Los concellos con PXOM actualizados en Lugo pasan de ocho a veinte en dos años

La Xunta aprobó de forma inicial tres planes básicos en este periodo para O Páramo, Triacastela y Trabada y avanza en los trámites de cinco ►Monforte, Sarria y Vilalba tienen una planimetría obsoleta, que se remonta a los años 80, y la de Viveiro está suspendida desde 2006
Exposición de un PXOM. ARCHIVO
photo_camera Exposición de un PXOM. ARCHIVO

pxomLa ordenación urbanística en la provincia de Lugo experimentó una mejora exponencial. Son ya veinte los municipios que cuentan con Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), adaptada a las Directrices de Ordenación del Territorio, frente a los cinco que lo tenían en 2009. El gran cambio se produjo en los dos últimos años, en el que pasaron de ocho a veinte los PXOM aprobados y se inició la redacción de planes básicos municipales en ocho concellos rurales. Cuatro de los ayuntamientos más importantes tras la capital dan la nota negativa. Monforte, Vilalba, Sarria y Viveiro tienen su planimetría sin actualizar.

La coyuntura es totalmente distinta a la existente en 2009, cuando solo Paradela, O Incio, Castroverde, Rábade y Ribas de Sil tenían PXOM. En 2019 eran ocho los municipios con la normativa adaptada: Burela, O Corgo, A Fonsagrada, Foz, Mondoñedo, As Nogais, Quiroga y Ribadeo. Con posterioridad actualizaron sus planes Lugo capital, Xove, A Pastoriza, Castro de Rei, Guitiriz, Castroverde, Láncara, Paradela, O Incio, Pedrafita, Sober y Ribas de Sil. O Courel y Baleira están a punto de estrenarlos. Ya cuentan con memoria ambiental, el último trámite en el que interviene la Xunta antes de la aprobación definitiva.

Las cifras actuales de planeamiento evidencian que el Ejecutivo gallego "estivo ao lado dos concellos para dotalos dun instrumento de ordenación que faga posible o seu crecemento sostible", según la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez. La Xunta destinó 20 millones de euros desde el 2009 para la redacción de planeamientos, de los que 2,3 millones corresponden a este ejercicio.

En la actualidad son 37 los ayuntamientos que proceden a la adaptación de sus planes frente a los 39 de hace doce años. Diez están sin planeamiento o con una delimitación de suelo urbano, cifra que en 2009 ascendía a 23. Esto no quiere decir que carezcan de normativa, ya que se rigen por el Plan Básico Autonómico, aprobado en agosto de 2018, que afecta a todos los concellos sin PXOM o con una regulación desfasada.

Rábade, que en 2008 fue el cuarto municipio lucense en aprobar un Plan Xeral, figura entre esa decena de ayuntamientos sin un instrumento urbanístico propio. Una sentencia del Tribunal Supremo de 2015 suspendió el que estaba en vigor por omitir un informe de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil. En parecida situación se halla Viveiro, tras la anulación de sus normas subsidiarias por la Xunta en 2006.

También está pendientes de redacción la planimetría Cervantes, Navia de Suarna, Negueira de Muñiz, Pol, Abadín, Pantón, Pobra de Brollón y Antas de Ulla.

PLANES BÁSICOS. La Xunta procedió a la aprobación inicial del Plan Básico Municipal en O Páramo, que fue pionero en Galicia en este ámbito tras asumir directamente el Gobierno gallego la redacción del proyecto, Triacastela y Trabada. Se trata de una herramienta diseñada para que pequeños municipios rurales puedan desarrollar cierta actividad urbanística, pero sin establecer criterios de crecimiento urbano. También están muy avanzados los PBM de Ribeira de Piquín y Riotorto y en fase de redacción Alfoz, Guntín y Samos.

El objetivo de los PBM es delimitar un suelo urbano, que suele ser el de la capitalidad, e identificar asentamientos de población. En parte de ellos se mantiene la calificación de suelo rústico al no preverse su crecimiento y se prima la rehabilitación de las edificaciones existentes.

El Ejecutivo autonómico se puso manos a la obra para atajar los disparates urbanísticos a través de la nueva Lei do Solo de 2016, las Directrices de Ordenación del Territorio, el Plan de Ordenación do Litoral o la Lei de Protección da Paisaxe. El ciclo se cerró con el Plan Básico Autonómico, aplicable en toda la comunidad. Su puesta en marcha supuso un cambio sustancial, especialmente en las zonas rurales. Del "ti vai facendo", que antaño permitía hacer una casa o un chalet con un permiso para un alpendre, se pasó a la obligación de cumplir con una normativa básica que impide la construcción de viviendas en suelo rústico. Su entrada en vigor eliminó las obsoletas normas subsidiarias que facilitaron los disparates acaecidos durante el boom de la construcción, en la que solo se valoraba la concesión de licencias de edificabilidad y no su impacto. En las viejas normas de casi todos los municipios lucenses existía la controvertida figura de la zona ‘residencial mixta’, que dejaba al arbitrio del gobierno local el permiso para construir edificios de cinco o más alturas, propias de la residencial cerrada, al lado de viviendas bajas, características de las zonas residenciales abiertas. Era una trampa legal con efectos nocivos.

GRANDES MUNICIPIOS. La falta de PXOM supone un lastre a la planificación. En el caso vivariense, los grupos políticos comparten la urgencia de sacar adelante un trabajo iniciado en 2011. El Ayuntamiento, que ya sostuvo una larga negociación con Patrimonio, está pendiente del último informe de Augas de Galicia. "En breve tendremos una reunión con el equipo redactor, que ya intercambió pareceres con el organismo autonómico para avanzar en la tramitación", aseguró la alcaldesa, María Loureiro, que confía en aprobar provisionalmente la normativa este año.

La corporación de Vilalba acordó en marzo crear una comisión de seguimiento para impulsar este documento, cuya redacción se inició en 2004. Las normas subsidiarias se remontan a 1984.

Monforte está con unas normas de 1985, modificadas en el 2000. Las restricciones del plan hidrológico, que define las zonas inundables del río Cabe, inciden de forma especial en la ciudad. Nazario Pin (PP) intentó aprobar un PXOM, pero desistió por la lluvia de alegaciones. La Xunta frenó la iniciativa de Severino Rodríguez (BNG), al responderle que diseñaba una ciudad sobredimensionada. El ejecutivo de José Tomé (PSOE) prefiere no mover el avispero, aunque sí aprobó del plan especial del casco antiguo y procedió a la reordenación de una bolsa de terreno en el céntrico barrio de Covas.

Sarria prestó la aprobación inicial y expuso al público su proyecto de PXOM en 2009, en un anterior mandato de Claudio Garrido. Desde entonces quedó paralizado. Las subsidiarias son de 1986.

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