¿Qué pasa con los préstamos en pareja?

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photo_camera ¿Qué pasa con los préstamos en pareja?

Estemos casados, en pareja de hecho o no, solicitar créditos en pareja implica una serie de beneficios respecto a pedirlos en solitario. En primer lugar, será más fácil que nos concedan un préstamo en Matchbanker porque aportaremos una doble garantía de pago, una doble garantía personal.

En segundo lugar, tendremos más seguridad para negociar unas condiciones favorables. La unión suele hacer la fuerza, y siendo dos las opciones de conseguir un buen interés aumentan, en especial si ambos trabajáis. Por último, podremos barajar distintas opciones, aunque no tengamos antigüedad con un banco, ya que estos recibirían dos nuevas nóminas en caso de que sus créditos exigieran esta vinculación.

Las relaciones en los préstamos en pareja

En un préstamo en pareja, o con dos titulares, la entidad o banco también se beneficia.

  • Existe un menor riesgo de impago, por lo tanto, menor morosidad y mayores garantías de que se cancelará el préstamo a tiempo.
  • La entidad gana dos nuevos clientes en lugar de uno al cerrar la operación.

La mayoría de las financieras en España permite la inclusión de más de un solicitante, lo que por otro lado tiene ventajas para la pareja:

  • Permite pedir cantidades mayores en préstamos personales y a mejores intereses
  • Facilita ciertos préstamos como los que sirven para comprar un coche o una vivienda
  • Mayores plazos de devolución

¿Y si las cosas no salen bien y la pareja se separa?

Por desgracia, las relaciones no siempre son para toda la vida. Por unos motivos o por otros, un noviazgo puede romperse, y un matrimonio puede acabar en divorcio. A todos los males que las rupturas conllevan, hay que añadir uno más en caso de que tengamos un préstamo compartido con nuestra pareja: ¿qué sucede con un préstamo cuando los titulares acaban de separarse y no van a seguir relacionándose?

En toda separación es importante que exista buena voluntad por parte de ambas partes, un estado de ánimo positivo para resolver el asunto. Aunque nos separemos, para el banco nada cambia: las dos personas seguiremos siendo titulares del préstamo. Así que, de mutuo acuerdo se puede continuar con la misma fórmula y compartir gastos.

Otra opción es cambiar a un único titular. Para ello, lo ideal sería haber tratado esta posibilidad antes de solicitarlo y haber definido quién seguiría con la titularidad en el contrato en caso de ruptura o separación.

Como tercera vía, se puede amortizar el capital pendiente de reembolso del préstamo personal y cortar el problema de raíz. En ese caso ambos titulares deben aportar la parte proporcional que entre ellos consideren que cada uno debe respecto al importe total, y ya está.

Cualquiera de estas vías es mejor que no llegar a un acuerdo e incurrir en un impago que nos genere más intereses. Eso sí, estos posibles conflictos no deben hacer olvidar las grandes ventajas que puede suponer la contratación de un préstamo compartido.

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