Lugo continúa sumergida bajo la lluvia

El tren de borrascas pasa factura a Galicia: numerosos ríos se desbordan y obligan a cortar paseos y carreteras
El Asma a su paso por Chantada. ELENA VÁZQUEZ
photo_camera El Asma a su paso por Chantada. ELENA VÁZQUEZ

Llueve sobre mojado en Galicia, barrida por un tren de borrascas que apenas dio respiro desde finales de 2020 y cuyos efectos empiezan a acumularse sobre un terreno incapaz de absorber más agua. El paso del último frente, este martes, desbordó numerosos ríos, lo que se tradujo en cortes de carreteras secundarias y paseos. Y todo ello aderezado con nieve en las montañas de Ourense y Lugo, rachas de viento de 125 por hora y alerta naranja por oleaje.

En medio de este escenario caótico, que se repetirá jueves tras la breve tregua de este miércoles, el Concello de Lugo decidió cortar el paseo del Miño entre el balneario y el restaurante O Muiño hasta que la bajada de las aguas permita transitar.

Una situación que se repitió en otros tramos peatonales y áreas recreativas de toda la comunidad, donde se acumularon hasta 60 litros por metro cuadrado de lluvia en Entrimo, 55 en Vimianzo, 53 en Lobios y más de 40 en puntos de las las comarcas de Xallas, O Barbanza, en el interior de Pontevedra (Cotobade) o en zonas altas de Ourense como Beariz, Avión o Vilardevós. En la Ribeira Sacra lucense se superaron los 35.

DESBORDAMIENTOS. Todas esas intensas precipitaciones provocaron que el río Asma a su paso por Chantada se haya desbordado a la altura del paseo fluvial y el área recreativa de O Sagoñedo. En Monforte, el Cabe bajaba con un gran caudal a su paso por el centro de la ciudad, con pequeños anegamientos en las zonas más bajas, como en el paseo situado junto a la pasarela peatonal de O Malecón. Y en Monterroso, el Ulla dejó bajo sus aguas el área de A Peneda.

En cuanto a los embalses lucenses, los niveles de almacenamiento se sitúan en los límites de seguridad, por lo que todos sueltan agua por sus aliviaderos, como es el caso de la presa de Belesar, situada entre Chantada y O Saviñao, en el Miño. Y es que la media de ocupación de las presas gallegas ya está por encima del 80%, según el ministerio.

Fuera de Lugo, los ríos Tambre, Lérez, Miñor, Arnoia y Támega también se salieron de sus cauces. Así, la Xunta de Galicia mantiene activo el plan especial para el riesgo de inundaciones (Inungal) con el objetivo de informar sobre el estado y la evolución de los ríos. Y hace un llamamiento a incrementar la precaución, especialmente en las carreteras, dada la posibilidad de encontrar bolsas de agua e importantes inundaciones, que dificultan la circulación.

NIEVE, VIENTO Y OLAS. En las zonas altas de Lugo y Ourense parte de esa lluvia fue en forma de nieve, lo que obligó a activar una alerta amarilla que se mantendrá en las primeras horas de este miércoles. La DGT cortó el tráfico a camiones en la A-52 en sentido Benavente en A Gudiña y Riós por precaución, mientras que las granizadas provocaron numerosas colisiones múltiples en la comunidad.

El viento dejó rachas de 125 por hora en O Xistral, 124 en Valdeorras, 122 en Fisterra, 115 en Viveiro, 114 en Cedeira, 110 en Vimianzo y 107 en Carnota, provocando caída de objetivos, árboles e incluso hizo volar parte de un tejado en Panxón.

En el mar, las olas de más de seis metros obligaron a activar una alerta de nivel naranja las costas de Pontevedra y A Coruña, quedando libre A Mariña.

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