Se acabó el tiempo de estar encerrados. Después de soportar tantos días de confinamiento forzoso en los domicilios y vérselas cara a cara con las cuatro paredes, los españoles han optado por solicitar masivamente información sobre el estado de las reservas en los establecimientos de turismo rural y de interior. El ecoturismo ha llegado para quedarse.
Con la llegada del proceso de desescalada, el porcentaje de registros de reservas en este tipo de hospedajes se ha multiplicado exponencialmente a las ansias de los futuros huéspedes por encontrar espacios al aire libre, poco masificados y con un entorno natural que actúa de barrera ante el peligro palpable que aún representa el Covid-19 para la población. Según las últimas previsiones, los hoteles de interior tendrán una mayor facturación que los del litoral, sobre todo gracias al turismo nacional, puesto que los súbditos extranjeros no desembarcarán masivamente en las costas españolas como era costumbre debido a la actual situación global.
Lugo cuenta con un amplio abanico de hoteles, casas y apartamentos de turismo rural para dar cabida a la demanda que se genera
Lugo todavía es ajena a este fenómeno con escasos precedentes, pese a que la provincia cuenta con un amplio abanico de hoteles, apartamentos y casas de turismo rural para dar cabida a la demanda. Aunque es cierto que las reservas en Lugo mantienen una costumbre tardía, como explica José Ramón Fernández, propietario de Finca O Bizarro, en Trabada. "Este hecho se debe a que la gente opta antes por los hospedajes rurales de localidades con costa, y cuando estas están llenas es cuando recurren a nosotros", manifiesta este empresario que vio obsequiado su establecimiento con la Q de Calidad Turística.
En A Montaña lucense se repite esta situación. Manuel Arza, gerente de A Carbiña, un negocio que agrupa cinco apartamentos individuales emplazados en Folgoso do Courel. "As reservas que temos son semellantes ás que tivemos na mesma época do ano pasado, e todas son de persoas da provincia", aclara su propietario, quien asegura que la incertidumbre que creo la pandemia hace que clientes de "A Coruña, Vigo e Ourense aínda non fixeran a reserva. Tamén conto con alemáns e franceses todos os anos, pero este verán creo que non virán".
Arza asegura que se debería aumentar la notoriedad de O Courel porque "é unha pena que non se coñeza máis esta zona porque ten un patrimonio brutal", matiza.
A MARIÑA. En el otro extremo de la balanza se sitúa el reclamo turístico de A Mariña lucense. Enrique Penalonga, gerente de Casa Penalonga, en Foz, asegura que este mes las reservas «aún son pocas», pero el panorama va a dar un giro de 180 grados en los dos próximos meses. "Estamos con muchas reservas en julio, sobre un 40 por ciento, y tenemos agosto casi completo, pero no llegaremos a los niveles de 2019", asegura el gerente de esta casa de turismo rural con capacidad para 20 huéspedes.
GALICIA. Los turistas nacionales no han esperado para formalizar sus trámites de reserva en la comunidad gallega de cara a agosto, tradicionalmente el mes elegido por los españoles para irse masivamente de vacaciones. A medida que pasan los días el crecimiento es cada vez mayor. Probablemente se deba a que muchas comunidades avanzan en la desescalada hacia la Fase 2 y 3, como es el caso de Galicia.
OCUPACIÓN. Según los últimos datos, los hoteles y casas rurales y de interior en Galicia ya han superado el 31 por ciento de ocupación en agosto. María Traveso, responsable de la plataforma Turismo Slow, asegura que con la llegada de la desescalada y la apertura a la movilidad entre comunidades autónomas hay zonas que se van a beneficiar más que otras. "Tenemos hoteles y casas rurales en A Mariña lucense, que colaboran con nosotros, y que nos aseguran que las reservas de habitaciones por parte de clientes nacionales para julio y agosto están entre el 90 y el 100 por cien", comenta la empresaria.