Las administraciones acumulan edificaciones sin uso por toda la provincia

Hay muchas casas tradicionales que se adquirieron para un uso comunitario, pero cuya reforma no arrancó ► En otros casos se trata de construcciones hechas de nuevo para un fin concreto, que llevan años sin abrirse
 

Casa da Botica de Guitiriz. AEP
photo_camera Casa da Botica de Guitiriz. AEP

No debe de haber municipio en la provincia que no cuente con su propio cementerio de dinero público, ya sean terrenos adquiridos para proyectos que no llegaron a desarrollarse; infraestructuras que se construyeron, pero acumulan años sin tener utilidad o edificaciones antiguas que pasaron al patrimonio de las administraciones, pero que siguen deteriorándose mientras aguardan una reforma integral que nunca sucede. En algunos casos, las dotaciones han sufrido el paso de los expoliadores y ha habido que volver a invertir dinero para subsanar los daños, Los que se enumeran a continuación son algunos ejemplos, pero no los únicos.

Quiroga: 2.000.000 de euros
Augasmestas, el complejo interior que no arranca

El municipio de Quiroga aloja uno de los complejos infrautilizados de la provincia, el de Augasmestas, construido por la Diputación en  1996. Incluía cámping, área recretiva, aparcamiento para autocaravanas, cafetería, piscina, aseos y duchas. En 2004 se amplió con cinco bungalós y varias edificaciones rehabilitadas, una intervención que sumó otro millón de euros más.

Desde la ampliación, el complejo apenas estuvo activo dos años. Luego cayó en estado de abandono y fue expoliado y saqueado. En 2015 la Diputación decidió resucitarlo, invirtió 91.700 euros y lo adjudicó a una empresa privada. Desde 2017 está listo, pero la burocracia y las licencias están lastrando su apertura y sigue cerrado. 

Guitiriz: 450.000 euros para la Casa da Botica
Casi una década esperando para darle uso

Tras más de siete años de negociaciones, el Concello de Guitiriz expropió el inmueble conocido como Casa da Botica a sus 12 propietarios. El proceso se hizo efectivo en 2010 tras abonar unos 450.000 euros y se cedió el edificio a la Diputación por 30 años para hacer una residencia de mayores. A día de hoy aún no se hizo nada, aunque en mayo de este año el gobierno provincial anunció una reserva de fondos para el inicio de la construcción del geriátrico. 

San Cibrao: 136.000 euros para un observatorio de aves
A Atalaia no consigue levantar el vuelo

El observatorio de aves y fauna marina en A Atalaia, en San Cibrao, incluía un aula de observación, un área expositiva medioambiental y una zona de tratamiento de aves dañadas. Las obras se adjudicaron por 136.000 euros, pero quedaron paradas tras hallarse restos de un castro celta. En 2008, se dio por finalizado, aunque solo estaba hecho el esqueleto de la estructura. La última propuesta que planteó el Concello para su uso consistía en un centro de ensayo y vuelos experimentales de drones.

Sarria: 144.000 euros para la Casa dos Ulloa
Un edificio que ha ido cambiando de manos

La Casa dos Ulloa, también conocida como Casa das Arsenias, fue comprada en el año 2005 en virtud de un convenio suscrito con el Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS), que aportó 100.000 euros de los 144.000 que costó el edificio. La construcción fue cedida al Ayuntamiento, que en un primer momento se plantó situar allí la oficina de rehabilitación, pero la obra no llegó a realizarse.

En el año 2008 el Concello decidió ceder de nuevo el inmueble a la Xunta de Galicia para que construyeran seis pisos de alquiler para menores de 35 años, un proyecto presupuestado en 500.000 euros. A su vez, se reservaba la parte posterior del solar para acondicionar un local como centro social, pero nada de ello salió adelante. 

Ribadeo: 240.000 euros para la Casa da Ría
Un observatorio que sucumbe a la humedad

En el edificio conocido como Casa da Ría, en el ribadense monte de Santa Cruz, la Xunta de Galicia invirtió 240.000 euros. Manuel Fraga Iribarne lo inauguró en 2001 y estaba concebido como un lugar de promoción de la ría y observatorio astronómico. Sin embargo, apenas hizo su función.

Hace ya años que no tiene un uso específico y la humedad, junto con la falta de mantenimiento, está haciendo mella en las instalaciones. La cúpula giratoria y retráctil que caracteriza al edificio está estropeada y no puede abrise ni tampoco gira. Las goteras también han hecho mella en el telescopio que la asociación Xerfa, ya desaparecida, gestionó para ubicar allí, hasta el punto de que ahora es ya irrecuperable. 

