Pérez-Reverte: "Desconfío más de un voluntario entusiasta que de un mercenario bien pagado"

El autor ficciona al Cid en 'Sidi', un "manual sobre el liderazgo" del personaje previo a la "leyenda" 
El escritor y académico Arturo Pérez-Reverte. LUCA PIERGIOVANNI (EFE)
photo_camera El escritor y académico Arturo Pérez-Reverte. LUCA PIERGIOVANNI (EFE)

El escritor Arturo Pérez-Reverte lleva al terreno de la ficción la figura del Cid en su nueva novela, Sidi (Alfaguara), que llega este miércoles a las librerías españolas, un año después de la publicación de la novela breve Los perros duros no bailan y Sabotaje, la tercera entrega de su serie Falcó

"La política es un filtro de la mediocridad que empieza en el colegio", ha manifestado Pérez-Reverte este miércoles durante una entrevista concedida a Europa Press con motivo de la publicación de este libro, que el autor presenta como "un manual sobre el liderazgo". 

La novela se publica pocas horas después de conocer la nueva convocatoria a elecciones tras el fracaso de las negociaciones para formar gobierno. Sin embargo, Pérez-Reverte ha preferido no hacer declaraciones para no "envilecer" al personaje de su nueva novela, que huye del "Cid clásico muy trabajado". 

Al abordar una novela histórica, Pérez-Reverte constata "con tristeza" que en España existe tanto una ausencia de "patriotismo cultural" como un "odio a la inteligencia" y una "desconfianza en las élites". Según ha lamentado, el sistema educativo español está hecho para "machacar la inteligencia e igualarla por abajo", de manera que "los últimos rastros de brillantez" desaparecen y "queda el mediocre". "España es un país que penaliza la inteligencia y eso se manifiesta en la política y en la cultura", ha dicho. 

"No es un tiempo para héroes", ha señalado Pérez-Reverte, quien en esta nueva novela se interesa por responder cómo un "infantón burgalés de segunda fila que ha caído en desgracia consigue convertirse en una leyenda" y, en definitiva, cómo se puede mover la "conciencia" y la "voluntad" de los hombres. 

"He visto a gente levantarse bajo el fuego y correr cuando alguien lo decía y seguirlo cuando les iban a matar", ha señalado Pérez-Reverte en referencia a sus recuerdos como reportero de guerra y a los "mecanismos" que llevan a la lealtad, más cercanos a las "actitudes" que a las "ideas". 

Tal y como ha señalado el propio autor, en esta novela no hay patriotismos, sino "gente que se gana el pan". En este sentido, y en referencia a la figura previa a la leyenda que representa Sidi, ha señalado que "el mercenario" hoy tiene "mucha mala prensa" pero considera que "es una persona muy respetable". "He estado en escenarios muy críticos y he visto a mercenarios comportarse con una dignidad absoluta y a voluntarios entusiastas salir corriendo. Desconfío más de un voluntario entusiasta que de un mercenario bien pagado", ha resaltado.

SIDI, UN "WESTERN MEDIEVAL". Pérez-Reverte quería contar su propia versión de el Cid y en ella la "frontera" es "fundamental". "Es nuestro lejano oeste", ha señalado el escritor, quien lamenta la ausencia de esta figura en el cine y la literatura, a pesar de las conexiones con una época en la que "se luchaba con sobrevivir". De hecho, el escritor pensó en ella tras ver la trilogía de la caballería de John Ford y lo describe como un "western medieval". 

Preguntado por esa laguna histórica en las manifestaciones culturales, el autor de Sidi niega que se deba a una herencia de la educación en el franquismo. "Al franquismo se lo colocamos todo y España ya era así antes de Franco. Franco es un producto de una España que era así antes de él, es un resultado como lo es Sánchez, Iglesias, Casado o Abascal, o como lo fue Canovas del Castillo o Fernando VII", ha dicho. 

En este sentido, ha lamentado que "España nunca ha tenido la ausencia de complejos suficiente para abordar su historia con lucidez" ni para "asumir el horror y alabar lo épico". Por este motivo, cree que todo ha ido "al cajón de los complejos" y, junto al Cid, hace referencias a personajes como Blas de Lezo o Daoiz y Velarde. 

A su juicio, en España "es raro encontrar héroes comunes a todos" y "cada pueblo" tiene el suyo. "España es país muy quebrado topográficamente, hay un desconocimiento entre unos y otros, y eso ha creado una insolidaridad, hay una falta de concepto común de un territorio", agrega. 
 

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