Cazadores y sindicatos agrarios proponen otras alternativas para combatir al jabalí

La Federación de Caza destaca el papel que juegan los arqueros para atajar el problema en las zonas urbanas, declaradas de seguridad, en donde no se pueden abatir los suidos a tiros
Un perro rastrea jabalíes, este sábado en Portomarín. SEBAS SENANDE
photo_camera Un perro rastrea jabalíes, este sábado en Portomarín. SEBAS SENANDE

Cada día los jabalíes provocan con su irrupción en las calzadas casi tres accidentes de tráfico de media en las carreteras lucenses –diez a nivel autonómico–, con tres fallecidos en los últimos siete años, y el importe de los destrozos que causan en las cosechas se estima en unos 4,3 millones de euros anuales en las explotaciones agropecuarias de la provincia de Lugo –12 millones en Galicia–.

"Onde haxa un xabarín hai un dano", asegura el presidente de la delegación de Lugo de la Federación Galega de Caza, Francisco López, que dice que la medida "non está mal" y que la deberían llevar a cabo los tecores que lo consideren oportuno. Desde este sábado y hasta el 25 de febrero del año que viene se podrán abatir estos mamíferos todos los días en 54 de los 67 municipios lucenses, no solo los fines de semana y festivos como hasta ahora, tras declarar la Xunta la emergencia cinegética.

La mayoría de los actores implicados ponen peros a esta medida de aplicar una caza sin límites durante más de cinco meses, acordada por el Ejecutivo autonómico por tercera vez en cinco años, aunque esta es la ocasión en que abarca más territorio –248 de los 314 municipios gallegos–.

Los cazadores consideran que no hay tantos jabalíes y que los principales problemas se concentran en las ciudades y su entorno. Los sindicatos agrarios lo califican como "parche" y las asociaciones animalistas auguran que propiciará un aumento de ejemplares en los montes gallegos.

"Hai moitos menos dos que había. Hai moitos tecores que esta tempada non dan cumprido o cupo. Desde hai tres anos reduciuse a poboación de xabarís porque se está cazando moito", afirma Francisco López, que sostiene que los problemas se concentran en aquellas "zonas de seguridade", como las ciudades. Cita en el caso de la capital lucense el entorno del Hula y del paseo del Rato. Abundan en esos espacios, según explica, porque eluden a sus dos principales predadores, el lobo y el cazador, ya que no los puede abatir a tiros.

Los arqueros

Francisco López defiende la eficacia en esas zonas urbanas de emplear a los arqueros para controlar la superpoblación de esta especie. Recuerda que desde hace cuatro años ese es el método al que se está recurriendo en Lugo, como, según cuenta, se hizo por ejemplo con los que campaban a sus anchas por la Ronda das Fontiñas o por Sanfiz.

Concellos con emergencia cinegética

Son tres cazadores armados con arco y flechas y apostados estratégicamente para dar alcance a los suidos que se pongan en la diana, tras comunicárselo previamente a la Administración autonómica. Como sucede con la caza sin límites que entró ayer en vigor no existe tope de ejemplares ni del sexo de las piezas cobradas.

"É a mellor forma", defiende el presidente de la delegación lucense, que recuerda que fue una medida acordada en su día por la Consellería de Medio Ambiente, la Federación Galega de Caza, el Concello de Lugo, la Policía Autonómica y el Seprona de la Guardia Civil, entre otros.

No se aplica la medida en 13 municipios pertenecientes a cuatro de las 13 comarcas lucenses: A Fonsagrada, Baleira y Negueira de Muñiz, en la comarca de A Fonsagrada; Meira, Riotorto, Pol y Ribeira de Piquín, en la de Meira; Palas de Rei, Antas de Ulla y Monterroso, en la de A Ulloa, y Quiroga, Folgoso do Courel y Ribas de Sil, en la de Quiroga.

El método para abatirlos, tras previa comunicación a la administración, será la tradicional batida en la que pueden intervenir entre 8 y 30 cazadores, según indica el secretario de la Federación de Caza en Lugo, José Manuel Vidal. Un jefe de cuadrilla establece el puesto de cada participante sin que se pueda desplazar de él sin su consentimiento.

Agricultura

 Unións Agrarias calcula que de los 12 millones de euros que causan anualmente en destrozos los jabalíes en Galicia –en 2022 se comunicaron más de 4.000 incidencias–, el 36% de esa cuantía corresponde a la provincia de Lugo, más de 4,3 millones. Los principales cultivos damnificados son el maíz y la hierba. Solo se compensa una quinta parte de esos perjuicios, según explica el responsable de desarrollo rural de este sindicato, Jacobo Feijoo, que considera «un parche» la medida adoptada por la Xunta. Aduce que "delega" el problema en los cazadores, que no pueden ir todos los días al monte porque también tienen que atender sus trabajos.

