Con el paso de los años, el peso de la vida comienza a afectar a ciertas partes del organismo. La vista, con el uso creciente de monitores y ordenadores, es una de las más afectadas por el uso intensivo que se le da. Cada día es más habitual sufrir de una mala visión, defectos refractivos como la miopía, hipermetropía, astigmatismo, así como síntomas y enfermedades como el ojo rojo, blefaritis, orzuelo, conjuntivitis, queratitis, cataratas…
Otras patologías, como la Diplopía o visión doble pueden surgir por diversas causas, como traumatismos, un estrabismo o enfermedades neurológicas.
Ante la más mínima duda de sufrir un deterioro de la vista o alguna molestia, hay que recurrir a los profesionales de la oftalmología y actuar antes de que el problema pueda aumentar. En muchos casos, algo que es completamente transitorio, podría llegar a convertirse en crónico.
Algunos de los síntomas que delatan una mala salud ocular y por los que hay que tomar medidas son los siguientes.
Ojo seco
La sensación constante de arena en los ojos, escozor e incluso dolor se puede deber a un cuadro de sequedad ocular. Esto será sinónimo de que, efectivamente, algo no va bien. Esta película lacrimal tiene como función oxigenar y nutrir la córnea, además de expulsar las partículas ajenas que entren en contacto con ella. El envejecimiento acentúa los síntomas ligados al ojo seco.
Por otro lado, es posible que aumente excesivamente la velocidad de evaporación de la lágrima, esto ocurrirá por el deterioro de la capa oleosa que cubre el borde del párpado. La función de esta otra cobertura es la de retener las lágrimas, al no existir o disminuir su cantidad, también acarrea el problema del ojo seco.
La distinción de los colores
Este será otro de los factores que vayan a determinar con precisión la salud que mantienen los ojos. Las células especializadas en la distinción de colores primarios que posee la retina pueden llegar a perder capacidad. La causa de no distinguir con claridad los colores puede deberse de algún accidente o por un trastorno genético.
Dolor interno
El dolor en el interior del ojo se debe, en la mayoría de los casos, a que la córnea no recibe el oxígeno suficiente y, por tanto, acaba por dañarse. Este problema es habitual en las personas que utilizan de forma errónea las lentes de contacto. Por otro lado, también se pude sufrir de dolor por alguna lesión, llegando a aparecer cicatrices que afectan a la calidad de la luz que recibe el ojo, distorsionándola. Esto producirá efectos graves en la visión.
Test para conocer la calidad de la vista
Con los siguientes pasos es posible hacerse una ligera idea de lo bien o mal que está la vista. Según las respuestas, habrá que tomarse en serio la visita al oftalmólogo o dejarlo pasar durante un tiempo.
Alejar la vista para leer
Si hay que alejar la vista para distinguir las palabras de un libro con claridad se sufre de vista cansada. Es posible curar con cirugía laser o corregir con unas gafas.
Visión borrosa
Sin importar la distancia, se ve borroso y se sufre de dolor de cabeza, se tendrá astigmatismo. Si, además, se ve peor cuanto más cerca, sería hipermetropía.
Mala visión nocturna
Se debe a múltiples causas y debe ser valorada por un especialista.
Mala definición de los rostros en la distancia
Posiblemente sea miopía. Habrá que acudir cuanto antes al médico de la vista para corregirla, evitar que aumente y termine afectando a la retina.