Carnes con garantía de calidad

Empresarios lucenses de los sectores avícola, porcino y vacuno destacan las exigentes normas y los rigurosos controles que deben cumplir para que al mercado solo llegue el mejor producto
Un grupo de vacas pastando. AEP
photo_camera Un grupo de vacas pastando. AEP

Los consumidores lucenses no tienen problema para encontrar en el mercado carne de calidad, al alcance de todo tipo de bolsillos. En la provincia no hay en la actualidad espacio para las polémicas macrogranjas y las distintas explotaciones deben cumplir con una rigurosa normativa encaminada a garantizar el bienestar animal, la protección del medioambiente y la calidad del producto que llega al mercado.

Aviporto es una de las empresas más significativas del sector avícola en la provincia, al disponer de una granja con 200.000 aves en Portomarín y casi otras 80.000 en otra explotación de Lugo. Su gerente, Juan Serrano, afirma que los "rigorosos controis" que deben superar estas granjas dejan en evidencia las polémicas palabras que en su día realizó el ministro de Consumo, Alberto Garzón, en una entrevista al diario británico The Guardian .

Serrano enumera muchas de esas inspecciones, "temos unha practicamente cada dous meses", y explica que en ellas los técnicos analizan aspectos como el bienestar animal, la calidad de los piensos, el registro de los animales y, en el caso de la granja que supera las 80.000 aves, que se cumpla con la Autorización Ambiental Integrada (AAI) -una normativa autonómica que no es exclusiva de la industria agroalimentaria, sino que también afecta a otros muchos sectores-, que regula aspectos tan variados como la recogida de aguas, el reciclaje de residuos o el control de las emisiones de dióxido de carbono, entre otros.

Félix Fernández González, de la ganadería Fonchave de Becerreá, combina un cebadero de becerros con el manejo extensivo de unas 200 vacas con sus crías. Este productor coincide en los férreos controles de los que son objeto,  "con inspeccións que nos chegan por sorpresa cada dous ou tres meses para controlar todos os aspectos que teñen que ver co animal".

Aunque cree que las palabras de Garzón no han tenido un efecto directo sobre el mercado, "nós vendemos a nivel nacional", sí alerta de que a medio plazo pueden influir negativamente sobre la imagen del sector, "porque as novas xeracións, sobre todo as que viven en grandes cidades, teñen unha imaxe moi afastada do traballo que facemos nas explotacións, polo que estes comentarios poden fomentar unha serie de prexuízos que nada teñen que ver coa realidade do noso día a día".

La cría de cerdos en intensivo es una de las principales actividades de O Mazo de Riotorto. Juan López Díaz, uno de sus responsables, remarca que la filosofía de la empresa es "garantizar a máxima calidade ao consumidor". Con este objetivo, O Mazo se ha convertido en un ejemplo de economía circular, con una fábrica de piensos propia que garantiza la calidad de la alimentación de los animales, "porque un gando ben alimentado enferma menos, crece máis e dá mellor carne", afirma.

Además, la empresa cuenta con 80 cabezas de ganado en extensivo en un pasto de 15 hectáreas de terreno "que nos serve para dar saída ao abono que producimos nas granxas porcinas".

La subida de costes, la gran amenaza
El principal problema al que se enfrentan en la actualidad los productores lucenses es el relativo a la desproporcionada subida de costes. «O aumento do prezo do cereal ou a subida da luz supóñennos uns gastos moito maiores. Se esta situación non se corrixe a partir do primeiro trimestre deste ano, haberá moitas granxas que verán perigar a súa viabilidade », explica Juan López, de O Mazo.

Calidad garantizada
Además de los controles que se realizan en las explotaciones, los productores también destacan los de los propios mataderos, con técnicos independientes, que vigilan que al mercado solo llegue carne que cumpla con todos los estándares de seguridad.

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