El escritor y consejero editorial del Grupo El Progreso José de Cora quería escribir una novela sobre Álvaro Cunqueiro, "pero no sabía ni en qué época ni que iba a estar haciendo Cunqueiro". Su interés era cerrar su ciclo Autores, en el que había tratado ya a Camilo José Cela, Valle Inclán y Miguel Delibes en sendos libros.
Esa incertidumbre se despejó cuando el autor recordó unas pinturas del siglo XIV plasmadas en un muro de la catedral de Mondoñedo, ciudad natal del escritor y futuro personaje.
En la obra, La matanza de los santos inocentes, aparecen mujeres protegiendo o llorando a sus hijos a los que están asesinando soldados romanos enviados por Herodes. Ellas enseñan sus pechos en "un gesto llamado ostentatio mammarum, que consiste en enseñar las tetas en protesta porque esos pechos son los que dan la vida", fue revelando José de Cora en la presentación de su nueva novela El prodigioso escote de Mondoñedo, junto con el editora de Hércules, Francisco Rodríguez Iglesias, en la Feira do Libro de Lugo.
El acto reunió a numerosos lectores, que se repartieron entre los que llenaron la carpa y los que lo siguieron desde fuera.
El novelista detalló cómo pensó en que esa pintura podría ser percibida como una exposición inmoral y una imagen impropia de una catedral. En sus palabras, sería factible que "en pleno franquismo unas señoras de los pazos de los alrededores considerasen inadmisible que se viesen esas tetas".
Partiendo de esa indagación, José de Cora decidió vincularla con el regreso de Cunqueiro a Mondoñedo desde Madrid una vez que le quitan el carnet de periodista. Lo sorprendente y definitorio de su personalidad es que "también le quiere quitar el carnet de falangista, pero no pueden hacerlo porque nunca se ha molestado en sacarlo a pesar de que está en una dictadura que lo puede perseguir".
El novelista percibe al mindoniense como un ser de lejanías que "está en su mundo, que escribe de asuntos heterodoxos que no le interesan a nadie, pero para él son una puerta de conocimiento".
Aclaró que su Cunqueiro "aún no es Cunqueiro", literariamente hablando, "porque ha escrito artículos y poesías, pero no tiene ninguna novela en ciernes; aunque ya es amigo de O Pallarego y de Fernández del Riego".
"Me permito la licencia de mezclar un Cunqueiro más joven y otro un poco mayor", desvela el novelista, quien adelantó a los lectores que su protagonista asume el obispado de Mondoñedo "para salvar las pinturas" del intento purificador de las personas que las censuran.
El prodigioso escote de Mondoñedo tiene otro elemento de escándalo, que no es moral como la oposición a las pinturas, sino trágico. Una funcionaria de Correos aparece asesinada y ese crimen alienta la curiosidad del Cunqueiro novelado para identificar al culpable.
12.45. Actividad musical llamada A historia do rock’n’roll en 45 minutos, que correrá a cargo de Jacobe de Lope.
17.00. Roberto Cagiao firma la saga El guardián de las flores en la caseta de la librería Cortizas.
17.30. Actuación Ciclocontos e cantigas de Barafunda Teatro.
17.30. Ana Meilán firma Familiando xuntos en la caseta de El Faro de los Tres Mundos.
18.00. Eduardo Baamonde firma Lugo en acuarelas y Ribeira Sacra en acuarelas.
18.00. Jordi Cicely firma Mariela envenena mis sueños en la caseta de la librería Biblos
18.00. Alexandre Centeno firma Las diez mil hijas de Irene en la caseta de la editorial Lar.
19.00. Paco Martín presenta su novela Mr. Smith e a festa murada.
20.00. Armando Requeixo presenta Pensar é escuro de Luísa Villalta.
Cuentacuentos, lecturas y firmas
También el jueves, la actriz y dramaturga lucense Ana Carreira participó en la Feira do Libro de Lugo ocupándose de divertir a los más pequeños con el cuentacuentos titulado Moito conto.
Fue en una jornada en la que se repitieron las firmas de libros, como la protagonizada por la escritora Rocío de Manuel, que estuvo dedicando ejemplares de su obra Nunca os olvidaré, un libro infantil sobre una perrita abandonada que es acogida por una familia.
Además, María Solar y Antía Yáñez mantuvieron una conversación sobre el público y la escritura en un debate que estuvo dirigido por Cecilia F. Santomé.