Monterroso: 2.000.000 de euros en el complejo deportivo
En dique seco desde el fin de las obras, en 2011

Va para siete años que el complejo deportivo de Monterroso, en el que la Diputación invirtió unos 2 millones, está prácticamente acabado, pero sin apenas uso. Solo están a disposición de los vecinos las pistas de pádel, pero aún no han podido disfrutar de la piscina cubierta ni del polideportivo. El Concello de Monterroso no ha querido hasta ahora asumir el complejo por las definiciencias que se han ido detectando. Hubo que realizar obras que se le certificaron a la adjudicataria sin que esta las hubiera realizado y que ascendían a 300.000 euros y también fue necesario reparar filtraciones en el vaso de la piscina. Ahora, el Concello está pendiente de que se abra una ventana en el polideportivo y que se construyan vestuarios específicos para esta zona. Para estas dos intervenciones a mayores la Diputación Provincial ha destinado una nueva partida de 137.000 euros. 

Baralla: 263.000 euros en la guardería
Acabada desde 2012, pero sin servicio

La Xunta de Galicia invirtió 263.000 euros en la rehabilitación de la antigua Casa do Médico de Baralla para convertirla en una guardería infantil que favoreciera la conciliación a las familias del municipio. Las obras terminaron en 2012, pero hasta ahora no ha prestado servicio nunca porque lo que el alcalde barallés, Manuel Capón, calificó como "pequeños defectos" impedían que la administración autonómica concediera la licencia de apertura. El regidor prometió recientemente que la nueva dotación podría entrar en uso en septiembre de este mismo año. 

O Incio: 200.000 euros en la Casona
Un edificio singular que suma años de abandono

La Casona do Incio es propiedad de la Diputación desde 2006. La institución provincial firmó en ese año un convenio con el Ayuntamiento e invirtió alrededor de 200.000 euros para abonar las expropiaciones del inmueble y el solar. El edificio ha ido deteriorándose más y más desde entonces. En 2015, la Diputación inició un proyecto de reforma, pero quedó parado y no hubo mejoras. Recientemente el pleno provincial aprobó una propuesta para un nuevo convenio que defina su uso, el proceso de reforma y su cambio de titularidad para que pase a formar parte del Concello. 

Sarria: 780.000 euros
O Toleiro, pasto de la maleza y las ratas

La Xunta de Galicia adquirió el molino de O Toleiro de Sarria en 2007 con intención de rehabilitarlo y convertirlo en museo de peregrinos. Descartado ese fin, se planteó luego un museo etnográfico, oficinas para el Xacobeo y el Centro Unesco. Posteriormente se barajó rehabilitarlo con un taller de empleo, pero no se puso en marcha por falta de permisos. Una década después de la compra, nada de eso ha tomado forma y O Toleiro es noticia por las quejas de los vecinos de la zona porque la falta de limpieza y mantenimiento afectan al canal de la construcción y contribuye a la proliferación de roedores en el entorno.

La última gestión en su favor fue la de la junta de gobierno de Sarria, que reclamó a la Xunta de Galicia que lo restaure y lo limpie.
Vilalba: 600.000 euros en la planta de residuos
Tras varios años en desuso, fue expoliado

La Planta de Residuos de Construcción y Demolición (RCDs) de Vilalba, ubicada junto a la LU-541 en la zona conocida como Legua Dereita, es uno de los ejemplos más claros de despilfarro de fondos públicos. Las obras, que finalizaron en 2006, supusieron una inversión de 600.000 euros, pero las instalaciones nunca llegaron a funcionar. Problemas con los accesos —solventados en 2011— y la crisis en el sector de la construcción fueron retrasando su apertura, la cual correspondía a la Xunta al depender de una normativa autonómica de residuos. Aun así, el Concello se planteó externalizar la gestión de la planta y que se hiciera cargo una empresa dedicada al tratamiento de residuos en general y, además, trasladar allí el punto limpio. Nada de esto ocurrió y las instalaciones se fueron desmantelando poco a poco hasta el punto de que ya no queda nada. En enero de 2015, el PSOE denunció en la Guardia Civil la desaparición de la estructura y los contenedores metálicos anexos.
Puerto seco: 20 millones de euros
Un agujero negro que arrancó en 2001

En 2001 Manuel Fraga y José María Aznar presentaron en Monforte un proyecto para crear el mayor nudo de mercancías de Galicia, un puerto seco al que llegarían las mercancías desde la costa Atlántica para ser clasificadas y canalizadas hacia la Meseta. Las inversiones se hicieron a cuentagotas. Terrenos, proyectos, explanación y urbanización avanzaron lentas. En 2014 Alberto Núñez Feijóo inauguraba un puerto seco mucho más pequeño del proyectado inicialmente, sin enlaces con las principales carreteras, ni sistema de tratamiento de residuos. Aun así, se anunciaba la instalación de dos empresas del sector maderero y de pellets. La primera, Revalnor, dio marcha atrás en 2015. La segunda, Abiga, fue aguantando y solicitó que se solucionase al menos el problema de saneamiento, para lo que hubo que inyectar más dinero. Hace unos días Abiga renunció a instalarse por falta de financiación. La Xunta se gastó 20 millones de euros en el puerto seco en 17 años y sigue vacío

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