Las llamas regresaron a Lugo en la noche más mágica del año

Las hogueras iluminaron la provincia en una jornada con chubascos durante la mañana y la tarde y tiempo más seco hacia el ocaso

Tuvieron que pasar tres años para recuperar el fuego purificador de la noche más larga del año, la de San Juan, que abre la puerta al verano. En Lugo, este jueves parece que no fue así dado que las nubes y la amenaza de lluvia acompañó el encendido de las hogueras que se organizaron en distintos barrios de la ciudad.

La más concurrida de todas fue la de A Piringalla, donde la asociación vecinal volvió a asar un becerro al espeto. Se repartió carne, pero también pimientos y bebidas. Para las diez de la noche, se programó un primer pase de la orquesta Fama, que después volvería al escenario a partir de la una de la madrugada.

Para esa fiesta también se contempló la realización de un sorteo entre los asistentes, un gancho de lo más interesante. Entre tanto, el prendido de la imponente hoguera se programó para las doce, en la calle Santo Grial.

Se echó en falta otro año más la hoguera de Montirón, una de las citas más tradicionales del San Juan lucense, donde era habitual la actuación de una orquesta y también había sardiñada.

En cambio, hubo lume novo en otros puntos como en una finca cercana a la Escuela Oficial de Idiomas y al cuartel de la Policía Local, en el Paseo dos Estudantes, organizada, en este caso, por Lume Novo Asociativo-Colectivo Hedreira. En esa cita, se programó música, a cargo de Son de Lugh (para amenizar una foliada).

También se proyectó una queimada gratis para todos los presentes a partir de las doce de la noche, así como empanadas veganas, sardinas y chorizos. En total, la Policía Local tramitó cerca de 400 solicitudes de permiso para hacer hogueras, alcanzando así la cifra de 2017, cuando se pidió permiso para 403 hogueras reduciéndose a 336, en 2018, y a 299, en 2019.

El tiempo no acompañó demasiado, ya que fue necesaria la chaqueta e incluso el chubasquero pero, en cambio, las ganas de fiesta fueron este año mucho mayores que las que había antes de que llegase el covid a nuestras vidas. Tres años sin la celebración de esta fiesta tan tradicional son suficientes como para sacar de casa al más rezagado y animarse a compartir sardinas y vino al calor del fuego purificador del San Juan.

Este jueves hubo ocasión de revivir los buenos tiempos que, para algunos, quedaron ya en el pasado.

El San Juan, finalmente, venció a la pandemia. Este año, sí.

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