Blanco Amor: "Empecé 'La catedral y el niño' porque me rompí una pierna"

Libros del Asteroide publica el próximo lunes su novela más revelante en castellano

Eduardo Blanco Amor. EP
photo_camera Eduardo Blanco Amor. EP

Libros del Asteroide publicará el próximo lunes La catedral y el niño la novela que Eduardo Blanco Amor escribió a raíz de una frase improvisada en un banquete y de la rotura de una pierna.

El escritor nació en Ourense en 1897 y falleció en Vigo en 1979, pero en medio vivió una gran elipsis republicana en Suramérica, entre 1935 y 1965.

Tiempo después de publicar esta novela, Blanco Amor recordaba que una comida le dio la inspiración. "Las cosas, pues, sucedieron así: al final de los años 40, casi a treinta de mi avecinamiento en Buenos Aires, se le ocurrió a mis amigos tributarme -aunque mejor sería decir asestarme- un banquete-homenaje". En el restaurante estaban sentados tanto emigrantes como exiliados, entre los que figuraban Alberti, Margarita Xirgú, Castelao, Seoane y Dieste. La laudatio se le enconmendó al dramaturgo asturiano Alejandro Casona, que se expresó con "palabras precisas y calientes", a decir del novelista.

Para contestar, Blanco Amor se concentró en una infancia ourensana "de chico pobre, enfermizo, pero ojiabierto y sietelenguas, criado a la sombra de una catedral", por lo que "en el vértigo de la improvisación" dijo: "Aquella catedral fue para mi curiosidad de niño reviejado un inagotable y enigmático juguete de piedra".

Aquel verano de 1947 se rompió una pierna y tuvo la suficiente cantidad de descanso y aburrimiento como para decidirse a expandir su frase del banquete con intención de memorialoismo proustiano. Escribió una novela que "resultó un montaje entre los recuerdos, los sueños y su estilización".

La obra está protagonizada por un niño de 8 años, Luis Torralba, y por una catedral, la de Ourense, "que tardó seis siglos en asentarse". Es una novela de aprendizaje que cuenta el despertar al mundo y al sexo de un hijo de divorciados que vive con su madre en una casa burguesa frente a la catedral, y visita a su padre, un aristócrata caótico y juerguista, en su pazo de las afueras.

Los editores, Libros del Asteroide, apuntan que "seguramente es una de las mejores escritas en castellano en todo el siglo XX", y defienden que "debería haber situado a su autor como uno de los más destacados narradores españoles de su época". Si no lo consiguió fue por "la singular peripecia del libro -que, tras dos ediciones en Buenos Aires, no pudo ver la luz en España hasta 1976- y de su autor -que vivió casi toda su vida en Argentina y escribió la mayor parte de su producción en gallego-".

La edición incluye un prólogo de Andrés Trapiello, que describe La catedral y el niño como "una novela barroca, y el barroco tiende a lo litúrgico, las candilejas doradas, los bordados, la orfebrería y todo eso. Aunque en esto del barroco de Blanco Amor hay que soltar mucho hilo a la cometa".

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