Galicia es el escenario elegido por muchos cineastas y realizadores de la tierra para grabar ficciones. Pero no son los únicos que sucumben a sus encantos. Paisajes espectaculares, zonas monumentales, edificios históricos... Mar y montaña, urbano y rural. Galicia se ha convertido en los últimos años en un paraíso para los directores de cine que buscan el decorado perfecto para grabar su película, cortometraje, serie de televisión o documental. Las historias no serían las mismas sin estos espacios naturales, oníricos, históricos o industriales que definen una tierra fértil para la ficción y que tiene mucho que contar.
La cinematografía en Galicia se remonta a principios del siglo XX ya que las imágenes en movimiento más antiguas que se conservan son las que componen Botadura del acorazado Alfonso XIII. Aunque se desconoce el autor, estos fotogramas de los astilleros militares de Ferrol se atribuyen a Ibérico Film. Dos años después, la portuguesa Invicta Films grabó O Ano Santo em Compostela, memoria cinematográfica de la celebración del 25 de julio en Santiago de Compostela. Fue en 1916 cuando se filmó el metraje que inaugura la ficción en el cine gallego, Miss Leyda, realizado por el fotógrafo José Gil. Rodado en el Balneario de A Toxa, narra la historia de un anarquista que se infiltra en el hotel para atentar contra los reyes de Suavia. Desde entonces, se han grabado en la comunidad más de 200 películas.
ENTRE GALLEGOS. Es fácil conocer y reconocer los lugares en los que se grabaron algunas de las ficciones gallegas más clásicas y visualizadas, como Mareas Vivas, en Laxe y Corme; Vilamor localizada en la zona de Os Ancares y A Fonsagrada, o Pradolongo, en el área de Valdeorras -las dos últimas de Ignacio Vilar-. Más reciente es Las altas presiones, dirigida por el pontevedrés Ángel Santos y grabada íntegramente en localizaciones de la provincia como el puente de Rande, en la Ría de Vigo, o la playa de Lourido, en Poio.
Si hay un experto en grabar en estas tierras es José Luis Cuerda, que, a pesar de ser de Albacete, reside en la provincia de Ourense parte del año. Para La lengua de las mariposas eligió el casco urbano de Allariz como escenario; la ganadora del Goya a mejor película en 1988, El bosque animado, tuvo escenas en la Carballeira da Casa do Gado, en Sobrado dos Monxes; Los Girasoles Ciegos se situó en Ourense ciudad y en su última película, Todo es silencio, se ven espacios como el faro de Monte Louro o la costa de la parroquia de Tal, en Muros.
Los realizadores gallegos también han optado por grabar en la comunidad autónoma películas diferentes. Es el caso de O Apóstolo, el primer film de animación stop-motion estereoscópica de Europa, dirigido por Fernando Cortizo y con actores como Jorge Sanz, Paul Naschy, Geraldine Chaplin o Luis Tosar convertidos en muñecos de plastilina por aldeas de Noceda, Esperante, Seceda, Meiraos y Folgoso y Seoane do Courel.
ESCENARIO INTERNACIONAL. Los encantos gallegos han atraído incluso a cineastas internacionales. En 1993, Roman Polanski llegó a Galicia para grabar escenas de su película La muerte y la doncella, para la que algunas de las localizaciones elegidas fueron en los arenales de Punta da Frouxeira, en Valdoviño. En ella, Sigourney Weaver encarna a una mujer que se reencuentra con el que fue su torturador en el pasado, Ben Kingsley, al que acaba arrojando por un acantilado de esa zona.
También estuvieron camuflados en Galicia los oscarizados Cary Grant, Frank Sinatra y Sophia Loren, que recorrieron las calles de Santiago de Compostela en el año 1956 para grabar Orgullo y Pasión, dirigida por Stanley Kramer y en la que el Hostal de los Reyes Católicos se convierte en el cuartel general de un grupo de guerrilla durante la Guerra de Independencia española en el siglo XIX.
