El peor etiquetado de alimentos para 'El país más rico del mundo'

Alimentos en un supermercado. ARCHIVO
photo_camera Alimentos en un supermercado. ARCHIVO

El país más rico del mundo. Este es el lema de la campaña de comunicación lanzada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en 2020 con el fin de impulsar la promoción internacional de los alimentos de España. Este es, a su vez, el mensaje que ha transmitido el ministro Luis Planas, durante sus visitas recientes al Salón Internacional de Alimentación y Bebidas realizado en Barcelona, y al Salón Gourmets 2022 en Madrid. Ambos eventos han servido de escaparate para dar a conocer el gran patrimonio agrario, alimentario y gastronómico español. 

La campaña El país más rico del mundo forma parte de una estrategia más amplia que es Alimentos de España. Este proyecto busca poner en valor los productos españoles a nivel internacional, como así también educar e informar a los consumidores sobre la grandeza y diversidad de los productos españoles que funcionan como motores de la economía. Así lo ha destacado el ministro Planas, quien ha celebrado la pujanza exportadora del sector agroalimentario que en 2021 exportó más de 61.000 millones de euros. Una cifra récord en la historia de España y que a su vez, representa más de 19.000 millones de euros en términos de balanza comercial. 

Durante la inauguración del Salón Gourmets, Planas también ha hecho énfasis en la diversidad y la calidad de los alimentos Made in Spain y ha recordado que el país cuenta con 363 figuras de calidad diferenciada. A estas hay que añadir 26 que están en proceso de tramitación en la Unión Europea. Según las cifras del Ministerio, estas figuras representan un valor económico de más de 7.000 millones de euros. Asimismo, generan empleo para más de 325.000 agricultores y ganaderos en 8.500 industrias a lo largo del territorio nacional. De allí la importancia de las campañas que permitan visibilizar el impacto de este sector y de las medidas que lo respalden e impulsen. 

De acuerdo con un comunicado publicado en septiembre del año pasado, el Gobierno destina más de 4 millones de euros a la promoción de los alimentos españoles como el aceite de oliva, las carnes, las frutas y hortalizas, los vinos y los quesos. Dentro de estos esfuerzos se incluyen la campaña El país más rico del mundo y otras cuyo fin es "despertar sentimientos profundos tanto en el consumidor como en el resto de la cadena agroalimentaria y pesquera". A su vez, se busca reforzar el deseo de "valorar y consumir" los productos locales.

La idea de potenciar el sentimiento de orgullo por los productos locales y de reforzar la reputación de los productos españoles es fundamental. Sin embargo, si bien queda claro que desde Agricultura se están movilizando activamente para darle al sector agroalimentario español el reconocimiento que se merece, llama la atención la falta de coordinación entre las campañas de esta cartera y aquellas llevadas a cabo por el Ministerio de Consumo.

Mientras desde Agricultura despliegan campañas para promocionar la diversidad del territorio español, su turismo y gastronomía, desde Consumo presentan proyectos que parecen ir en contra de estos objetivos. Menos carne. Más vida y Comparando con Nutri-Score es más fácil comer mejor, son dos de las campañas de Consumo que van en la dirección contraria de las campañas de Agricultura y por ende, en contra también de la defensa de sectores estratégicos para España.

Recientemente, en una entrevista al medio Diario Córdoba, el ministro Luis Planas demostró su firme oposición al sistema de etiquetado nutricional NutriScore. "Tenemos un modelo, que es la dieta mediterránea, que es una combinación sabia de productos y hortalizas, con pescado y carne, y lo que tenemos que lograr es que esa sea la visión", destacó Planas. "Creo que NutriScore no responde a ese esquema, por eso me he opuesto públicamente a su adopción con carácter obligatorio en España", agregó. Dejando en claro así su distanciamiento del proyecto liderado por Alberto Garzón, quien pese a las numerosas críticas contra este sistema, ha manifestado una y otra vez que continuará apoyando la adopción de este sistema en España. Esto, pese a que voces acreditadas, como lo es Ramón Estruch, promotor del mayor estudio sobre la Dieta Mediterránea, han expuesto las graves limitaciones del modelo francés. Un sistema que penaliza duramente a los productos de la dieta mediterránea y por ende también, a los Alimentos de España, aquellos que desde el Ministerio de Agricultura buscan defender y promover a través de sus campañas. 

Afortunadamente, pese a lo que Consumo quiera imponer, será la Comisión Europea la que decida cuál será el etiquetado nutricional de los productos alimentarios que se adopte de manera armonizada a lo largo de la UE. Por ende, como lo ha expresado Planas, "España tiene que velar porque la propuesta y el modelo que se decida a nivel de la UE respete plenamente cuál es nuestra visión desde el punto de vista alimentario". Es decir, velar porque el modelo que se elija sea uno que respete y destaque los beneficios de la Dieta Mediterránea, como por ejemplo el modelo Nutrinform Battery, sistema propuesto por las autoridades italianas en defensa de los productos de la Dieta Mediterránea. 

En el país más rico del mundo, han querido imponer un etiquetado de alimentos que perjudica la imagen y reputación de los productos y alimentos que son, junto a las personas que hacen posible "la gran despensa española", los responsables de que España pueda ostentar su título de país más rico del mundo. No queda claro entonces por qué desde Consumo deshacen lo que, con tanto esfuerzo, Agricultura se empeña en defender. El resultado no es únicamente una pérdida de recursos, utilizados para llevar a cabo campañas que se contradicen, sino también, una pérdida de confianza en los sectores productivos españoles.