La incertidumbre provocada por la tormenta perfecta de la pandemia, la guerra y la inflación no ha arredrado a los turistas para disfrutar de unos días de asueto en tierras lucenses durante esta festividad. De norte a sur de la provincia los alojamientos registran una alta tasa de ocupación, superando las previsiones. Incluso algunos hoteles de Viveiro, Lugo y Monforte han colgado el cartel de lleno.
El rico patrimonio histórico-artístico y natural y la gastronomía siguen siendo los principales atractivos turísticos. Las reservas de la playa de As Catedrais y la tirolina de A Pontenova se han agotado estos días.
Las favorables previsiones meteorológicas y la recuperación de las procesiones religiosas y de ferias gastronómicas, como el vino de Quiroga y Negueira de Muñiz, el aguardiente de Portomarín, el queso de O Cebreiro o el mejillón de San Cibrao, también son un reclamo para los visitantes.
En la capital lucense las terrazas estaban este jueves llenas. Encontrar una mesa libre para comer o cenar en los restaurantes del centro de la ciudad era complicado. Y como no solo de pan vive el hombre, el adarve de la muralla romana también era un hervidero de visitantes a primera hora de la tarde cuando acompañaba el sol.
Esa afluencia foránea propició situaciones curiosas. Una turista se acercó a una transeúnte para preguntarle dónde se encontraba la Praza Maior y resultó que su interlocutora también era visitante.
Tras dos días "a tope", Alberto García, del restaurante Alberto 2.0, destacaba que en Lugo hay cuatro semanas a lo largo del año que "garantizan el lleno". Son las de Semana Santa, las dos intermedias de agosto y el San Froilán. El director del Hotel Santiago de la capital lucense, Héctor Castro, aseguraba que esta es una de las mejores semanas santas desde que en 2007 entró a trabajar en este cuatro estrellas.
"Otros años, como en este, llenamos los días festivos, pero nunca completamos el miércoles como esta vez. Y de Domingo de Ramos a martes también fueron buenos, con más del 50% de ocupación, cuando en otras ocasiones esos días estaban en el aire", explicaba Héctor Castro.
Lugo es un destino "de proximidad y de última hora", lo que, a juicio de este director de hotel, es "un factor a favor", junto con el de que no es una plaza cara. La mayoría de los huéspedes son gallegos o de comunidades vecinas, como Asturias y Castilla y León. También Madrid es un origen propicio.
Esta Pascua benigna es interpretada por el gremio como un síntoma de que las vacaciones estivales también lo serán. El secretario de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Lugo, Jacobo García-Bobadilla Prósper, del centenario Hotel Méndez Núñez, dice que "la Semana Santa es el bonsai del verano".
A MARIÑA. La calle peatonal de Ribadeo estaba este jueves a tope, igual que se registraba mucha afluencia y movimiento en el centro de Viveiro o en Foz. Gran parte de los establecimientos hoteleros de A Mariña cuelga este viernes y este sábado el cartel de lleno. "Está todo completo. Esto ya se puso como siempre, parece una Semana Santa normal", afirmaba este jueves el gerente del hotel restaurante Louzao de Viveiro, Jesús Louzao, que destacaba que "al ser pocos días, todo el mundo viene alegre, porque no es igual descansar tres que quince. Hay más gasto porque son las primeras vacaciones del año y también hay ganas de intentar recuperar la normalidad".
La jefa de la recepción de los hoteles Urban y Ego de Viveiro, Sonia López, explicaba que "la tendencia es a reservar a última hora y se completa de un día para otro porque hay demanda". El gerente del restaurante La Solana de Ribadeo, José Muñoz, aseguraba que estos días "nunca fallan, sobre todo de jueves a domingo. Este año llamó y preguntó más gente".
Su homólogo de Casa Damián, O Lar y A Funcional en Foz, Antonio Castro, destacaba que la ausencia de restricciones y la recuperación de la capacidad de aforo contribuyen a un mayor ambiente. "En Semana Santa se fai bo tempo véndese sempre máis que en calquera data do ano. Nós vendemos máis o Venres Santo que o día da festa do pobo, porque a clientela é constante durante toda a xornada, mentras que no verán pola tarde vanse para a praia", aseguraba Antonio Castro.
RIBEIRA SACRA. Está a rebosar. En los hoteles apenas quedan plazas hasta el sábado. Es el caso del Parador de Turismo de Monforte, que no tiene ni una habitación libre estos días. En Chantada, los dos albergues recientemente abiertos, Dpaso y Pousa do Asma, están igualmente hasta arriba, estrenándose en Semana Santa.
En la ciudad del Cabe, que cuenta hacia atrás para, a través de su Feira Medieval, retornar a la Edad Media, las terrazas de zonas como la Rúa Cardenal o A Compañía estuvieron repletas de clientes, animadas por el buen tiempo y el ambiente festivo. En el resto de la comarca, recursos como el tren de Aba Sacra o los catamaranes por el Miño y el Sil de la Diputación recibieron igualmente un gran número de visitantes. De hecho, las rutas fluviales podrían superar la previsión del 74% de ocupación.
Peregrinos extranjeros
El presidente de la Asociación de Amigos do Camiño de Santiago na Comarca de Sarria, Jorge López, cifra en un 90% la ocupación en alojamientos. En la oficina de turismo de Sarria atendieron a visitantes llegados de Francia, China, Japón, Colombia o Polonia, quienes se interesaron por los recursos turísticos, como monumentos o rutas por la naturaleza