Sendos brotes familiares en Rábade y A Pobra do Brollón —con 7 casos activos en cada uno— han colocado a los dos ayuntamientos en unas tasas de incidencia acumulada superiores a 400 casos por cada cien mil habitantes, lo que pone a ambos en un nivel de restricción alto y, a partir de este viernes, actividad de hostelería solo en terrazas.
El primero de ellos está relacionado con otro brote activo que hay en Begonte, que tiene 4 casos, con lo que en realidad, del mismo foco han surgido once en total. El segundo se cree que fue iniciado tras la visita de una persona desde Vigo y afecta a siete miembros de la misma familia.
Se da la circunstancia de que Brollón no lleva ni quince días en una situación de restricciones de nivel medio; es decir con reducciones de aforos de hostelería al 30% en interior y 50% en terrazas y de recuperar la movilidad. A principios de marzo se detectaban brotes familiares en el municipio que, inicialmente, lo pusieron en el nivel medio y después en el máximo. Sanidade incluso hizo un cribado a población general, en el que se citaron a unas 300 personas de entre 30 y 70 años, una muestra que se consideró representativa, sin hallar nuevos casos.
Ahora, a raíz de este nuevo brote —también familiar y controlado, en el que se dan por cerradas las cadenas de transmisión— el municipio vuelve a superar los 400 casos por cada cien mil habitantes. En un ayuntamiento tan pequeño resulta sencillo que unos cuantos casos tengan muchísimo peso relativo, disparen la incidencia y provoquen una aplicación de medidas restrictivas. Las medidas suelen permanecer en vigor, al menos, un ciclo epidemiológico completo, los catorce días que se necesitan para que negativicen los positivos.
