¿Cuál es el origen de los primeros ascensores y su evolución en el tiempo?

ascensor

El uso de un sistema de elevación para ascender se ha producido en la sociedad desde la época romana, en el siglo III antes de Cristo. Desde entonces, el desarrollo de la tecnología y del conocimiento humano ha ido creciendo hasta lo que conocemos hoy en día como ascensor. Los pasos más recientes han buscado la optimización de esta herramienta con modelos eficientes y sostenibles, como la recuperación de los ascensores hidráulicos, y la búsqueda de un estilo que optimiza espacio, resistencia y vida útil.

El primer elevador data de la década del 230 a.C y se conoce por fuentes literarias que informan sobre una máquina construída por Arquímedes, precedente de otro tipo de elevación desarrollada en Egipto con cuerdas de cáñamo y movida de forma manual por personas y animales.. Los sistemas de elevación que se fueron desarrollando durante los primeros siglos después de Cristo tenían varias funciones: la construcción de grandes edificios y como arma ofensiva para destruir fortalezas.

La idea estaba presente y fue perfeccionándose, pero faltaba la tecnología necesaria para llevarla a cabo y hubo que esperar hasta 1687 para asistir a la primera instalación de lo que, podemos considerar, lo más parecido a un ascensor. Fue obra del matemático alemán Erhadt Weigel, quien consiguió que un sillón con una persona sentada subiera dos alturas y que funcionaba mediante un sistema de contrapesos que se accionaba con una palanca. Era una técnica muy rudimentaria pero novedosa y, si bien no tuvo un desarrollo posterior debido a sus limitaciones, sí que marcó el inicio de un camino que ha cambiado la historia de la humanidad.

Hay varias teorías sobre la construcción del primer ascensor moderno. El Palacio de Versalles, en 1743 y con el Rey Luis XV como inquilino, podría ser el primer edificio en contar con una elevación. Otros apuntan al Palacio de Invierno de San Petersburgo, en 1793.. En ambos casos se utilizaría un sistema de contrapesos para su funcionamiento. Sí que podemos decir con certeza que el primer ascensor mecánico surge en Londres, en 1829, y cuyo uso tenía una finalidad recreativa. Instalado en Regent’s Park, se convirtió en un reclamo turístico en el que podían subir diez personas. 

El uso público y generalizado de un ascensor llega, por primera vez, en 1857 a un edificio en la avenida Broadway, en Nueva York. Elishá Graves Otis fundó la primera gran compañía de ascensores norteamericana, y su primera obra funcionaba en una tienda bajo la potencia de una máquina de vapor. El mecanismo de seguridad fue clave para entender la importancia de este descubrimiento, ya que contaba con un dispositivo que frenaba en caso de caída, y que fue decisivo para la investigación futura. Esta misma compañía creó, quince años después, el primer ascensor hidráulico, que subía cuando se llenaba de agua un cilindro ubicado en la zona inferior y que descendía cuando éste se vaciaba. 

El posterior siglo XX fue determinante en el crecimiento de este medio de transporte con continuos avances en cuanto a consumo de energía, funcionalidad y mantenimiento.