sin darme cuenta. Siempre he utilizado el teatro, ya desde pequeño, de una forma terapeútica. De hecho, gracias a la interpretación he ido venciendo mi timidez. Yo diría que hay actores con un talento natural, a los que envidio, y otros que tenemos que trabajar el doble para conseguir el mismo resultado. Así que hay actores que nacen y otros que se hacen.

¿Se fue a Madrid porque no pudo ser profeta en su tierrra?

Madrid es una ciudad maravillosa, en la que nunca te sientes forastero, un lugar donde se encuentran más oportunidades y, en su día, para nosotros, los actores, una ciudad en la que uno podía cumplir sus sueños. Mi relación con esta ciudad va mas allá de lo profesional.

Antes de marcharse, en Galicia hizo un pequeño papel en la serie ‘Mareas vivas’, ¿le han salido otras ‘novias’ desde entonces?

Me gustaría trabajar en Galicia, pero desde entonces no ha podido ser. Aunque me estrené el año pasado como productor teatral en Ferrol con ‘Contraacciones’, de Mike Bartlett, una obra sobre la intromisión de las grandes empresas en la privacidad de sus trabajadores .

Animalario, la gran escuela de actores, fue durante mucho tiempo su hábitat natural. Con esta compañía interpretó papeles inolvidables, como ‘Argelino, servidor de dos amos’, obra cumbre de la comedia italiana. Con el mismo sustrato, ¿qué título describiría la realidad actual?

Precisamente, con Animalario estamos trabajando en la preparación de un espectáculo basado en el libro de Naomi Klein ‘La doctrina del shock’, en el que se cuenta como el capitalismo emplea la violencia y el terrorismo contra el individuo y la sociedad. Ojalá podamos llegar a estrenarlo aunque, como dice el tema de Golpes Bajos, son malos tiempos para la lírica...

Su formación es eminentemente clásica. De hecho, se reveló como un gran actor interpretando a los clásicos en teatros como el María Guerrero. Eso imprime carácter...

Todo imprime carácter. Me considero un actor de teatro, pero no reniego de la tele, que me ha dado mucho y donde sigo aprendiendo, al igual que en el cine.

En su trayectoria cinematográfica figuran títulos tan comerciales como ‘El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo’, ‘Al otro lado de la cama’ o ‘Días de fútbol’. ¿Qué le aporta el cine?

Me gustaría prodigarme más en el cine, pero últimamente el teatro y la televisión no me dejan mucho tiempo para ello. El cine te permite trabajar a un ritmo diferente y tienes más tiempo para preparar el personaje antes de llegar al rodaje.

Desde luego, sus apariciones en televisión han estado tocadas por la fortuna, desde su primer papel fijo -en 2005, en la exitosa serie ‘Los Serrano’- hasta el último, con el aldabonazo que supuso en su carrera ‘Águila roja’.

Soy un gran defensor de la televisión que se hace en nuestro país. Por supuesto, no de toda, pero sí de la que se hace en la cadena pública. Espero que el nuevo Gobierno cuide nuestra televisión, que es la que todos pagamos. Gracias a la ficción televisiva contamos con una gran cantera de directores, actores, guionistas. Me gusta hacer televisión y no tengo empacho en reconocer que le debo mucho a este medio.

Por cierto, que en los mentideros madrileños se habla ya del ‘clan de los gallegos’: Míriam Gallego, Francis Lorenzo y usted, los protagonistas de ‘Águila roja’, ¿cómo se llevan?

Fenomenal, aunque, por desgracia, apenas coincido con ellos en el rodaje. En Galicia hay una buenísima cantera de actores.

En ‘Elling’, la obra que representa actualmente en el teatro Galileo, comparte escenario con Carmelo Gómez, otro ‘casi’ gallego.

¡Casi, porque es leonés! Es difícil acertar en el teatro y con ‘Elling’ lo conseguimos. Estamos muy orgullosos del resultado. Hablar de personas con problemas mentales sin caer en el cliché era muy delicado, pero trabajar desde la sinceridad y el respeto nos ha ayudado a entender mejor a los personajes.

¿Se puede desvelar qué proyectos tiene en cartera en estos momentos?

Tengo varios proyectos, entre ellos, hacer sendas películas con Álex de la Iglesia y Daniel Monzón. Por cierto, que en esta última seré compañero de reparto de un paisano vuestro, Luis Tosar. Y en cuanto al teatro, estrenaré en septiembre, en Madrid, la comedia de humor negro ‘El traje’, de Juan Cavestany. Este es un proyecto muy especial para mí, ya que también lo voy a producir.

Cuando no está trabajando, ¿cómo es el día a día en su vida?

Muy normal. Cuando no trabajo dedico todo mi tiempo libre a estar con mi gente. Pero no desconecto del todo porque, como apasionado del teatro, veo todo lo que puedo. También me gusta escaparme al mercado y trastear en la cocina, a la vez que pienso en qué será lo próximo que haga en el teatro...

Y cuando le queda un rato libre, ¿qué es lo que más le gusta hacer?

Me gusta pasear, jugar con mi hijo, leer, cocinar -como ya te comentaba-, salir alguna que otra noche... Supongo que lo mismo que le gusta al resto de los mortales. La mayoría de los actores, fuera del escenario, somos unos tipos muy normales.

¿Le cuesta compaginar el trabajo con la familia y los amigos?

Mucho, cada vez más, aunque también he aprendido a decir que no a ciertos trabajos. A pesar de ello, sigo pensando que lo importante es la calidad y no la cantidad de tiempo que le dedicas a los tuyos. Ellos saben que, de una forma u otra, siempre estoy ahí.

¿Viaja con frecuencia a Galicia?

Siempre que tengo ocasión. Precisamente este sábado [hoy] estaré en la entrega de premios Mestre Mateo de cine y teatro y, mañana, domingo, voy a disfrutar viendo al Rácing en un clásico contra el Ourense, que está en tercera. Es una tradición familiar: comer fuera y después ir al estadio de A Malata a ver al equipo de mis amores.