Catá: "Trabajo mucho con la piel, es como el diario de nuestras vivencias"

El artista de Viveiro cuelga 'Ephemera' en el Museo Provincial de Lugo ► La muestra aborda los recuerdos y lo efímero de la vida con cerca de cuarenta obras

Un visitante ante una de las obras de David Catá en el Museo Provincial de Lugo. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Un visitante ante una de las obras de David Catá en el Museo Provincial de Lugo. VICTORIA RODRÍGUEZ

David Catá llena desde este jueves el Museo Provincial de Lugo de memoria y olvido, de recuerdos familiares, de pasado, de horizontes, de tránsitos... de fragilidad. Todo vertebrado por lo efímero de la vida, como los dientes de león que pueblan sus obras, ligeros, dispuestos a salir volando para dar respuesta a secretos deseos.

Ephemera es el título de la muestra que Catá (Viveiro, 1988) cuelga en Lugo y que supone un recorrido a su carrera artística, al tiempo que un paso más hacia la madurez creativa. Son cuarenta obras, la mayoría fotografías —también hay pinturas y audiovisuales, además de objetos queridos como un acordeón, símbolo de su pasado dedicado a la música— en las que Catá insiste sobre los temas que empapan su obra: la memoria o el paso del tiempo.

Uno se acerca a esos retratos familiares de Catá y se ve impulsado a soplar las flores de diente de león que impregnan las imágenes. "Lo ulitizo precisamente por lo que significa, porque por un lado es el resto de una flor y al mismo tiempo es una semilla, y por tanto, genera vida. Esa dualidad, el fin y el comienzo, eso me interesaba. Y además esa planta representa como el aura. Tú pides un deseo, soplas y se va por ahí. Al pegarlas sobre las personas retratadas, represento la esencia de esas personas, es como representar su alma. Y con los objetos, igual".

"Estoy constantemente haciendo un autorretrato ya sea partiendo de otras personas o de mí", afirmó el joven creador

Otra de las constantes en las diferentes series seleccionadas para Ephemera es el desnudo. "Sí, trabajo con mi cuerpo, también con el cuerpo de los demás. Trabajo mucho con la piel, que es un concepto que trato mucho, interviniendo mucho, generalmente la palma de la mano. Es que me encanta lo que representa la piel. Sobre la piel se marcan nuestras vivencias, nuestras arrugas. Es como el soporte de nuestra existencia", explica. "Es como un diario de nuestras vivencias", subraya.

Una de las primeras series en las que Catá jugo a intervenir su cuerpo fue Cimientos. En ella, el artista se centra en el núcleo familiar "como poco a poco vamos construyendo nuestra familia". Una imagen de una casa que intenta volar, pero al tiempo está cosida a la palma de la mano, es una de las instantáneas de este proyecto que puede verse en esta colección.

Una de las primeras series en las que Catá jugo a intervenir su cuerpo fue Cimientos

Muy personal, de hecho "autobiográfica", es la serie A flor de piel, en la que la mano de de Catá se convierte en las hojas de un diario donde retrata con hilos cosidos a familiares, amigos, personas todas que le han marcado.

"Es como un tatuaje efímero de esas personas que nos dejan huella. Es un acto de amor. Es temporal, porque la piel se regenera, pero al mismo tiempo la piel tiene memoria. De alguna forma queda latente esa cicatriz en la piel. Hasta el momento tengo retratadas a 25 personas, pero es un proyecto de vida".

"Estoy constantemente haciendo un autorretrato, ya sea partiendo de otras personas o de mí", concluye.

Durante la inauguración de este jueves Catá actuó con su grupo, Hotel Venecia, y también presentó el documental Pulchra ut Luna, en el que muestra parte del proceso de creación de la cúpula que pintó la iglesia de San Cibrao de Vieiro.

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