"Non se ve xente na rúa nin pola mañá"

La escasez de viandantes y tráfico refleja el temor vecinal en varios municipios lucenses con una elevada tasa de contagios
Un vecino pasa al lado de un bar y del albergue en el centro de Palas de Rei. XESÚS PONTE
photo_camera Un vecino pasa al lado de un bar y del albergue en el centro de Palas de Rei. XESÚS PONTE

"Non se ve xente na rúa nin pola mañá". Así definía Lucía Rivas, de Modas Abril, el ambiente que se vivía este lunes en las calles de Palas de Rei y que es extensible a las capitales de otros municipios lucenses donde los contagios por coronavirus tienen una elevada incidencia, como Begonte, Chantada o Quiroga. Ese movimiento matinal para hacer compras y gestiones, habitual en los pueblos, ha decaído.

Llegar por carretera a Palas y Begonte se hace extraño. El escaso tráfico en las travesías de ambas localidades, pese a ser carreteras nacionales, nos remite casi al primer estado de alarma. Aunque el confinamiento no sea total, como entonces, hay poca gente en la calle. Del centro de salud palense salen tan solo dos vecinos. Pasan casi diez minutos antes de que pase un viandante por delante del albergue de peregrinos. En la casa consistorial sobresale el cartel que advierte de la obligación de solicitar cita previa para realizar trámites.

Existe temor, o al menos precaución, ante un posible contagio. Lucía Rivas comenta que muchos clientes hacen los pedidos por teléfono y acuden a recogerlos a la hora convenida. "A ver cando escampa", agrega Rivas, deseosa de ver la luz al final del túnel. Dice que la gente de las aldeas se acerca con cuentagotas y eso redunda en el lógico descenso de ventas, pero entiende esas precauciones. "Non todo o mundo atende os consellos das autoridades sanitaria e mesmo hai xente en corentena que se pasea pola rúa. Hai que cumprir as normas polo ben de todos", afirma.

El aumento sustancial de casos positivos en Begonte tuvo una tímida incidencia en la capital municipal, donde la escasez de personas en la calle o paseando es una tónica habitual. "A maioría de casos están nas parroquias. Hai menos movemento de xente, sobre todo porque os bares non abren e os comercios pechan ás 18.00", reconocen desde la panadería Cruz. Sus propietarios indican que "polas mañás aínda podes ver a alguén que vai ao Concello, á Caixa Rural, ao médico... Pero polas tardes nada, nin tráfico hai".

Una percepción similar tienen en Autoservicio Cereixo, donde aseguran que "hai menos xente por Begonte, porque hai algo de medo", a pesar de que "nesta parroquia apenas hai un par de casos positivos", recuerdan.

En cuanto a Quiroga, sus calles están desiertas desde que días atrás el alcalde hiciese un llamamiento a los vecinos para que se autoconfinasen debido al alto índice de contagios. Respondieron hasta tal punto que al colegio y al instituto solo acudió el 10% del alumnado y no se veía casi ni un alma por la villa.

Los chantadeses lo llevan un poco mejor gracias a que la incidencia del covid no es tan alarmante como el de Quiroga. En la villa del Asma hay actividad comercial durante la mañana, lo que lleva a muchos a buscar un bar cercano para que les sirvan un café con algún dulce que llevarse a la boca.

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