No es un brote concreto sino una suma de brote tras brote tras brote. La transmisión en el municipio de Lugo es sostenida en el tiempo y en el espacio, no circunscrita ni a un barrio, ni a determinados centros de salud ni a un grupo de edad. "Si se revisan los casos en el mapa son como una sábana, una mancha de aceite que llega a todas partes", explicó este martes el director asistencial del área, Rafael Monte.
Han pasado 19 días desde que se estableció el cierre perimetral y la obligación de reunirse solo con convivientes y cerca de dos semanas desde que se bajaron las persianas de la hostelería, pero esas restricciones no se está notando en la incidencia. "A estas alturas tendríamos que estar viendo una bajada de casos que no vemos. Que se vieron en Ourense y Santiago y aquí, por ahora, no", reconoce el doctor Monte.
Lo cierto es que se percibió un descenso de casos activos la semana pasada pero un par de repuntes este fin de semana ha trastocado esa evolución. El gerente del área, Ramón Ares, admitió este martes que siguen apareciendo casos en el concello lucense a un ritmo de una treintena al día, en algunas jornadas. No en todos se ven tantos nuevos positivos pero diagnosticar de 15 a 30 contagios cada día es una circunstancia que preocupa a Sanidade, no solo porque evidencia que no se acaba de frenar la transmisión sino también porque, de doce a quince días después, esos picos se traducen en más ingresos. "Nos preocupa mucho la situación en toda el área sanitaria, pero sobre todo en Lugo ciudad, donde sigue sin estar controlada", admitió el gerente.
Según los datos a los que ha tenido acceso este diario y que muestran los casos activos por municipio recopilados este martes y correspondientes a las PCR realizadas hasta el lunes por la noche, Lugo tiene 392 casos activos. Son en realidad cinco menos que hace una semana, pero lo cierto es que suponen 15 más que el día anterior. Es decir, muestran cómo la curva no se aplana sino que se mantiene al alza.
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El Sergas informó este miércoles de 35 personas ingresadas en la unidad covid del Hula y 5 en cuidados intensivos. Por el momento, el centro no ha tenido que cancelar cirugías o limitar actividad ordinaria. Está en situación de recibir pacientes de otras áreas y, de hecho, dos de los hospitalizados son de O Barco y uno de Ferrol, pero se espera que la semana que viene y la siguiente , al menos, sean complicadas.
Aunque la situación de mayor complejidad se da en el municipio de Lugo, también preocupan otros municipios como Vilalba y Sarria o Chantada. En el primer caso, ocurre algo similar a Lugo, con numerosos brotes familiares muy repartidos por el municipio. Según los datos recopilados hasta la noche del lunes habría 58 positivos, pero este martes por la mañana el Concello ya reconoció 66. Es decir, en una semana crecieron los casos activos en más de una veintena y seguían haciéndolo.
En Sarria, con brotes más concentrados, se aumentó el número de casos activos en 17 en la última semana, mientras que Burela, que parecía haber detenido la transmisión sin sumar nuevos casos activos en una semana, sufrió de golpe un importante incremento a causa del brote detectado en un barco. Así, ha pasado este miércoles al nivel rojo de alerta por ese motivo. Por otra parte, Chantada ha sumado 23 nuevos casos en una semana pero el ritmo de contagios de los últimos días parece ralentizarse. Su alcalde, junto a los de Lugo, Viveiro, Monforte y Burela está convocado a una reunión telemática con el conselleiro de Sanidade mañana.