Acepta 10 meses por estafar a ancianos con falsas ventas de robots de cocina

El acusado acudía a sus domicilios, en pueblos de Abadín, Vilalba y As Nogais, entre otros, y hacía contratos ficticios. Otros dos comerciales indemnizarán a las víctimas por vía civil
El jefe de ventas de la empresa (centro) y los dos comerciales, en la Audiencia de Lugo. P.V.
photo_camera El jefe de ventas de la empresa (centro) y los dos comerciales, en la Audiencia de Lugo. P.V.

La Audiencia Provincial de Lugo impuso este martes una condena de 10 meses de prisión a un hombre acusado de estafar a varios ancianos en diferentes zonas de la provincia lucense. Roberto V.C. —que en el año 2011 era jefe de ventas de una empresa de venta a domicilio— reconoció que falsificó varios contratos para simular la venta de artículos, sobre todo robots de cocina, cobrando una comisión por las supuestas transacciones que realizaba. Sin embargo, los productos eran enviados al domicilio de otros comerciales de la empresa y los estafados no los recibían, pero les pasaban las cuotas.

Junto a Roberto V.C. también se sentaron en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Lugo otros dos comerciales de la empresa: M.P.P. y A.V.P. Inicialmente, el fiscal los consideró autores de un delito de estafa, pero este martes retiró la acusación contra ellos por vía penal —al considerar que actuaron por indicación del que era su jefe— y solamente tendrán que responder de su actuación por vía civil. Ambos aceptaron abonar 1.800 euros cada uno para resarcir a sus víctimas.

VÍCTIMAS. Tal y como explicó la Fiscalía, durante los años 2011 y 2012, Roberto V.C. fue jefe de ventas de una empresa para la provincia de Lugo, mientras que los otros dos implicados eran comerciales de la misma firma y trabajaban bajo sus órdenes. El equipo comercial vendía a domicilio lotes de diversos productos que eran ofrecidos a los potenciales clientes mediante visitas a las casas. De este modo, el acusado creó un número de contratos ficticios en los constaban datos falsos, firmado en nombre de sus "desprevenidos" clientes, que generalmente eran personas de avanzada edad que no tenían realmente la intención de adquirir producto alguno. Además, los estafados no recibían ningún artículo, aunque tenían que pagar los recibos mensuales que les cargaban por la supuesta compra. Estos falsos contratos eran presentados a la empresa para la que prestaban servicios comerciales los acusados, incrementando así su número de ventas e incrementando por tanto la comisión que percibían en función de las ventas realizadas.

Según apuntó la Fiscalía, en el año 2011, el jefe de ventas y una comercial visitaron a un octogenario en su casa de Abadín, familiar de esta última, quien aprovechó la confianza que tenía con la víctima para conseguir sus datos bancarios. Posteriormente, "sin consentimiento ni conocimiento" del anciano, suscribieron a su nombre dos contratos para la adquisición de un robot de cocina Chef Plus y una colección de libros denominada Rutas del Mundo, poniendo como dirección de entrega el domicilio de la implicada. En el año 2013, el anciano detectó que le estaban cargando recibos por unos productos que nunca había adquirido, por lo que dio orden al banco para que no abonara más recibos de este tipo.

Igualmente, el jefe de ventas y el otro comercial acudieron al domicilio de otra mujer en Fontelos (Vilalba), quien accedió a comprar el robot de cocina, pero les dijo que lo quería pagar en mano. Sin embargo, los acusados disponían de los datos bancarios de la mujer, "por haber sido previamente clienta de otras empresas relacionadas con la firma", y cubrieron un falso contrato a su nombre.

En noviembre de 2011, los implicados acudieron al domicilio de otro septuagenario en As Nogais, al que conocían por ser tío de la pareja de uno de ellos, y firmaron a su nombre y sin su permiso un contrato para la adquisición de un robot de cocina, un set de cuchillos y un set de repostería, valorado todo en 1.027 euros. Como consecuencia de estos hechos, el anciano sufrió un perjuicio de 830 euros, que fueron ilegítimamente cargados en su cuenta corriente.

En otra ocasión, los implicados en esta trama tramitaron un falso contrato a nombre de otra mujer, vecina de Lugo, por la adquisición de una colección de libros de Los Lunnis y un MP3 y le hicieron firmar un contrato, diciéndole que la firma solamente era para acreditar que se había realizado la visita y la demostración comercial. El fiscal relata en su escrito que los trabajadores visitaron también a otro septuagenario en su vivienda de Abadín y consiguieron sus datos bancarios, con los que elaboraron un falso contrato por la compra de un robot de cocina tasado en 1.027 euros.

ACUERDO. Por estos hechos, el ministerio fiscal solicitó inicialmente dos años y medio de cárcel para el jefe de ventas y sendas penas de dos años de prisión para los dos comerciales, reconociéndoles la atenuante de dilaciones indebidas, ya que los hechos sucedieron hace ya una década. Sin embargo, las partes llegaron a un acuerdo para mantener únicamente la acusación penal contra el jefe de ventas, que aceptó diez meses de cárcel. Los otros dos acusados fueron absueltos del delito y tienen que responder solo por vía civil.