Dos detenidos en Lugo por un kilo de cocaína y otro por 300 plantas de marihuana

La Guardia Civil mantiene abiertas dos grandes operaciones contra el tráfico de drogas, una en la capital lucense y otra en Cospeito
Registro de la casa de Cospeito
photo_camera Registro de la casa de Cospeito

Distintas unidades de la Guardia Civil mantienen abiertas dos grandes operaciones contra la droga en la provincia, que hasta el momento han dado como resultado al menos tres detenidos: dos personas fueron detenidas en relación con la distribución de un kilo de cocaína, mientras que otra fue sorprendida en una vivienda en la cultivaba de manera profesional alrededor de 300 plantas de marihuana.

La primera de esas operaciones, cuya fase de registros se llevó a cabo la semana pasada, implicaría a un vecino de la parroquia lucense de Bascuas, un hombre de unos 40 años que fue enviado a prisión por la jueza del juzgado de Instrucción 1, que dirige la investigación.

Según explicaron algunos vecinos, el dispositivo fue muy prolongado y llamó mucho la atención porque participó incluso una unidad canina para localizar la droga, procedente de un reciente desplazamiento del sospechoso que había sido controlado por los agentes.

La sustancia estupefaciente resultó estar en un solo paquete perfectamente sellado, que arrojó un peso de un kilo. También se registró un piso propiedad del detenido en el barrio de A Milagrosa.

En relación con este detenido, en una siguiente fase de la operación también fue apresado su cómplice, hijo de un empresario de Rábade, que también estaría en prisión. La operación se mantiene abierta y bajo secreto.

Marihuana en Cospeito

También sigue abierta la investigación que ha permitido desmantelar una plantación profesional de marihuana en una vivienda de Santa Cristina, en Cospeito. El registro, como ya informó este diario, se realizó el pasado lunes por parte de miembros de la Guardia Civil de Lugo y del departamento de Aduanas.

En la vivienda fue sorprendido uno de los individuos que cuidaban del cultivo, una plantación de unas 300 plantas de gran calidad y alta producción que recibía todo tipo de mimos: lámparas a pleno rendimiento, riego profesional, abonos, ventilación... Los agentes sospechan que el detenido, que no llegó a entrar en prisión, es solo un encargado, un miembro de base de una organización compuesta por ciudadanos de origen colombiano y que podrían estar extendida por buena parte de Galicia y de España, con casas invernadero repartidas por numerosos lugares.

Según parece, los guardias llegaron hasta la plantación alertados por varias circunstancias, entre ellas el alto consumo de electricidad para una vivienda en la que no se realizaba actividad industrial o ganadera aparente.

También los vecinos habrían comentado sus sospechas después ver cosas que no les cuadraban. La primera, según comentaron, el trasiego de personas con coches de gran cilindrada por el pueblo. Y, después, detalles que llaman la atención a personas que están acostumbradas a la actividad económica, sea cual sea, de su entorno: no tenía explicación para el hecho de hubieran instalado en la vivienda una gran estructura con un enorme depósito de agua cuando la propiedad tenía pozo y, además, estaba conectada a la red municipal; o ver llegar camiones de abono que eran descargados dentro cuando ni en la casa, ni en los anexos y en el gran terreno que la rodeaba se plantaba nada.