"Criminalística analizará lo que grabó una cámara de Alto da Moá"

El jefe del equipo de investigación explica que se activó el nivel II de emergencia y se confinó a los vecinos "porque no era seguro evacuarlos"
Jaime Lage, jefe del equipo del Seprona especialista en fuegos. SENANDE
photo_camera Jaime Lage, jefe del equipo del Seprona especialista en fuegos. SENANDE

La vorágine que dejaron a su paso los incendios registrados esta semana en los montes de Ribas de Sil todavía no ha llegado a su fin, ya que las pesquisas continúan y los encargados de arrojar luz al suceso trabajan sin tregua para identificar al responsable del caos. El jefe del Equipo Multidisciplinar de Investigación de Incendios del Seprona, Jaime Lage, regresó cada día a la zona cero desde que se dio por controlado el fuego para buscar respuestas a las preguntas que todo el mundo se ha planteado estos días sobre el incendio: ¿quién?, ¿cómo? y ¿por qué?

Lage y su equipo llegaron al lugar del suceso para investigar, pero la gravedad del caso cambió sus planes y comenzaron a colaborar con los servicios de extinción. "Se activó el Nivel II de Emergencia, que se plantea cuando ya se prevé que la superficie afectada va a ser muy amplia y que el fuego puede causar daños a la población y a sus bienes. Lo prioritario en este caso era salvar a la gente y salvar sus casas. Cuando se activa este nivel ya se puede evacuar a la población, pero hay que analizar muy bien la situación, el viento, las vías de entrada y salida de las poblaciones y muchos otros factores.

"En este caso", explica el jefe del equipo, "se optó por confinar a los vecinos en una zona resguardada, ya que no era seguro evacuarlos por las circunstancias y además nos podrían alcanzar las llamas en el camino. Y a la gente de avanzada edad, con problemas de movilidad o respiratorios, los confinamos en el puesto de mando".

Los protocolos de actuación recogen hasta el Nivel III de emergencia, "pero creo en Galicia nunca se activó. Tendría que ser una auténtica catástrofe", comenta. Aplacado el fuego y con la población a salvo, el equipo del Seprona intensificó el trabajo de investigación recorriendo la zona palmo a palmo y analizando todos los datos recabados. Sus primeras pesquisas, además de confirmar que el incendio fue intencionado, revelaron que el autor se desplazó en coche de un foco a otro y utilizó algún tipo de encendedor para provocar el fuego. Los investigadores recogieron también las grabaciones realizadas por una cámara ubicada en Alto da Moá, que forma parte de la red de videovigilancia forestal instalada por la Xunta de Galicia para disuadir a los incendiarios. "Las grabaciones se enviarán al servicio de Criminalística de Madrid para que las analice, ya que tienen equipos más especializados para realizar ese trabajo", concluye.

Dos grandes focos y una reproducción todavía más grave
Los investigadores de la Guardia Civil recogen en su informe que el incendio de Ribas de Sil tuvo dos grandes focos. Uno de ellos se registró el día cinco, a las 21.21 horas, y se dio por controlado a las siete de la mañana del día siguiente. En esta zona ardieron 3,8 hectáreas de arbolado. El segundo se inició a las 21.42 horas del día 5 y se dio por controlado a las nueve de la noche del día 8, después de calcinar 140 hectáreas (35 de arbolado y 105 de superficie rasa). El tercer foco, según los investigadores, fue realmente una reproducción del primero, pero el viento y las altas temperaturas jugaron en contra de los servicios de extinción y ardieron 1.580 hectáreas (1.027 de arbolado y 573 de terreno raso).

Fuegos secundarios
La propia columna conectiva, es decir, la columna de gases, humo y partículas que ascendió desde el incendio, fue creando focos secundarios delante del frente en el que estaban los servicios de extinción, por lo que tuvieron que retroceder varias veces.

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