'Costa da Morte', del vigués Lois Patiño, vencedora del Play-Doc

El jurado internacional de la décima edición de Play-Doc Festival Internacional de Documentales de Tui, decidió conceder el premio de esta edición -2.000 euros y trofeo- al joven vigués Lois Patiño por su aclamado filme documental 'Costa da Morte'.

El grupo formado por los críticos y programadores Fernando Vílchez, Antonio Weinrichter y Jara Yáñez aludió en la lectura del palmarés a la cuidada estética de la obra, así como al valor de esta producción para la comarca que retrata.

En su argumentación, explicaron que la eligieron "por desarrollar una propuesta donde se aúna el rigor formal con la capacidad de presentar un retrato vivo de un lugar y de una comunidad".

Manteniendo la línea de apoyo al cine gallego más rompedor, esta es la cuarta edición consecutiva de Play-Doc en la que se incluye una película de Galicia en la competición internacional.

Y en tres ocasiones -anteriormente 'Todos vós sodes capitáns' y 'Vikingland'- ha ganado una cinta gallega, confirmando que la cinematografía de esta tierra goza de buena salud.

El vigués Lois Patiño es un habitual del certamen, que ya mostró en dos ocasiones anteriores sus cortos paisajísticos.

Como él recordó al recoger el premio: "Llevo viniendo aquí cinco años, bien como espectador o con mis películas, y espero seguir haciéndolo muchos más".

Así, calificó el galardón de "especial", debido a ese vínculo emocional que tiene con Play-Doc.

Pero Patiño no solo es profeta en su tierra.

Su largo, una consecución lógica de esa trayectoria pictórica en los cortos, a la que añade elementos etnográficos y míticos en esta ocasión; se llevó el premio a director emergente en Locarno, obtuvo una mención especial en Valdivia y fue el mejor filme en el Ficunam de México.

También ha estado Patiño en infinitud de festivales esta temporada, obteniendo en ellos no pocos elogios.

No obstante, y con sorna, él mismo resta valor a esta peripecia:

"He dejado de contar".

Por su parte, el también vigués Diego Romero recogió una mención especial, sin valor económico, por 'Stop the Pounding Heart'.

El filme está dirigido por el italiano Roberto Minervini, y Romero es su director de fotografía. Aunque este reconocimiento no les reportará dinero, al jurado le parecía importante destacar este filme "por señalar un camino propio de mestizaje entre lo real y la invención".

Romero coincidió con su colega Lois Patiño, al que conoce desde hace años por moverse en círculos similares en Vigo, en calificar el premio de "especial".

"Me hace mucha ilusión recibir este reconocimiento, más aún porque soy vecino, de ahí al lado", dijo al recoger el galardón.

Si Patiño ha sido esta temporada el representante del paisaje de Galicia entre los cinéfilos de todo el mundo, algo parecido podría decirse de Roberto Minervini aplicado al rural de Texas.

Italiano de nacimiento y educación, lleva sin embargo muchos años viviendo en los Estados Unidos, donde rodó este último filme.

Con una corta pero intensa carrera, que incluye además los títulos 'The Passage' y 'Low Tide', fotografiados también por Diego Romero, Minervini se perfila como uno de los directores italianos jóvenes más interesantes de su país.

En 'Stop the Pounding Heart', sigue el día a día de Sara, una adolescente que se cría en una familia de granjeros de Texas, muy tradicional.

La película convierte en ficción ese ambiente real, trabajando con actores no profesionales, que se interpretan a sí mismos.

Es una estrategia similar a la que sigue Nicolás Pereda, homenajeado este año, y que en Minervini adquiere dimensiones de 'western' etnográfico.

Precisamente con la proyección del último filme de la retrospectiva de Nicolás Pereda, 'Juntos', y con la reposición de la película ganadora, 'Costa da Morte', se clausura este domingo la décima edición de Play-Doc.

Desde la organización han querido destacar que éste ha sido un punto de inflexión importante, al repasar toda una década de trayectoria, y abrir al mismo tiempo, con el ciclo de Pereda, la línea apuntada por la sección oficial, y las actividades paralelas, nuevas vías de exploración para posteriores ediciones.

Con la incorporación, por primera vez en la historia de Play-Doc, de una segunda sala, la organización confía en superar los 7.000 espectadores, récord del pasado año.

Las cifras de asistencia ayer ya se acercaban a esos números, por lo que es presumible que Play-Doc siga manteniendo otra de sus señas de identidad: el apoyo masivo de un público heterogéneo y fiel.

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