La pandemia del coronavirus se está llevando por delante demasiadas cosas. Muchos pequeños negocios familiares están cerrados o ven muy limitada su actividad. Sin embargo, siempre hay alguien que aprovecha estos momentos de incertidumbre para preguntarse dónde está y hacia dónde quiere ir. Ese es el caso del melidao José Antonio Mejuto.
Su empresa, Casa Mejuto, vio frenada su actividad de elaboración de licores por el cierre de la hostelería. Las ventas escasean, por lo que está dando los primeros pasos para reorientarse hacia la producción de gel hidroalcohólico, una iniciativa que puede contribuir a la viabilidad de la firma.
La elaboración de gel hidroalcohólico comenzó como una iniciativa solidaria, pero va camino de convertirse en un nicho de negocio. “Os primeiros 168 litros donámolos ao Concello de Melide para atender unha emerxencia, xa que escaseaba. Fixémolo de corazón, co mesmo afán de axudar que outros comercios locais que fixeron e fan mascariñas”, manifiesta Mejuto.
Esta donación fue una forma de dar las gracias a los trabajadores municipales, “que están cada día en primeira liña para atender as necesidades da sociedade nestes tempos de dificultade”, indica este empresario. Tras este primer ensayo, las solicitudes de distribuidores le animaron a pedir los permisos para dedicarse a la comercialización de soluciones alcohólicas. “A demanda actual é importante e pode manterse nun futuro próximo cando abran comercios e bares. De aí que nos plantexemos reconvertir unha parte da produción e dedicarnos á elaboración de solucións desinfectantes”, manifiesta Mejuto.
Casa Mejuto nació en 1954, por iniciativa de Francisco y María, los abuelos de José Antonio, que con su familia forma la tercera generación que está al frente de esta firma melidá
El cierre de la hostelería dejó bajó mínimos la venta de licores y vermús de esta firma, que incorporó recientemente un espumoso a su producción. “So se vende algo para supermercados e temos suficiente stock. Se as peticións dos distribuidores teñen saída e a crise perdura no tempo, apostaremos por esta saída”, agrega José Antonio Mejuto. Es una vía para sobrevivir al silencioso terremoto provocado por esta pandemia entre las pequeños negocios.
Casa Mejuto nació en 1954, por iniciativa de Francisco y María, los abuelos de José Antonio, que con su familia forma la tercera generación que está al frente de esta firma melidá.
