Carballo: "Hay que adoptar postura, no mirar hacia dentro"

La pintora lucense inaugura una muestra sobre la pulsión entre la naturaleza y la barbarie humana en una galería de Madrid
María Jesús Pérez Carballo, en la galería Orfila de Madrid. EP
photo_camera María Jesús Pérez Carballo, en la galería Orfila de Madrid. EP

María Jesús Pérez Carballo ha regalado una exposición a la galería Orfila de Madrid para celebrar sus cincuenta años. Pintora y sala están cerca sentimental y artísticamente. La primera exposición individual de la creadora lucense se remonta a 1984, la novena es Caminando entre luces y sombras, que fue inaugurada este lunes. Aporta continuidad a una relación de tres décadas.

Las luces del título de la muestra son las que iluminan al mundo. Las sombras, la irremediable tendencia humana a la crueldad.

La exposición está organizada en tres partes: Naturaleza, Laberintos y Collages.

La primera es la parte que ama Pérez Carballo porque "la naturaleza es lo que somos, lo amable y confortable".

A medio camino, como escenario para representar sentimientos que chocan, está la vida que transita por "laberintos por los que vamos y venimos con esperanza, buscando una salida que nos ilumine", que es como la artista concibe el recorrido vital.

Los cuadros de Collages hablan del mundo ajeno a nosotros, que nos es cercano a un tiempo porque exige la atención de nuestra sensibilidad a pesar de que no incida directamente en nosotros.

Esta serie conecta con otra que presentó en el Museo Provincial de Lugo en octubre de 2021 como parte de la retrospectiva Un mundo, dos mundos, que comenzaba en 1979 y alcanzaba obras todavía frescas. La muestra era un reencuentro con la ciudad en la que vivió hasta que se marchó a Madrid para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en la que se licenció en 1974. Después impartió clases en la capital española y en A Coruña.

GUERRAS. Hace dos años consideraba Collages, que trata sobre guerras y catástrofes internacionales, como "un homenaje a los reporteros de guerra, porque nos aportan la única información auténtica porque la otra nos llega transformada. Ellos nos envían imágenes que nos conmueven y que olvidamos", así que María Jesús Pérez Carballo pinta obras como un recordatorio de esos hechos que la han conmovido. En el caso de las piezas presentes en Caminando entre luces y sombras, concebido para la galería Orfila, el reconocimiento se amplía más allá de los profesionales del periodismo que se desplazan al núcleo de la ferocidad.

"Empecé a pintar guerras en los 90 con la guerra de los Balcanes y las obras son actuales, pero no lo interiorizamos"

"Empecé en los años 90 con la guerra de los Balcanes y las obras son actuales, sigue ocurriendo, pero no lo interiorizamos", remarca. "Quiero aportar una mirada que diga: Cuidado, está pasando y es verdad. Debemos adoptar una postura, no mirar hacia nuestro interior".

En la exposición, compuesta por obras actuales, hay casi treinta, en formatos medios. La serie Naturaleza tiene "grafito con toques de acuarela, es suave de aspecto", mientras que Collages está compuesta por acrílicos y óleos marcados en la paleta con una voluntad de incidir "más fuerte y directa".

En cuanto a la serie Laberintos son "óleos sobre tela". Esa variedad atiende a que "cada obra pide un técnica y un soporte vinculado a lo que quiero decir, el material debe estar al servicio" del mensaje, explica.

La división de temas entre las tres series no supone que "divida el tiempo entre los cuadros de Naturaleza, Laberintos y Collages. "Voy alternando porque los tres asuntos están en mi vida, coexisten", señala antes de matizar: "He cambiado mi forma de trabajar, pero no he cambiado lo que siento".

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