¿Cuál es el concello más rico de la provincia de Lugo? ¿Y el más pobre?

Cervo, situado en A Mariña, cuenta con la renta media bruta más elevada, mientras que Cervantes, tiene una de las inferiores

Cervo. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera Cervo. JOSÉ Mª ÁLVEZ

CERVO, LA ALARGADA SOMBRA DE ALCOA

Los últimos datos de la Agencia Tributaria revelan que el municipio de Cervo, en la comarca de A Mariña, es el que posee la renta media bruta más elevada de la provincia de Lugo con 24.946 euros. Se sitúa en el puesto 16 entre los concellos gallegos, por delante de Lugo y del otro mariñano en los primeros puestos de la provincia, el de Burela. En este municipio la sombra de la multinacional del aluminio Alcoa es muy alargada y bajo sus alas se cobijan muchos de los asalariados con los que cuenta el municipio, aunque lejos de jugarse todo a una carta, y consciente de la importancia que tiene la empresa no solo para el municipio sino para la comarca, también hay otros sectores que contribuyen al desarrollo económico local.

Según los datos del Instituto Galego de Estatística (Ige) correspondientes al año 2016, el número de empresas radicadas en el término municipal es de 255. De ellas, la mayoría (203) cuentan con uno o dos trabajadores; 17 tienen entre tres y cinco; 13 emplean entre seis y nueve; ocho dan trabajo a entre diez y 19 personas; once lo hacen entre 20 y 49; dos entre 50 y 99 y una de 100 a 249. Estas cifras vienen a indicar la variedad de sectores que dan trabajo en el municipio. De hecho, la industria es el segundo sector que más empleo crea después de los servicios—con más de mil puestos de trabajo— y por delante de la construcción y del sector primario.

En Cervo también se encuentra una de las fábricas de la emblemática firma gallega de cerámica Sargadelos, que aunque pasó por altibajos en los últimos años parece que poco a poco va remontando y nunca perdió el prestigio y la calidad que siempre fueron unidos a su nombre. Además, en el polígono industrial de Cuíña, en San Cibrao, se asientan distintas empresas, entre ellas la piscifactoría Acuidoro.

Están trabajando junto al Instituto Tecnológico de Galicia en impulsar un centro de drones

Para el empleo en el sector servicios, se sumó hace unos meses la residencia y centro de día que creó cerca de una treintena de puestos de trabajo, además de añadir un nuevo servicio al municipio. Y en el sector primario, la pesca sigue contando con trabajadores aunque la venta de pescado y marisco se hace en otras lonjas de la zona, principalmente Burela o Celeiro. En cuanto a la riqueza que acumula un municipio, también hay que contar con las pensiones, que tienen un peso específico. En el caso de Cervo, la mayoría de los jubilados son de Alcoa y de la pesca, por lo que la pensión media es bastante alta.

APUESTA. El alcalde cervense, Alfonso Villares, reconoce que el peso de Alcoa en la economía local es muy importante "e iso tamén pode facer que se free o emprendemento e igual coarta que se poda desenvolver outro sector". "De todas formas que todo se quede como está, pero tamén é certo que hai outros sectores cunha presencia importante no municipio", añade.

 Además, desde el Concello impulsan políticas que favorezcan la puesta en marcha de nuevos proyectos. Así, abrió el centro de emprendimiento de Sargadelos, en las caballerizas de la antigua fábrica, con unos alquileres muy ventajosos y donde ya están en marcha varios negocios, como un centro de equitación, una tienda de artesanía u otra de productos ecológicos. La idea es darle más vida a ese entorno.  

Asimismo, están trabajando junto al Instituto Tecnológico de Galicia en impulsar un centro de drones, para el que se espera que a finales de año esté construida una pista en el polígono industrial.

SERVICIOS. A todo ello también hay que sumar los servicios que presta el Concello, que cuenta con un presupuesto importante en el que también influyen los impuestos que paga Alcoa. "Temos un alto nivel de servizos municipais e queremos seguir nesa liña para que a xente se asente aquí", asegura el alcalde, que reconoce que en el día a día no se siente que el municipio sea el más rico de la provincia, "pero ben é certo que cando se está acostumado a un determinado nivel de servizos e de vida, isto deixa de notarse", reconoce.

José Luis Sariego. Jubildo de Alcoa: "Cuando llegamos a San Cibrao hace 40 años había muy poco"
El despliegue económico del concello de Cervo fue paralelo a la llegada de la multinacional Alcoa, que influyó en las economías particulares y los servicios
José Luis Sariego fue de los primeros operarios que llegó a San Cibrao para poner en marcha la fábrica de Alcoa. "Vine de Avilés y llevo 40 años aquí", asegura y reconoce que "cuando llegamos había muy poco, ni siquiera había teléfono, ni médico, ni colegios".   Estas declaraciones dan una idea del impacto que supuso la llegada de la fábrica a un municipio que en aquel entonces tenía en la actividad pesquera y agraria su principal fuente de ingresos.