El Camino de Santiago es fuente de inspiración para muchos cineastas. Entre las películas en las que aparece destaca The Way, del año 2009, en la que el actor estadounidense Martin Sheen -de ascendencia gallega- encarna a un padre que, tras morir su hijo, decide cumplir su último deseo acompañado de sus cenizas: hacer el Camino de Santiago. Pero esta ruta tan especial ha protagonizado más metrajes de los que se pueden contar, tanto nacionales como internacionales.
No solo películas utilizaron lugares gallegos para algunas de sus escenas. En 2008, Gywneth Paltrow grabó en Galicia un capítulo del programa Spain: on the road again, en el que recorría España descubriendo sus curiosidades culinarias vistas por una persona extranjera. Concretamente, sus pasos la llevaron a la casa rural A parada das Bestas, en Palas de Rei.
CINE DE ESPAÑA. Almodóvar tampoco puede evitar rendirse a los encantos de esta tierra que destaca por su verdor. Para La mala educación, en el año 2004, grabó escenas en el Hostal La Perla de Ortigueira. En 2010, fue La Piel que habito la que mostró escenarios gallegos: el Pazo de Oca en A Estrada, donde se grabó la boda que aparece en la película, y Santiago de Compostela, en donde el instituto San Clemente se convirtió en cuartel de la guardia civil y las calles del casco vello estuvieron tomadas en pleno Año Xacobeo. Y durante esta semana estuvo en las calles de Redes, Ares y Mugardos grabando su próxima película, Silencio.
Hace tan solo unos meses, diferentes lugares de las ciudades de Pontevedra y Vigo se convirtieron en escenario para la última película de Kike Maillo, Toro, protagonizada por Mario Casas y que todavía no se ha estrenado. También reciente es el rodaje de El club de los incomprendidos, adaptación de la novela homónima del autor que se esconde bajo el pseudónimo de Blue Jeans, que tuvo escenas en distintos sitios de la provincia de Pontevedra: la Facultade de Económicas de la Universidade de Vigo, que se convirtió en el instituto al que acuden los protagonistas; el edificio de la Xunta de Galicia de la misma ciudad, que pasó a ser una comisaría de la policía; la playa de Melide y el faro de Punta Robaleira, entre otros.
El equipo de rodaje de Heroína, protagonizada por Adriana Ozores, llegó a Cesantes, entre otros lugares, en 2005 para grabar en la playa y el cementerio de la localidad escenas para esta historia que transcurre en los años 80 en Galicia y en la que una madre lucha para salvar a su hijo de las drogas. En 1998, Isabel Coixet aterrizó en un pazo en Láncara, en Lugo, con una aún desconocida Mónica Bellucci para rodar el que fue su tercer largometraje, A los que aman.
Mario Camus también eligió Galicia para algunas de sus películas, en concreto la ciudad de Pontevedra. El rodaje en 1968 de Esa mujer, con guión de Antonio Gala, hizo que Sara Montiel recorriese escenarios como la cafetería Carabela, la Praza da Ferrería o la de A Leña interpretando a una tonadillera del siglo XIX acusada de asesinato. Camus también se decantó por la ciudad del Lérez en 1975 para grabar La joven casada, con la italiana Ornella Muti, y rodó escenas en el Hospital Provincial y en los talleres de Diario de Pontevedra.
Y, por supuesto, es imposible olvidar las playas y acantilados de Carnota en la oscarizada Mar Adentro. La película de Alejandro Amenábar, protagonizada por Javier Bardem y Belén Rueda, ganó además un Globo de Oro y catorce Premios Goya, entre otros. También innolvidables son las escenas de Los lunes al sol en la zona del puerto de Vigo y el barrio de O Berbés. La película, dirigida por Fernando León de Aranoa y protagonizada por Luis Tosar, Javier Bardem y José Ángel Egido, recibió alabanzas allí por donde pasó.
Muchas veces los escenarios son ciudades o pueblos, otras parajes naturales y a veces casas. Sin embargo, en el El viaje de Carol el lugar elegido en Galicia para una escena fue la estación de ferrocarril de Ponte Taboada, en Silleda. Es a donde Carol, una niña de doce años interpretada por una Clara Lago recién descubierta, llega de su viaje desde Estados Unidos para ver a la familia de su madre en España.
