En lo que va de mandato, cuatro concellos lucenses cambiaron de alcalde: Portomarín y Mondoñedo por la retirada voluntaria de sus regidores, Baralla por el fallecimiento del titular y Monterroso por la falta de apoyos políticos.
Elena Candia (PP), del Parlamento a candidata en Lugo
La decisión de Elena Candia de incorporarse al Parlamento gallego a principios de 2020 provocó un efecto dominó tanto en el Concello de Mondoñedo como en la Diputación. Candia cedió el bastón de la alcaldía mindoniense, que tenía desde 2015, a Manuel Ángel Otero, aunque ella siguió dirigiendo los hilos como teniente de alcalde. En la Diputación fue relevada en la portavocía del PP por Javier Castiñeira.
La ambición política de la presidenta de los populares lucenses le ha llevado ahora a asumir un nuevo reto, ser la candidata de su partido a la alcaldía de Lugo.
Juan Serrano (PP), una renuncia que lo llevó a Madrid
Juan Serrano sorprendía en octubre de 2021 al anunciar que dejaba la alcaldía de Portomarín. Entre sus razones, su convencimiento de que "nadie debe perpetuarse en el cargo" y él llevaba ya casi una década. Lo que sonaba como su despedida de la política no lo fue, pues a las pocas semanas fue nombrado senador —escaño que cedió a Núñez Feijóo el pasado mes de mayo— y desde agosto es el director de la Casa de Galicia en Madrid.
Por su parte, Pablo Rivas se convirtió, cuando se formalizó su nombramiento como regidor, en el alcalde más joven de la provincia de Lugo.
Manuel González Capón (PP), el fallecimiento de un veterano alcalde
Alcalde de Baralla desde 1987, Manuel González Capón era considerado como uno de los regidores históricos de la provincia. Después de obtener una nueva mayoría absoluta en las elecciones del 27 de mayo de 2019, fallecía el 1 de julio de ese mismo año a causa de la grave enfermedad que arrastraba desde hacía unos meses y solo tres días después de presentar su renuncia a la alcaldía. El bastón de mando pasó pocos días después a su hijo, Miguel González Piñeiro, que aunque iba de número tres en la lista del PP, accedió al cargo tras la renuncia de la número dos, María Rosa Caloto.
Antonio Gato (IxM), extrañas alianzas y rebelión en sus filas
Lo de Monterroso en la primera mitad de mandato fue todo un terremoto político. Antonio Gato conseguía la alcaldía para IxM después de empatar con los socialistas a 798 votos. Pero un mes después de su toma de posesión, los ediles de su propio grupo le retiraban su apoyo, por lo que pactó con PSOE y CxG. La coalición no duró y tras una nueva crisis de gobierno, sus excompañeros de IxM, con Rocío Seijas a la cabeza, se aliaron con el PP para forzar su renuncia. En las elecciones de mayo, Seijas y Gato, esta vez de regreso al PSOE, se volverán a enfrentar. El morbo está servido.