La carencia de todo se notaba en aquellos años iniciales incluso en la falta de alojamientos para recibir a los operarios de Avilés y A Coruña que llegaban para arrancar la fábrica, puesto que en la zona no había trabajadores que se pudieran hacer cargo de arrancar las cubas. "Recuerdo colas enormes para comer porque no había restaurantes y en muchos casos lo hacíamos en casas particulares", explica Sariego, que subraya que tampoco había hoteles ni casas para alquilar e incluso se habilitaron garajes como viviendas ante la falta de oferta, "y subieron mucho los precios". La carestía de tanta infraestructura hizo que muchos de los trabajadores se fueran a vivir a otros puntos de la comarca como Foz o Viveiro, primero y Xove o Burela un poco más tarde.

Al aumento de la actividad económica que supuso la llegada de los trabajadores se unió la explosión social: "Formamos asociaciones y clubes de fútbol y atletismo", reconoce Sariego, que reconoce que si bien al principio la gente se mostraba reacia a tanto forastero, después les acogieron muy bien. Evidentemente, la llegada de tanto población implicó que los servicios en Cervo fueran mejorando para cubrir esas necesidades y empezó el crecimiento del municipio.

Además los sueldos de la fábrica implicaron un aumento considerable de las rentas individuales con la repercusión que eso tuvo en la economía local, que empezó a desarrollarse en distintos ámbitos. "Vinimos gente muy joven con familia que empezamos a hacer nuestra vida aquí y eso se notó en todos los ámbitos", afirma Sariego, que reconoce que Cervo "es un buen lugar para vivir".

Años después, estos primeros trabajadores ya están jubilados, con unas pensiones que son más altas que las que tienen los extrabajadores del mar y de la agraria, por lo que la capacidad económica particular sigue siendo pujante. Asimismo, la fábrica sigue siendo un importante foco de trabajo, a pesar de las dificultades que atravesó y el futuro un tanto incierto que planea sobre ella con el anuncio de los cierres en Avilés y Alcoa. "Me da mucha pena lo que está pasando ahora, pero es algo que ya veíamos venir porque las cubas de esas plantas son muy viejas y no son competitivas", afirma Sariego, que lamenta que "si gastas más en energía de lo que produces es imposible que puedas competir".

 

CERVANTES, ECONOMÍA DE SUBSISTENCIA

Cervantes. J.VÁZQUEZ

En la otra cara de la moneda se encuentra Cervantes. Con una renta media por habitante que apenas supera los 12.000 euros anuales, Hacienda lo vuelve a situar como el municipio gallego con menor nivel de riqueza y el séptimo por la cola a nivel estatal. En pleno pulmón de Os Ancares la falta de desarrollo industrial de este concello es una realidad y el principal modo de vida de sus habitantes son la agricultura y la ganadería. Con el cierre hace dos años de la empresa más potente del entorno, Embutidos Campa (en Piornedo), Cervantes logra sobrevivir gracias a los ingresos provinientes del sector primario.

Según el Instituto Galego de Estatística (Ige) en 2017 había una única empresa con más de diez empleados, en cambio, contaba con más de 200 explotaciones, la mayoría en extensivo. Sin embargo, el elevado minifundismo complica el crecimiento del sector y cientos de pequeñas parcelas en manos de decenas de propietarios se vuelven difíciles de gestionar. En la mayoría de casos se trata de granjas con las que se logra la autosuficiencia para cubrir las necesidades de una familia, un tipo de agricultura de subsistencia.

En un territorio protegido en su mayor parte por la Rede Natura, muchos vecinos la perciben como un problema a la hora de ampliar sus propiedades. "Póñennos moitas etiquetas pero despois non nos axudan", critica un ganadero con un centenar de reses que intentó en tres ocasiones ampliar sus instalaciones. "Quixen pechar a finca e construír unha nova nave e denegáronmo porque aquí parece que vale máis a natureza que a xente", señala, al tiempo que recuerda como cada cierto tiempo el lobo le arrebata a parte de su ganado. "Non me deixan facer un cierre e as alimañas acábanme co gando", lamenta. El hombre, de 33 años, es uno los pocos jóvenes de la zona que apostó por su municipio y decidió tomar las riendas del negocio familiar. "Cada vez quédanme menos ganas de seguir",lamenta.

"Cando era neno dicíanme que había que marchar para a cidade e agora temos que animar á xente para que se quede"

ÉXODO. El concello cuenta cada vez con menos prestaciones y tras el cierre en los últimos meses de un banco, un hotel y una panadería en San Román la capitalidad se ha quedado sin apenas servicios. "Se queremos facer a compra temos que ir a Navia ou a Becerreá, a 40 quilómetros, porque nin supermercados temos", comenta apesadumbrada una cervantega. Ante este panorama la crisis demográfica azota con dureza al concello.

