Boente: "Vuelvo con más color, la pintura expresa el estado de ánimo"

El pintor presenta en Lugo su nueva colección después de catorce años de silencio como creador. La considera especial, por ser sobre cartón, y "emotiva", al elegir la galería de Espiral
José Luis García Boente, ante una de las obras que integran su exposición. XESÚS PONTE
photo_camera José Luis García Boente, ante una de las obras que integran su exposición. XESÚS PONTE

La pintura lo apasionó desde que era un niño. Casi antes de tener conciencia, José Luis García Boente (Lugo, 1962) ya copiaba los dibujos de los cuentos y pasaban largas horas contemplando libros ilustrados. Le apasionaban los colores y todo lo que la pintura le transmitía. Su futuro estaba claro: de mayor se dedicaría en cuerpo y alma a las Bellas Artes.

Ahora, tras 14 años en los que su pasión por el dibujo quedó convertido a un placer privado y a una forma de dar salida a sus sentimientos, vuelve a exponer en Lugo. Una serie especial con los bodegones como protagonistas y con un original soporte, trozos de cartón sobre tablas a modo de mosaicos. "Son 14 cuadros que diseñé desde los años 2017 y 2020. Decidí trabajar sobre cartones porque es un material cálido, accesible y agradable, y donde además de la cuestión pictórica es importante el soporte, realizando así un diálogo entre el soporte y la pintura", comenta el artista.

Se da la circunstancia de que en su regreso, sus obras muestran más colorido que nunca. "Tuve una época en la que pintaba en tonos grises y ahora uso más colores y muy matizados. Es el fruto de una evolución natural, la gente a lo largo de su vida tiene inquietudes, y esa evolución y ese estado de ánimo se refleja en lo que uno pinta", precisa.

Su regreso es más especial si cabe pues ha escogido La Catedral I, la sala de arte de su amigo Jorge Espiral, el galerista con quien hasta hace poco compartía profesión en la ciudad. "Exponer en esta galería es muy emotivo, me hace especial ilusión porque existía cuando yo tenía la mía (Clérigos). De hecho me propuso llevar mis pinturas a un espacio más nuevo y le dije que no, que me apetecía más en este porque era el que tenía cuando estaba abierta mi sala", indica. 

Su mente va por delante de su pincel con el que en cada trazado se plasman sus sentimientos

Hace cuatro años que Clérigos echó el cierrre y Boente sigue recordándola con emoción. "Fueron 20 años muy bonitos, traje a buenos artistas, pero llegó la crisis, cada vez había menos gente en las inauguraciones y me desencanté. Decidí colocarme del otro lado y dedicarme más a mi pasión, la pintura".

Así, el estudio de su casa ha sido su refugio durante todos estos años. En este pequeño rincón Boente echa volar la imaginación. Su mente va por delante de su pincel con el que en cada trazado se plasman sus sentimientos. Pues la pintura es precisamente eso, la expresión del alma. Ahora, todas las creaciones que este pintor lucense engendró en su más estricta intimidad ven la luz en La Catedral I en una muestra en la que cada cuadro tiene vida propia.

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