Año 2007. Un hombre al otro lado del teléfono solicita ayuda para dar con el paradero de la tumba de su abuelo al periodista José de Cora, quien tras acceder a colaborar descubre que la crónica del suceso había sido publicada por Antonio de Cora, su propio tío. No podía ser casualidad. El hilo del caso le lleva a destapar que aquel hombre no había muerto de forma natural: había sido asesinado en Chantada.
Este incidente despierta en José de Cora el interés por el mundo de los crímenes y la novela negra y es el germen para lanzar su nueva obra titulada Veneno de mujer, un completo ensayo sobre las "envenenadoras".
La obra fue presentada este martes a través de Zoom por el propio periodista y director general de El Progreso en un acto conducido por María Méndez, presidenta de la Asociación de Periodistas de Galicia. Contó además con la presencia de Óscar Soriano, doctor en Biología por la Complutense e investigador del CSIC, que es además coeditor del libro.
A lo largo de casi 500 páginas, José de Cora acerca al lector al perfil de un criminal muy concreto, la envenenadora, una mujer que solo mata con veneno y mantiene una relación casi adictiva con él. Así, a través de un compendio de crímenes ocurridos a lo largo de la historia, se desmontan tópicos como que la mujer mata con esta sustancia "porque quiere huir del momento de la muerte de su víctima. Algo que en el libro se desmonta pues queda acreditado que este tipo de asesinas son deseosas de contemplar e incluso disfrutar las agonías de sus víctimas hasta el final", añade.
Veneno de mujer recoge un centenar de envenenadoras desde 1740 hasta la actualidad. "La más joven inicia su vida criminal con solo 7 años cuando se obsesiona con el veneno y comete su primer asesinato", añade el periodista.
TALIO O ESTRICNINA. Arsénico, estricnina, el famoso talio de las novelas de Agatha Christie o la amanita phalloides son las armas usadas por estas criminales para consumar sus actos. "El mayor porcentaje de envenenamientos se produce a través de la alimentación", precisa José de Cora.
El amor o el dinero son, además, algunos de los motivos que llevan a estas criminales a cometer sus macabros actos. "En Galicia la mayoría de los asesinatos de envenenadoras están relacionados con el viaje a América del marido. La mujer se queda en la tierra y hace su vida y cuando el esposo vuelve descubre que ha estado con otros hombres, por eso ella opta por matarlo. Este es el arquetipo de, por ejemplo, Manuela Arias de Navia de Suarna", indica el autor.
Viudas negras, la femme fatal, las "fabricantes de ángeles" o las hindús "visha kanyas" son algunos de los perfiles de estas asesinas obsesionadas con el poder del veneno. "Muchas de ellas afirmaron en el momento de su arresto que para la humanidad había sido una gran suerte haberlas detenido porque no pararían de matar hasta morir", concluye José de Cora.
