Nano.: "Si hago letras de maleante, mi madre no me abraza más"

Nano., el joven de Arteixo convertido en una de las grandes figuras emergentes de la música urbana en España, acaba de cerrar un fin de semana de éxitos en su Galicia natal, tras recibir el cariño del público en A Coruña y en Vigo
Nano.
photo_camera Nano.

David Cristóbal Martínez (Arteixo, 1999), más conocido como Nano. (así, con punto), se inició en la música como productor hasta que en 2018 decidió dar el salto a los escenarios. Ahora cuenta con medio millón de seguidores en TikTok, gira por toda España y sueña con cantar al otro lado del charco.

Se llama David. ¿De dónde sale Nano.?

Mi hermano pequeño no sabía pronunciar mi nombre y me llamaba así. Al final, todo el mundo me empezó a conocer por Nano, y Nano me quedé. (Ríe).

¿Cómo era usted de niño?

Cuando era pequeño me interesaba mucho el deporte, la verdad; era muy deportista. Pero en 2012 comencé a ver vídeos en Youtube de productores y empezó a interesarme mucho la música. Justo entonces, mi hermano mayor empezó a tocar el bajo y me llamó mucho la atención. Así que, en plena adolescencia, empecé a tontear con la música, sobre todo con la producción, y eso se convirtió en mi nueva pasión.

¿Cuándo empezó a pensar que podía vivir de ello?

A los 18 años fue cuando escribí mis primeras letras y, a los 20, me lo tomé más en serio; decidí que, por mucho que me costara, me iba a dedicar a esto. Por eso lo dejé todo y me fui a Madrid. Dejó un buen trabajo en A Coruña y marchó a Madrid con un sueño en la maleta y poco más. Hoy vive de su música.

¿Cómo logró meter la cabeza en un sector tan difícil?

Tuve mucha suerte. Cuando llegué a Madrid solo conocía a una persona: un chico de Santiago con el que había coincidido de adolescente cuando empecé a producir. Como él ya llevaba tres años en Madrid, me presentó a dos o tres amigos que hacían música y a partir de ahí fui tirando del hilo. Hay que tener paciencia, es como cuando llegas nuevo al colegio: en algún momento vas a encontrar a gente que te va a ayudar, lo importante es no desistir, porque puedes tardar un tiempo en dar con el contacto adecuado. Yo tardé tres años en dar con la persona correcta, pero no fue tiempo perdido, aprendí a caerme y levantarme.

Dice que al principio solo producía. ¿Qué le animó a cantar?

Cuando me mudé a Madrid comencé a trabajar para Crítica, que era telonero de Maluma; para Brujo, que acompañaba a Juan Magan... Salí del entorno del pueblo y empecé a ver lo que significaba dar conciertos, estar con la gente... De repente me di cuenta de que yo lo que quería era estar ahí, en la palestra, y no en la sombra.

¿En quién se inspiró?

En Avicii, sobre todo al principio. No tiene mucho que ver con mi estilo de música, pero me gustaba su forma de entender la producción y su manera de conectar con el público.

En muchas de sus canciones habla de amor, ¿se inspira en sus propias historias?

Todo lo que escribo tiene que ver conmigo, suelo partir de mí. Obviamente, al hacer una canción, magnifico las cosas; pero la base de la letra siempre parte de algo que me ha sucedido o que tiene que ver conmigo. A veces pinto un amor de verano como si fuera el amor de mi vida, porque lo cotidiano no gusta tanto. También me inspiro en mi adolescencia, porque con 15 o 16 años todo se vive de una manera más intensa. Hay, incluso, alguna canción que va por mi ex, con la que lo dejé hace dos años

Llama mucho la atención, sin embargo, que sus letras no son ‘agresivas’, algo que hoy está muy de moda en el género urbano. Tampoco habla de ‘calle’, de armas o de narcotráfico. ¿Por qué?

Hay varios motivos. El primero es que, si yo hago letras como si fuera un malote, cuando llegue a casa, igual mi madre no quiere abrazarme más. Yo vengo de una familia que, como tantas otras en este país, ha pasado algunos apuros económicos, pero mi madre siempre nos enseñó que la solución no está en ser un maleante. Cuando tenía 15 años empecé a juntarme con gente que no me convenía, pero entonces vi cosas que no me gustaron y salí de ahí. Por eso mismo no creo que lo más conveniente sea plasmar esas cosas en una canción. Lo respeto totalmente, porque hay gente que ha vivido eso y tiene todo el derecho a hablar de lo que le ha pasado, pero yo no conozco tanto ese mundo, no me gusta nada la calle, es algo que ha hecho daño a muchos amigos míos, y entonces prefiero hablar de otras cosas.

Así que, cuando escribe, ¿piensa en los niños que le van a escuchar?

Claro. Cuando después de un concierto vienen los fans a saludarme, no quiero que venga un chaval o una chavala que se siente malote por escucharme. Yo quiero crear una comunidad de gente que se siente bien, que quiere a sus padres, a sus parejas, que no necesita armas ni drogas.

¿Qué aconsejaría a esos jóvenes fans que también están intentando, quizás, meter la cabeza en este mundillo tan complicado?

Que nunca escuchen al resto, sobre todo cuando están empezando, porque es cuando más los van a juzgar. Luego, cuando te conoce más gente, siempre va a haber críticas negativas, pero, si te conocen, es porque algo estás haciendo bien. Sin embargo, al principio, todo es más complicado, es difícil que la gente crea que lo puedes lograr. Así que, que no escuchen a nadie, que es mejor arrepentirse por lo que uno ha hecho, que por lo que no ha hecho.

Y a usted, ¿como quién le gustaría llegar a ser?

No sé. La música avanza tanto que es complicado responder. Cuando yo era más niño quería ser como C. Tangana, pero lo que él era en aquel momento no tiene nada que ver con lo que es ahora, era inimaginable. Entonces, como no sé adónde va a llegar la música, no sé exactamente como quién quiero ser, pero sí que me gustaría ser el artista gallego más reconocido en todo el mundo. El estrellato máximo para mí sería que los dos iconos de A Coruña fuésemos el Depor y yo. (Ríe).

Ahora, ¿cuál es tu sueño?

A corto plazo, que la gira termine bien. Nos quedan tres conciertos, en Valencia, Barcelona y Madrid, y ojalá sea un éxito, como ha sido aquí en Galicia. A largo plazo, cruzar el charco, poder cantar en Latinoamérica, que me escuchen en otros países de habla hispana y que tenga reconocimiento allí. Esa es mi meta para los próximos años.