Jacobo Feijoo, que advierte del riesgo de la peste porcina, augura que habrá "unha cuarta, unha quinta, unha sexta... emerxencia cinexética" porque cree que la medida adoptada es insuficiente. Propone que la Xunta coordine todas las actuaciones, que a su juicio no deben ser generalizadas, sino por comarcas en función de las necesidades.

Este sindicalista explica que hay dos momentos críticos para el cultivo del maíz, en primavera, cuando se siembra, y entre agosto y septiembre, cuando la espiga está madura. Aconseja que en esas épocas se tomen medidas disuasorias, como paseos de los cazadores con perro por los montes.

Argelio Fernández, presidente de tecor: "Que A Fonsagrada estivese baixo a emerxencia non sería vantaxoso"

"Na Fonsagrada houbo épocas de moita poboación de xabaril, chegamos amatar 500 nun ano, pero agora non é o caso", afirma Argelio Fernández, presidente del tecor fonsagradino, para refrendar la idea de que "para nós non sería vantaxoso que aquí se declarase a emerxencia cinexética ". Y es que con tres días de caza a la semana, más los festivos, "son máis que suficientes".

Para Fernández, el gobierno autonómico impulsa esta medida únicamente "de cara á galería". "A Xunta quere botar balóns fóra e deixar a responsabilidade enriba dos tecores, pero a xente ten que ir traballar, non pode saír a cazar todos os días".

Respecto a la población de este mamífero en A Fonsagrada, el presidente del colectivo recuerda que ellos trabajan para que se incremente. El año pasado mataron algo más de 200 y hubo temporadas en las que se llegaron a abatir hembras preñadas, lo que diezmó el número de ejemplares. "Agora rematamos a tempada o día de Reis e non coma antes, ata febreiro, que é cando as femias están en cinta", explica. "Daquela xa falamos que todos eses sacrificios ían traer consecuencias", concluye.

Pablo Lorenzo, ganadero de Castro de Rei: "Todo o que se mate non vai dar problemas, pero non creo que nos solucione moito"

En la ganadería Ancao de Mondriz, en Castro de Rei, llevan varios años con el problema de que los jabalíes destrozan una buena parte de su cosecha de maíz, que abarca unas 35 hectáreas. "O ano pasado e este ata fixeron vida uns días na finca, ata que se autorizaron as batidas e os sacaron de alí", explica Pablo Lorenzo, dueño de la explotación.

Añade que las compensaciones económicas por las pérdidas no son suficientes y que a ello hay que sumar los gastos de volver a preparar el terreno, por lo que estos animales le están provocando verdaderos dolores de cabeza. Respecto a la medida decretada por la Xunta, no lo ve claro. "Algo pode ser que axude, porque todo o que se mate non vai dar problemas, pero non sei se solucionará moito aos gandeiros", dice.

Añade que "a fauna está ben tela, pero controlada, igual que nós temos animais con chip e nome" y que a veces hay otros condicionantes. "A nós aféctanos moito que os xabaríns se meten nun terreo que temos a 400 metros, que é do aeródromo de Rozas e que está sen limpar e valado, polo que non se pode entrar a cazar. E cruzan a Nacional 640, provocando accidentes, para entrar na nosa finca", explica.

José Ángel Canoura, presidente del tecor de Cabanas: "Entre os que merma o lobo e os que cazamos, non quedarán moitos"

El vicedense José Ángel Canoura explica que en el tecor de Cabanas "o ano pasado cubrimos o cupo, pero nada máis, algún dano hai, pero son mínimos, xa que neste momento non hai moita abundancia de xabarín. En parte botámoslle a culpa ao lobo, porque vense excrementos seus con pelos e pel de xabarín. Entre os que merma o lobo e os que cazamos nós non quedan moitos. O lobo mata de todo: xabarín, xato, corzo, que ademais ten unha enfermidade", comenta Canoura, presidente del tecor.

El cazador explica que las perspectivas de esta temporada en O Vicedo no son buenas. "Estamos a comezos de tempada e o xabarín desprázase a fragas onde ten máis comida, castañas e bellotas; cambia de zona. Busca comida e debaixo dos eucaliptos da Mariña non ten»" dice. Canoura cree que su caza sin límites es una medida política y piensa que el problema es la falta de relevo generacional. "Somos poucos e non é tan fácil matalos porque o monte está moi cuberto de maleza, non é coma noutras zonas. Ademais hai sitios, cerca de estradas e casas, nos que non te podes poñer. A Xunta pon gaiolas para collelos aí", finaliza.

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