En Galicia el sector pasó de 13.000 a 8.500 empleados en 9 años

Lugo perdió desde el 2010 147 empleados en el sector y se queda ahora con menos del millar, según UGT
Una sucursal del Banco Popular. AEP
photo_camera Una sucursal del Banco Popular. AEP

El paulatino cierre de oficinas tiene un evidente reflejo en las plantillas. Si en Galicia ha desaparecido el 40% de la red que operaba en la comunidad, la destrucción de empleo llega al 34,80%. Según un análisis de la federación de servicios, movilidad y consumo de UGT Galicia, las entidades tenían en el año 2010 13.018 trabajadores, mientras que en este ejercicio son 8.487.

La principal reducción se registró en la provincia de A Coruña, con mucha diferencia sobre el resto. La razón es que en ella es donde se concentraban servicios centrales de algunas entidades, como Abanca, que dejó de tenerlos allí agrupados y repartió su personal por provincias.

La marcha que contribuyó de forma más clara a ese descenso es el traslado de los servicios centrales del Banco Pastor a Madrid, lo que borró de un plumazo a alrededor de 800 trabajadores.

En el caso de Lugo, se perdieron 147 puestos de trabajo en banca entre 2010 y el actual ejercicio, pasando la provincia de tener 1.118 empleados en el sector a 971. Según los datos recopilados por UGT revisando las actas electorales de los comicios sindicales, en 2010 Abanca tenía en Lugo 382 empleados en Lugo, que pasaron a 339 en este año.

El descenso más acusado es el del Banco de Santander, que perdió en Lugo en esos nueve años 155 puestos, pasando de 224 a 69. BBVA pasó de 153 a 121; el banco Caixa General de Depósitos, de 19 a 11 y Bankia de 14 a 11.

En el otro extremo, figuran las entidades que incrementaron su personal en la provincia, fundamentalmente gracias a las adquisiciones de otras. Por ejemplo, pasa de 7 a 62 empleados en Lugo en ese período, pero cabe recordar que suma los del Banco Gallego (comprado en 2013), que en el año 2010 contaba con 33 trabajadores en la provincia. Caixabank, por su parte, pasa de 70 a 72 y Caja Rural, de 105 a 115.

El sindicato que analizó la situación del personal de banca recuerda que la desaparición de oficinas y destrucción de empleo van a la par, pero no así el volumen de trabajo. "O mesmo traballo é desempeñado agora por menos traballadores, incrementándose substancialmente a carga laboral que se suple con grandes presións comerciais, pero, sobre todo, cun incremento significativo de horas extras non remuneradas", dice.

Los usuarios perciben ahora que algunos servicios, antes disponibles en un mayor rango horario y en todas las oficinas, ahora se ciñen a unas horas concretas u oficinas en particular. "Cerraron la oficina de mi banco que estaba en mi calle. Empecé a ir a otra cercana y, desde hace un tiempo, esta solo tiene servicio de ventanilla a primera hora. Si tienes que hacer una gestión y llegas diez minutos tarde te tienes que trasladar a una oficina del centro, que es la que asume ahora ese servicio todo el día. Alguna vez tuve que ir y estaba llenísima. Aunque hay mucha gente atendiendo, la espera es siempre larga porque hay muchos clientes para hacer gestiones que no pudieron hacer en sus oficinas", resume un cliente.

Paralelamente, se promueve el uso de cajeros y de la banca electrónica para muchas gestiones.

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