Los intelectuales galleguistas concibieron hace cien años una entidad que coordinase y recopilase las novedosas investigaciones sobre Galicia que empezaban a desarrollarse. Fue el Seminario de Estudos Galegos (SEG), que estuvo activo desde 1923 hasta la Guerra Civil. Su actividad fue recuperada en 1944 por el Instituto de Estudios Gallegos, que celebró el año pasado su 75º aniversario.
La efeméride se recuerda con una serie de paneles que conforman la exposición que se puede visitar desde ayer y hasta el 16 de febrero en el Museo Provincial de Lugo. La muestra sigue "el recorrido brillante y fecundo", contado con "sencillez y respeto", "pese a las dificultades económicas; como en los años 50 y 60, en los que fue ayudado por Felipe Cordero, que llegó a pagar la factura de la luz y las publicaciones", como confiesa su director, Eduardo Pardo de Guevara y Valdés.
La muestra hace un recorrido por la evolución de la entidad desde los tiempos del Seminario de Estudos Galegos. Prosigue con la apertura de su sede en Santiago,en 1946, y continúa resaltando a sus figuras más sobresalientes, como fueron sus directores: Sánchez Cantón -que también fue responsable del Museo del Prado-, José Filgueira Valverde o el geógrafo lucense Francisco Javier Río Barja.
La exposición dedica atención a las publicaciones que mantiene la entidad, como es el caso de los Cuadernos de Estudios Gallegos, que se edita periódicamente desde 1944 y ha publicado 130 números, que recogen 1.500 artículos y 30.000 páginas.
REORIENTACIÓN. El historiador Eduardo Pardo de Guevara dirigió la reorientación del centro en 1994, cuando el desarrolllo de entidades concurrentes como el Consello da Cultura Galega, el Centro Ramón Piñeiro, el Instituto Galego da Lingua o el Museo do Pobo Galego en los 80 y 90 llevó al Sarmiento a replegarse en sus fortalezas. "Aparcamos la arqueología o la filología para ser punteros", explica Pardo de Guevara. El enfoque pasó por aprovechar sus recursos y su potencial como núcleo en la conformación y el análisis de la Historia de Galicia. Ese impulso posibilitó la integración en el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el cambio de su naturaleza de "centro de actividad cultural en centro de investigación", que estuviese dotado de un personal propio que se dedicase a ese campo.
De cara al futuro, el director del Instituto Padre Sarmiento comentó que la apuesta se dirige "a mantener la línea de investigación y recuperar otras, como la etnográfica".
"Somos fuertes en Historia bajomedieval, Camino de Santiago y peregrinación, e Historia de la mujer. Queremos ampliar nuestro campo hacia las historias moderna y contemporánea", adelantó Eduardo Pardo de Guevara y Valdés.
Las relaciones de poder en la Edad Media gallega son los estudios que dirige Pardo de Guevara. Como experto, apuntó que la nobleza gallega de esa época no tuvo otra singularidad que un retraso en la configuración de los linajes "con respecto a Francia o Inglaterra".
"Se pensaba que ese proceso se había ultimado entre 1250 y 1300, pero el equipo del Sarmiento descubrió, "tras reconstrir cien linajes gallegos, que no se culmina hasta el período comprendido entre 1300 y 1350".
