La bajada de nivel del embalse de Belesar deja ruinas a la vista

El alcalde de Portomarín, Pablo Rivas, señala que la situación no se debe a la sequía, sino al elevado precio de la electricidad
Ruinas del antiguo pueblo de Ferreiroá. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Ruinas del antiguo pueblo de Ferreiroá. VICTORIA RODRÍGUEZ

La bajada del nivel de las aguas del embalse de Belesar provoca que asomen ya edificios del antiguo pueblo de Portomarín. La situación es más llamativa en otros núcleos, como Ferreiroá, cuyas ruinas están a la vista, o Loio. "O encoro está a un 10% da súa capacidade nesta zona", asegura el alcalde de Portomarín, Pablo Rivas, quien recalca que con la inestabilidad metereológica del último mes "choveu o suficiente para que o pobo vello estivese anegado".

Rivas recalca que esta situación "non se debe á seca", a diferencia de lo sucedido otros veranos. "Penso que o problema real está nos altos prezos da electricidade. Naturgy, que é a compañía que ten a concesión do encoro e a que regula o seu nivel, trata de aproveitar esa circunstancia para producir máis", sostiene el regidor.

Aunque esta situación despierta la curiosidad de los visitantes, atraídos por las ruinas y por la posiblidad de pasear entre restos de núcleos ya desaparecidos bajo las aguas del Miño, supone un grave perjuicio para los municipios ribereños.

 

"Non se puido organizar un campionato de motos acuáticas no que estaba interesada a federación de motonáutica, nin actividades de piragüismo", precisa Rivas sobre algunos de los inconvenientes de esa bajada del nivel del agua en la zona.

CADA VEZ MÁS FRECUENTE. No es la primera vez que los ayuntamientos ribereños se dirigen a Naturgy para expresarle su malestar por los bajos caudales en la zona, "un fenómeno que se repite cada vez máis", añade Rivas. La situación fue especialmente grave el año pasado, cuando se produjo un vaciado extremo al igual que en 2017.

Los concellos ribereños del embalse -Chantada, Taboada, O Saviñao, Paradela, Portomarín, Guntín y O Páramo- dirigieron por entonces una carta a la compañía eléctrica para quejarse por esta situación y reclamaron la necesidad de aplicar una política medioambiental a la firma concesionaria, que les deja sin agua y transforma el paisaje en un entorno seco y pantanoso. El vaciado genera también erosión y degradación ambiental.

"O problema real está nos altos prezos da electricidade, Naturgy"

La Consellería de Medio Ambiente también se hizo eco de esta situación el año pasado, aunque las competencias dependen de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil y del Ministerio de Transición Ecológica.

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