El Ige recoge que la población de Cervantes el pasado año era de 1.423 habitantes, una cifra que ha menguado en casi el 40% desde hace dos décadas. El envejecimiento y la falta de relevo generacional son otras de las lacras a las que se enfrenta el municipio, dónde el pasado año casi la mitad de la población tenía más de 65 años y la edad media se situaba en los 58 años. Ante esta situación el sector servicios se ve como una alternativa en una zona en la que la naturaleza es su principal potencial. "Afortunadamente os turistas anímanse a vir a Os Ancares e temos moi bos rexistros de reservas", comenta la encargada del hotel Piornedo, que cuenta 30 años de antigüedad.

FUTURO. Para impulsar el desarrollo en la zona los vecinos piden la puesta en marcha de planes para asentar la población, generar riqueza y mejorar las comunicaciones. "Téñennos abandonados, necesitamos máis prestacións e axudas para saír adiante", remarcan. El regidor local, Benigno Gómez, confirma que "de seguir, así non hai boas expectativas". "Vivimos nun paraíso e temos que remar todos xuntos para sacalo adiante", dice. Gómez añade que lo fundamental es poner en valor la zona "para atraer á xente" pues la naturaleza es su bien más preciado, al tiempo que añade que es fundamental un cambio de mentalidad.

"Cando era neno dicíanme que había que marchar para a cidade e agora temos que animar á xente para que se quede, porque a calidade de vida é boa e somos afortunados de nacer nesta terra". Por ello, se muestra orgulloso de que nuevas generaciones estén apostando por la zona y pone de ejemplo la reciente creación del grupo de desarrollo rural Territorio Verde, puesto en marcha por varios jóvenes para "impulsar a vida en Cervantes".

Amelia Rodríguez. Vecina y emprendedor de Piornedo: "En Cervantes hay futuro, el problema son las trabas legales"
Los cervantegos piden facilidades para montar negocios en el municipio, así como un plan para poner en valor la zona y evitar la despoblación
Los cervantegos coinciden al señalar que pese a que su municipio no está pasando por su mejor momento "sí que tiene futuro". Muchos son los emprendedores que han intentado sacar partido a todo su potencial, pero algunos critican que por el camino se han topado con un exceso de "trabas burocráticas". En un concello emplazado en pleno corazón de Os Ancares donde la naturaleza es su mayor atractivo, la práctica totalidad del territorio está custodiado por medidas de protección como las de la Rede Natura o catalogaciones como BIC.

Este es el caso de Amelia Rodríguez, una vecina de Piornedo que intentó montar varios negocios en la zona sin éxito. "Me fue totalmente imposible y al final ya desistí", indica, al tiempo que relata como hace más de una década quiso poner en marcha un restaurante en una palloza de su propiedad. "Me hacía mucha ilusión". La mujer se empleó a fondo para hacer realidad su sueño. "Contraté a un arquitecto y diseñamos un completo proyecto siguiendo toda la legislación vigente".

Sin embargo, recuerda que las trabas legales fueron muchas. "Me pusieron infinidad de problemas. Cada seis meses me pedían requerimientos, nueva documentación, remodelar el plan inicial... Fue un infierno", asegura. "Me gasté más de 12.000 euros en documentación y no me sirvió de nada". Finalmente, tres años después le concedieron la esperada licencia pero ya no le quedaban ganas de seguir adelante: "acabaron con mi ilusión", critica.

No obstante, esta no era la primera vez que esta cervantega intentaba emprender en Piornedo, pues también se planteó alquilar el legendario albergue Club Ancares. "Les ofrecí a los responsables una buena cantidad de dinero para gestionarlo durante 15 años y no quisieron", indica, mientras lamenta que hoy en día el establecimiento permanezca cerrado.

Finalmente optó por abandonar su villa y buscarse la vida fuera de Cervantes. "Estuve en A Coruña, Cádiz y Barcelona. Me dio mucha pena tener que irme, pero no me quedó más remedio", comenta apesadumbrada. Hace unos par de años Rodríguez regresó a Piornedo para cuidar de su madre nonagenaria. "Me da rabia que no se aproveche todo lo que aquí tenemos y que desde las administraciones no nos faciliten más las cosas. La protección natural y patrimonial es necesaria, pero que nuestro concello crezca económicamente también", dice.

"Vivimos en un paraíso con mucha riqueza sin aprovechar y sin un plan para ponerlo en valor", critica, al tiempo que no duda en comparar su municipio con el parque natural de Somiedo (Asturias). "Es un ejemplo de que es posible compatiblilizar ganadería, población y naturaleza, solo hace falta que las administraciones tomen cartas en el asunto. Tienen que acordarse de Cervantes, que cada vez cuenta con menos prestaciones y deben promover la vida aquí para que no nos veamos obligados a emigrar. Pues sin gente no hay futuro", asegura.

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