El aumento de la popularidad de las criptomonedas en los últimos años ha llamado la atención de diferentes organizaciones que ven en su propagación un gran riesgo por el uso de estos instrumentos por usuarios inexpertos. Google y Facebook, entre otras, tomaron la decisión de no permitir la publicidad de este tipo de producto en sus plataformas provocando caídas en los valores de diferentes criptomonedas al no poder llegar a más usuarios a través de dichas plataformas de publicidad tan popularmente conocidas, caso contrario a la publicidad de plataformas forex que sí están permitidas en dichas empresas permitiendo darse a conocer de una manera más sencilla a los inversores.
Al mismo tiempo, organizaciones como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) lanzaban advertencias sobre el uso de las monedas virtuales y defendía un mayor control sobre éstas. El propio presidente de la CNMV, Sebastián Albella, volvía a comentar durante la celebración del VI Foro Anual del consejero la necesidad de regular dicho mercado para evitar problemas y disfunciones. Un proyecto que debería tomar un carácter internacional y que en Europa está liderado por la ESMA (Autoridad Europea de Valores y Mercados) con la colaboración de supervisores nacionales.
Dicha organización realiza una diferenciación entre las diferentes monedas virtuales. Por un lado, monedas simples, como el tan popular Bitcoin, y por otro las que pretenden representar derechos similares a los valores negociables. Son éstas últimas las que pueden provocar un mayor riesgo y, por ello, deberían ser categorizadas como valores negociables a efectos de cumplir los mismos requisitos que exigen a dicha categoría. No es la primera vez que Abella advierte sobre la falta de control en dicho mercado ya que el pasado mes de febrero emitió junto al Banco de España una circular en la que recordaba que hasta la fecha ninguna emisión de criptomonedas había sido registrada o autorizada por los organismos supervisores, provocando que se realicen inversiones fuera del círculo de seguridad que disponen los tipos de productos financieros.
No solo la CNMV y la ESMA han advertido sobre esta situación, también lo ha hecho la SEC pero, hasta el momento nadie ha querido iniciar el proceso para su regularización. Además de definir la naturaleza de monedas como el Bitcoin; si es una divisa, un activo financiero intangible o digital, no se ha valorado su tratamiento fiscal ni se han llevado a cabo directrices para evitar el uso de estas para el blanqueo de capitales o fraudes.
La CNMV actualiza la normativa para supervisar al sector de las criptomonedas
Esta última semana, la CNMV ha actualizado algunas de las normativas vigentes en España para supervisar al sector de las criptomonedas. A través de un informe publicado en su página web bajo el nombre “Preguntas y respuestas dirigidas a empresas FinTech sobre actividades y servicios que pueden tener relación con la CNMV”, el organismo realiza una serie de recomendaciones sobre los procesos que se deben seguir para supervisar la emisión de criptomonedas.
Ya que actualmente no existe una regulación específica para las criptomonedas, como mínimo se les debe exigir el cumplimiento de las normas vigentes de custodia o registro, de gestión de conflictos de intereses entre clientes y de transparencia en materia de comisiones.
Todo esto provoca, de manera urgente, que se lleve a cabo una regularización internacional que limite, en su medida, tanto el riesgo como activo de inversión como su potencial de uso en operaciones fraudulentas. Las criptomonedas se enfrentan a su peor enemigo, el control.
