Leo Bassi: "Me han acusado de tener mala leche, pero nunca de ser aburrido"

Muy crítico en sus discursos contra la derecha y la Iglesia, el italiano aterriza este jueves en el Gustavo Freire con su espectáculo Yo, Mussolini una obra provocadora y divertida pero con una reflexión profunda sobre la manipulación política y el fascismo. El sábado está en Viveiro
photo_camera Leo Bassi, caracterizado como Mussolini. EP

CON UN PARECIDO FÍSICO más que evidente, el cómico italiano Leo Bassi se enfunda el traje de Il Duce en su monólogo Yo, Mussolini para analizar la figura del dictador y mostrar realmente quién era. Bassi es un portavoz de los pobres, como así se define, caracterizado por un discurso político provocativo que más de una vez le ha jugado malas pasadas.

¿Quién es Leo Bassi?
Es el fruto de toda una generación. Mi padre, mi abuelo, mi bisabuelo... todos se dedicaban al circo.

Una tradición...
Sí, y es lo que más ha condicionado mi vida.

Viene de una familia dedicada al circo, donde tuvo sus propios espectáculos. ¿Lo echa de menos?
Sí, tengo nostalgia de ese mundo, pero es algo que ya no existe. Me considero un dinosaurio porque vengo de una época que desapareció. He tenido que crearme otro mundo paralelo, intentando mantenerme fiel al espíritu del humor popular aunque en una realidad muy diferente a la de mi abuelo. Siento nostalgia del circo y tengo muchos recuerdos históricos... fue un mundo que me condicionó mucho, pero me ha permitido ser pionero y reinventar el circo.

Y esa vida de nómadas, ¿cómo era?
Fantástica. Para mi familia no había nacionalidad, había payasos italianos, malabaristas marroquíes... teníamos una nacionalidad internacional. Pero la vida del circo implica mucho trabajo. Pasábamos las noches montando la carpa, dando de comer a los animales... incluso arreglando los motores de los camiones. Mi padre hacía de todo. Era hasta mecánico... pero ante todo payaso.

Toda una vida dedicada al público. 
Nuestras conversaciones giraban en torno a si al público le gustaba lo que hacíamos. Nuestra obsesión era tener éxito.

"Me quemaron un local en Lavapiés y me intentaron matar con un kilo de explosivos... pero nunca hay culpables"

Cambió de escenario y centró su vida en los monólogos, marcados por un estilo provocativo que le ha traído algún que otro problema, por ejemplo con el Papa Juan Pablo II. ¿Alguna vez esto le ha hecho replantearse sus espectáculos?
Nunca, nunca. Esto es como el circo... es para valientes, como los trapecistas o los que se meten en jaulas con leones. Lo único que importa es que el chiste o los guiones gusten al público. Y no creo que sea aburrido. Me han acusado de tener mala leche, pero nunca de ser aburrido.

Y esto le ha jugado malas pasadas e incluso amenazas.
Sí, en forma de bomba en 2016. Fue en el teatro Alfil de Madrid. Iba a actuar y vi un montón de policías y digo: "¡Qué coño!". Al lado de mi camerino había un kilo de explosivos. Hace cinco años también me quemaron El Paticano, un local-iglesia en Lavapiés dedicado a un pato de goma.

¿Y el culpable?
No hay. De ninguna de las dos.

¿Y miedo?
Ninguno.

¿Teme que esta falta de libertad de expresión acabe con su carrera?
No, al contrario, me dan ganas de hacer más espectáculos e ir hacia adelante. Menos mal que hay gente que se ofende porque eso significa que hay libertad de expresión. Si dices cosas que molestan, es porque son verdad.

"Mussolini y el empresario Walt Disney discutían sobre política"

¿El humor tiene límites? ¿Debe ser siempre provocador?
Sí, el límite es no mofarse de débiles, pobres o frágiles. No me mofo de un pobre en la calle pero sí del poder, y tengo todo el derecho del mundo. Soy un portavoz de la gente pobre, y lo llevo en mi apellido, que Bassi en italiano significa «gente de clase baja». Me permito hacer chistes contra el mundo católico porque tienen catedrales llenas de oro.

Presenta este jueves el espectáculo Yo Mussolini en Lugo, en el auditorio Gustavo Freire, y el sábado en Viveiro. ¿Qué se van a encontrar los espectadores?
Un Mussolini de verdad. El espectáculo toca el fascismo, la extrema derecha... Al principio era para mofarme, pero con el tiempo empecé a conocer a Mussolini y ahora intento dar a conocer datos sobre él que nadie conoce.

¿Cómo por ejemplo...?
Que era amigo del empresario Walt Disney, fundador de la compañía. Un hijo de él cuenta que discutían de política.

¿Cómo le dio por esto?
La idea era hacer un espectáculo y reírme de esto, y quitar el miedo que genera el fascismo. Sabes las consecuencias y el peligro que puede suponer este tipo de actuación, pero lo importante es no tener miedo. Está claro que si te mofas de algo que no gusta, te pueden matar... pero no importa (risas). No soy violento, solo hago chistes.

Tiene 70 años y sigue llenando teatros... ¿Cuándo tiene pensdo bajarse de los escenarios?
Mi padre me decía que los mejores payasos son los más viejos. Es como un Papa, que lo presentan como un joven Papa con 70 años (risas). A esta edad es cuando se empieza a ser un payaso bueno.

¡Vamos, que no se jubila!
A mí me van a quitar del escenario en un ataúd.

¿Qué proyectos le quedan?
En abril estaré en Rusia si no hay una guerra antes. También tengo citas en Brasil, Francia...

Como curiosidad, ¿a quién le hace reír Leo Bassi?
Soy un poco duro y a veces digo: "¡Coño, me tengo que reír más!". Puedo ver continuamente las películas de Charlie Chaplin y me sigue haciendo reír hoy.

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